Fin; fin, y... Rotundo final a mi cuento. Es eso lo que se repite en mi cabeza apenas me encierro en mi cuarto. Son él y ella. El hombre que pasó por mi vida como un terremoto, que me hizo sentir demasiado en tan poco tiempo, que dijo que me amaba y que todo lo hacía por amor a mí, hoy aparece en televisión con otra mujer. Qué cabecita contradictoria la mía, ¿no? Lo que ocasiona una simple noticia de cotilleo, ¿verdad? Qué feo, insaciable y doloroso sentimiento son los celos, ¿cierto? ¡Cómo pude ser tan estúpida! Cómo dejé que su presencia influyera de tal manera en mí que después de cinco meses, permití en cuestión de segundos que desmoronara mi vida perfectamente estructurada, tranquila, rutinaria. Una vida sin fisuras entre trabajo, libros y comida. Una vida libre de Rashid

