Capítulo 1
—Voy tarde, muy tarde—.
Siendo un domingo de asueto y con las clases a punto de entrar en pausa por navidad muchos jóvenes se reúnen para las compras, descansar y pasar buenos momento. Algunas personas caminan calmadas, admirando los escaparates, algunas otras apresuran el paso ya que aun siendo domingo trabajan ese día, así que el ver a una jovencita de aproximadamente 16 años corriendo por las calles algo transitadas de Tokio, sin importar quien la vea. No causa gran alboroto o desconcierto en ellos. La joven trata de llegar a su destino en una pieza ya que se había quedado de ver con sus amigas en un centro comercial, para las compras del intercambio escolar.
Mientras corre piensa en cómo se disculpará con sus amigas, normalmente es puntual, pero anoche se quedó hasta tarde escribiendo una canción y cuando se dio cuenta eran más de las tres de la madrugada. Pocos saben su amor por la música, entre ellos su familia y amigas, aunque lejos está de ser solo una afición o capricho ya que ella en verdad ama o como luego le dicen transpira notas musicales.
Con la respiración un poco agitada, la joven llega al centro comercial y va hacia el lugar en el quedo de verse con sus amigas, Akire y Makoto sus amigas desde el preescolar, para envidia de muchas ya que se tenían tanta confianza y era tal su amistad que a pesar de chismes jamás las han logrado separar.
Llego hasta la cafetería donde estaban sus amigas, Akire una pelinegra muy risueña, reía mientras escribía algo en su celular mientras su acompañante, una picara Makoto agitaba su cabello castaño señalándola como si la estuviera riñendo. Sigilosamente se acerca a su mesa, la joven observa que ya estaban comiendo.
— Aja, empezando sin mí –viendo sus pasteles y las malteadas en la mesa— que malas.
Akire y Makoto ven hacia su amiga. Hikaru Tsubasa, quien va con unos de sus clásicos atuendos, unos jeans ajustados, una sudadera holgada y tenis rosas, su cabello sujeto en una coleta algo despeinada. Todo su atuendo es normal, hasta que la ves a ella. Una chica pelirroja, tez blanca y unos rasgados, aunque no tanto, ojos azules. Pero también con su típica sonrisa, ajena a la demás gente.
— No es culpa nuestra que llegues tarde. — Le dice Makoto con una sonrisa
—Exacto, además también pedimos para ti –en eso llega una crepa y una malteada de vainilla, su favorita.
— Lo sabía –con estrellas en los ojos viendo tan ricos postres— son mis mejores amigas.
Akire y Makoto ríen ante el comentario, pero sobre todo a la cara que tiene la pelirroja, ya que si algo disfruta es comer cosas dulces. Ya instalada cómodamente con sus amigas, platican un rato mientras terminan de comer y hacen planes para la “Operación cambio” Que consiste en comprar algo lindo, femenino y sobre todo hermoso, para que Haruna caiga rendido a Hikaru.
Sus amigas al principio cuando ella les platico de sus sentimientos por él, no le creyeron, ya que ella nunca ha tenido ese tipo de sentimientos por un chico, pero cuando se dieron cuenta que Hikaru iba en serio, se propusieron apoyarla al cien. Ella en todo momento las ha apoyado así que era su turno de ayudarla. Saben que iría a una fiesta organizada por su primo Rin.
Ocasión idónea para por fin declararle sus sentimientos.
Para Hikaru todo tenía que salir de tal manera que espera que sea algo para recordar. Mas a un con la ayuda de sus amigas. También agradecía que su colegio aun siendo uno de los más estrictos de la zona de Tokio, era flexible en cuanto a los eventos fuera de clases. No por nada las familias más importantes y ricas del país permitían que sus hijos fueran ahí.
Aun así, Hikaru sufría el típico acoso escolar, no a los grados que es un impedimento el realizar una vida normal escolar, pero si muy molesta. También el tener a sus mejores amigas, hijas de importantes familias niponas ayudaba mucho.
—Entonces Hika—chan ya tienes idea de cual será tu atuendo soñando.
Hikaru traga su ultimo pedazo de crepa y sonríe confiada a Makoto.
—Si Mako—chan. Se lo comente a Okāsan se emocionó tanto que quería venir, pero tuvo que salir por una emergencia en el trabajo.
Marina Tsubasa una señora entrada en sus 40, era una gran empresaria. Tenía una de las agencias de modelaje más famosa en el mundo de la moda Lolita. Ella una gran modelo en su juventud, aprovecho sus conocimientos y creo una gran empresa. Su esposo Mitsuke un empresario en el ámbito de la construcción estaba muy orgulloso de sus logros.
—Tus padres son maravillosos Hika—chan. Aunque un poco alocados.
Hikaru ríe ante eso, ya que es consciente de que lo son. Ya que al ambos ser muy jóvenes se comportaban como hermanos mayores, más que padres, claro que cuando eran temas de disciplina tomaban con entereza sus papeles de adultos.
—Algún día les mostrare el regalo que me hizo Okāsan.
Riendo las tres, dejan el lugar dispuestas a recorrer las más exclusivas tiendas hasta encontrar el atuendo perfecto.
Tras un par de horas por fin encuentran, no es lo que querían, pero es algo que es totalmente su estilo una sudadera con un gorro con unas orejas de gato, una falda muy corta azul con volantes y en el dobladillo unos dibujos de gatos, una lycra negra con decorados en azul, unos calentadores en gris y unos lindos tenis n***o con azul y para complementar una bolsa negra en forma de gato.
Tal vez no era lo más glamoroso o elegante, pero encajaba con el estilo de Hikaru. Tras cenar y quedar al día siguiente, se despiden. Saben que la fiesta será un éxito.
***
Akire luciendo un vestido azul corto de manga larga con unas sandalias blancas, Makoto unos jeans ajustados blancos, una blusa sin mangas y unas sandalias verdes, ya estaban listas y nerviosas para ir a la fiesta. Hikaru con su atuendo van al lugar de la fiesta, no sin antes prometer llegar temprano a sus respectivas casas. Ya que, al ser pronto vacaciones de invierno, tenían que entregar todo, ya que, regresando en un instante ya estarían en su siguiente año escolar.
Eran casi las 7 de la noche y la música ya se escuchaba fuera de la casa, la fiesta era en honor por que el equipo de baloncesto de la preparatoria al cual pertenecían Haruna, Rin y Jhon, el hermano mayor de Hikaru. Habían ganado el campeonato regional, afortunadamente para Hikaru, su hermano se fue a festejar con una de sus conquistas, así que no lo vería en la fiesta. Cuando las chicas entran, un mar de gente estaba en el lugar.
Estuvieron deambulando un poco por el lugar, hasta que por fin encontraron a Haruna y Rin que como siempre tenían su sequito de admiradoras. A Hikaru no le gustaba que se le acercara a Haruna, pero sabía que era inevitable ya que, al ser m*****o del equipo, atlético y guapo, no era inmune a que lo buscaran. Así que tomando valor se acercan a ellos, Hikaru toma una pose coqueta, en un anime nuevo lo había visto así que probó si funcionaba.
— Hola Haruna, Rin
Los dos sorprendidos ven hacia ellas, Haruna no lo podía creer Hikaru se veía fabulosa, la conoce desde niños y siempre la había visto como una hermana o prima, además siempre lucia ropa para nada femenina jamás le atrajo la atención, claro era muy bonita pero ahora con ese traje, podía apreciar cada uno de sus atributos, sus piernas largas, su estrecha cintura y esos… bueno mejor ni pensar en eso si no quería empezar a babear. Además, con el ligero maquillaje que usaba, sus labios se veían muy besables y sus ojos azules más grandes.
Agradece que no estuviera Jhon si no ya lo habría golpeado por ver de tal manera a su hermanita, aunque honestamente no lo podía evitar. Decidido quiere pasar tiempo con la nueva Hikaru, por algo son amigos de la infancia, no importa que ahora casi no la mire.
— Hola Hikaru, que bueno que llegaste, ven vamos a bailar.
— Claro, Haruna.
Si había algo que tenían en común era que a los dos le encantaba bailar, así que para enojo de las demás y alegría de Akire y Makoto, salen a bailar una canción. Los dos están bien coordinados como si llevaran años bailando o fueran pareja lo primero si era verdad, entre bailes de negocio de sus padres, una que otra actividad en la escuela, los hacia muchas veces pareja de baile, aunque en esa ocasión fuera diferente, nadie los obligaba y mucho menos estaban bajo la atenta mirada de sus padres o hermanos.
La fiesta pasó entre bailes, platicas, miradas de odio de muchas para molestia de Hikaru. Sobre todo, de un grupo de chicas que tomaban nota de la situación.
Hikaru al ver la hora ya son pasadas de la una, no queriendo que sus padres se preocupen, se despide de todos.
— Chicos lo siento, me tengo que ir.
Akire y Makoto se quedarían un rato más.
— Te acompaño, no quiero que te pase nada. — Le dice un Haruna muy solicito, que quiere pasar más tiempo con ella.
— Gracias Haruna.
Makoto y Akire con sendas sonrisas los despiden, por dentro le desean suerte a Hikaru. Haruna llama a su chofer mientras lo esperan no deja de observar a Hikaru, es como si una nueva faceta de ella estuviera floreciendo. El auto llega y muy caballerosa la ayuda a subir. Se acomodan muy cerca uno del otro y empiezan a platicar de trivialidades. Hikaru se siente tan a gusto que no quiere que termine la velada.
Gracias a que no hay tráfico en la zona, llegan a la casa de la familia Tsubasa en la zona de Sumida.
— Haruna gracias por acompañarme.
— No podía perder la oportunidad de hacerlo. Además, si no lo hacía, no lo tendría esta oportunidad.
— ¿De qué?
— Esto…
Haruna la toma de la cintura y se acerca a sus labios, Hikaru sorprendida al principio no sabe qué hacer, su primer beso, del chico que quiere, parece para ella un sueño. Como puede con nervios y miedo pasa sus manos tras la nuca de Haruna y hace que el beso sea más intenso, sus labios juegan en un lento vaivén, Haruna muerde lentamente el labio inferior de Hikaru cosa que causa que ella suelte un pequeño gemido. Lentamente se separan.
— Descansa Hika—chan, nos vemos en la escuela. ¿Almorzamos juntos?
— Claro.
Haruna al verla con los labios un poco hinchados por sus besos, quiere seguir besándola, pero sabe que no es prudente, le da un beso en la mejilla, tierno pero intenso, cosa que ella le causa un tenue escalofrió, como un caballero espera que entre en su hogar.
Hikaru como en trance, aun embelesada, pero con cuidado de no encontrarse a nadie de la familia, llega a su habitación, como puede se cambia de ropa por su suave pijama, se desmaquilla y acomoda su cabello en una trenza. Se acuesta en su cama y recuerda el beso.
Con sus dedos suavemente recorre sus labios, jamás pensó que su beso fuera así, tal vez un toque suave, pero nada tan intenso o por lo menos tan apasionado. Si no supiera que esta despierta se pellizcaría para saber si no está soñando. Sabe que perdió la oportunidad de decirle sus sentimientos a Haruna, pero va por buen camino, pasar más tiempo con él es algo importante.
— Creo que Mako—chan y Aki—chan no creerán lo que paso.
El sueño poco a poco la fue venciendo, logrando tener sueños de besos, caricias y a Haruna diciéndole una y otra vez “Te amo”.