Capítulo Tres

1594 Palabras
Cap. 03: “Dios, ayúdame” Cada vez menos para vacaciones y cada vez menos para mi cumpleaños. En realidad, mi cumpleaños no era algo tan relevante para mí, siempre era lo mismo, alguna llamada de la abuela, mi mamá estaba demasiado ocupada trabajando para pasar el día conmigo así que en la noche teníamos una pequeña cena y obviamente, Jimin estaba ahí. Día martes, en parte los odiaba pero también me gustaban. Los días martes eran los únicos días en los que pasaba un tiempo "tranquila" con Jimin. Le daba tutorías de Historia, pero a pesar de eso él con suerte pasaba el límite de la calificación mínima. También odiaba historia, no me malinterpreten me encantaba aprender sobre los tiempos antiguos, pero era la única materia en la cual tenía segundo lugar y odiaba eso. — Esto ya me está aburriendo, Hyemin — se quejó Jimin sobre mi escritorio — ¿Era necesario hacerme despertar tan temprano para esto? — Tenemos examen, Jimin. Y quizás tú no quieras que tu calificación dejé de ser tan baja pero yo sí. De todos modos tú me dijiste que te despertara para estudiar. — Pero jamás pensé que lo estabas diciendo de verdad — giré mis ojos y seguí pendiente de mí libro. Escuché a Jimin quejándose un poco más y luego oí los lápices siendo usados como baquetas de batería. — ¿Puedes parar? — pregunté molesta. — Por supuesto, pero no sé si sea bueno que aún estés en pijama y entremos a clases dentro de media hora — agregó apuntando hacia el reloj colgado en mi pared. — ¿¡Por qué no me lo dijiste antes!? — ¿Realmente quieres que responda a eso? — preguntó de vuelta. Obviamente respondería con un "tú no preguntaste" así que lo dejé pasar. Mi computadora sobre la cama comenzó a sonar con el típico tono que tenía skype. En la pantalla se leía "Kim Tae Tae” y apurada le contesté. — Hol... — Hola chicos — dije viendo a Tae  junto a Jungkook — en un rato les hablo, ustedes solo esperen aquí — dije demasiado rápido antes de desaparecer de la cámara. Jimin, quien se encontraba riendo por mi desesperación, me lanzó un par de zapatillas que estaban a su lado y salí de la habitación para cambiarme. No me gustaba el maquillaje, pero la brisa mañanera había secado tanto mis labios lo que me encontraba en la obligación de usar labial para que no me dolieran. Cuando volví a la habitación un muy molesto Jimin pasó por mi lado, golpeando de forma brusca mi hombro con el de él. Su mirada se veía sombría, y yo no había tenido nada que ver con eso. Jungkook y Taehyung estaban hablando en cuando me acerqué de vuelta a la cámara, y este último tenía la misma mirada que tenía Jimin al salir. — ¿Qué... pasó? — pregunté apuntando a la puerta refiriéndome a Park. — Solo olvidado, Park es un... — Taehyung — lo detuvo Jungkook antes de que hablaran. — Está bien... — dije. Sabía que era difícil hacer enojar a Taehyung, y cuando lo estaba era mejor no hacer nada que lo pusiera peor — ¿Y ustedes por qué están juntos? — pregunté señalándolos. — Ambos queríamos darte una noticia importante — respondió Jungkook. — ¡Nos vamos a casar! — gritó Taehyung — Será el próximo año, ¿Verdad Kookie? — dijo Tae abrazando a Jungkook. — Tae, no empieces — se quejó Jungkook entre risas. — ¡El Taekook es real! — chillé acaparando la atención de ambos. Solía molestarlos de esa forma a pesar de que sabía que ambos eran heterosexuales, pero sin bullying no hay amistad, ¿Verdad? — Ni lo sueñes, Hye — dijo Jungkook — Si, a parte Jeon tiene novia. — ¿¡Tienes novia!? — Jungkook era un chico callado y cerrado con las mujeres, y eso no era un secreto para nadie por eso me sorprendía lo que pasaba. — No es exactamente mi novia, pero... — ¿Cómo se llama? — lo interrumpí. — YongSun — respondió. — ¿Cómo la prima de Tae? — Es mi prima — afirmó Taehyung. Antes de que pudiese decir algo en vez de poner una cara de estúpida asombrada, unos golpes se oyeron en la puerta. — ¡Ya voy, Jim... — la puerta se abrió mostrando a mi madre cruzada de brazos. — Jimin se fue hace más de diez minutos. Hola chicos — saludó a Tae y Jungkook en la pantalla — Hyemin, vete a clases. (...) El día había sido completamente extraño, a penas entré a la sala un montón de bolas de papel me recibió en la entrada, mi vista se desvió a Jimin quien parecía muy entretenido mirando un lápiz, después de eso me había ignorado completamente, nisiquiera me miraba o se reía cuando sus amigos me decían algo. En parte me sentía más tranquila, no me importaba si sus amigos me decían cosas, en realidad me molestaba que Jimin después de tener una gran amistad se comportara de ese modo. Después del examen de historia hice lo mismo de siempre, tomar mis audífonos y leer. Vi al profesor hacerme señas para que fuera donde él, me gustaba que entregara los exámenes de inmediato, siempre odié la espera. Cuando por fin lo tuve en mis manos di un largo y pesado suspiro, nuevamente me faltó un punto para tener la calificación máxima, malditas alternativas. — ¿No puedo hacer algo para tener ese punto? — le rogué al profesor mientras él reía. — Siempre lo mismo, Hyemin. ¿Estarías dispuesta a hacerme un ensayo de diez páginas escritas a mano sobre la mentalidad de las personas luego de las invasiones mongoles en el siglo XIII? — ¡Por supuesto que no! — si, odiaba no alcanzar la mejor nota, pero odiaba las tareas y tan solo era un punto. — Para la próxima será — dijo y yo hice un mohín, esta era el último examen antes de que salieramos de vacaciones — Puedes irte, Hye  — dijo cuando sonó el timbre. Como siempre, me tardé un poco más de lo normal en salir del salón. Metí las cosas dentro de mí mochila y caminé hacia la salida, cuando estaba a punto de salir oí la voz de Jimin llamándome, al principio no le presté atención, él no me había tomado en cuenta durante todo el día y yo no iba a dejar mi orgullo. — Hyemin — gritó otra vez y ahí recién me giré para mirarlo, pero por más que miraba a mi alrededor no lo encontraba — Acá arriba — lo escuché otra vez, y cuando alcé mi vista para verlo un líquido pegajoso y con un olor espantoso cayó sobre mí. Comencé a oír risas y algunos murmuros a mi alrededor, por el otro lugar los amigos de Jimin reían a carcajadas con sus celulares en sus manos probablemente grabando todo. Quité la desagradable sustancia de mi rostro y miré fijamente a Jimin, quien estaba completamente serio mirando desde arriba. Salí corriendo del lugar, no por las burlas de los otros ni por la vergüenza que sentí, sino porque no soportaba ver a Jimin llegando a tal punto. Durante el recorrido a casa nadie fue capaz de ayudarme ni siquiera con un pañuelo para sacar el extraño líquido de mi cuerpo, nadie. A penas llegué a mi casa fui directo a tomar una ducha, después de eso no quería hablar con nadie, ni siquiera con los chicos y agradecí que mi mamá estuviera en la cafetería. Cuando estaba a punto de conciliar el sueño, unos golpes resonaron el la habitación y luego la puerta se abrió. — Minnie... — escuché la voz de Jimin. — Vete Park — dije cubriendo mi cabeza con una almohada. Sentí un lado de mi cama hundirse y luego la mano de Jimin sobre mi hombro. Rápidamente me aparté de su toque, dejándolo estático en su lugar — Es enserio Jimin, vete. — Hye, n-no fui yo el de la idea, te lo juro. — Pero estabas ahí. — Lo sé, pero yo... — dentro de mí estaba rogando para que Jimin dijera que lo sentía. Él jamás se disculpaba conmigo, no importaba qué — Estaba enojado, Minnie, hice las cosas sin pensar y... — Vete — dije entre dientes. La mirada de Jimin cayó sobre mí — ¿Qué no escuchas? Quiero que te vayas, no quiero que me vuelvas a hablar, no me mires y no vengas a más mi habitación, porque te odio tanto Park Jimin, eres un completo imbécil. — Lo sé — dijo encogiéndose de hombros — Tus amigos me lo dejaron bastante claro — y diciendo esto salió de mi habitación. (...) Durante las dos semanas subsiguientes a nuestra discusión Jimin hizo todo lo que le pedí, me había ignorado completamente y yo a él. Las clases ya se habían acabado y eso tampoco había evitado que me encontraba con Jimin, como siempre este venía al departamento y pasaba la mayor parte del día con nosotras, independiente de eso, no nos hablamos. Domingo, el único día en el que MinYoung, la madre de Jimin, estaba en casa. Hacíamos una cena en donde los cuatro estábamos juntos, la mayor parte de este día Jimin y yo peleábamos, pero está vez había sido demasiado silencioso. — Bien, quería hacer esto más dramático y decirlo mientras ustedes peleaban, pero viendo que eso no pasará... — mamá me envío una mirada y continuó — ¡Nos iremos de campamento! Serán dos semanas. — ¿Qué? — gritamos Jimin y yo al unísono. — De campamento, hijo. Ya sabes, dormir en tiendas, cocinar en fogatas, ¡Va a ser demasiado entretenido! — ¿Y tu trabajo? — le preguntó Jimin. — Tengo este mes de vacaciones, cariño. Una sola palabra, ¡Horrible! ¿Dos semanas sin internet, sin ver a mis novios a.k.a pósters de 1D y conviviendo con Park? Dios, ayúdame.
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