“Ella es una chica bastante linda —pensaba al verla. —su cabello oscuro y largo, sus ojos color café y esa piel tan suave a la vista y tiene los labios rojos, un lindo color pese a ser naturalmente así, su estatura es normal, calculo que alrededor de un 1.66metros”.
—¿Qué tanto miras? —le dice mientras frunce el ceño.
—Nada, lo siento es que… sinceramente no lo puedo evitar —responde Drake tímidamente.
—¿Tan hermosa soy para ti? —ella se da aires de grandeza, sabiendo que él no negaría nada.
—No —pero de inmediato se retracta. —digo si eres hermosa no estaba pensando en que eres fea porque si eres hermosa, lo que quiero decir es que suelo mirar fijamente a las personas cuando quiero saber algo o simplemente lo hago automáticamente es como un hábito el… mirar fijamente.
—Entonces te parezco hermosa —le sonríe.
—No puede ser ¿Fue lo único que escuchaste? —dice Drake.
—Tranquilo lo escuché todo no te preocupes no pasa nada mientras no tengas pensamientos sádicos o pervertidos.
—Creo que te preocupa eso demasiado —dice él sin darle más vueltas.
—Tengo mis motivos —parecía que ya algo le había sucedido referente a eso. —y bueno ya que estamos aquí en la escuela me tomaré la libertad de invitarte a almorzar hoy ya que los dos salimos a la misma hora si te parece bien, en el lugar donde sueles ir.
—Me parece bien, nos vemos.
Las clases eran aburridas como siempre, era de esperarse que no estuviese concentrado después de la conversación que tuvo con ella en mañana, aunque más extraño es que ella no le haya preguntado nada más después de eso, sin embargo, cree que no quería tocar el tema nuevamente.
Después de salir de clases se dirigió al lugar de siempre y la encontró hablando con algunas chicas y un par de chicos, no quiso acercarse ya que se le veía contenta y se notaba lo entretenida que estaba, lo más probable era que si se acercaba todos se irían y eso la haría sentir mal así que simplemente se dio la vuelta y fue a la salida para irse a casa a comer solo y en paz como suele hacerlo.
Aunque era la primera vez que la veía con otras personas era extraño, pero era de esperarse en un momento u otro ya que se supone que es una estrella de TV.
Al llegar a casa puso a calentar un poco de pasta que le había quedado del día anterior y de camino a su hogar había pasado por una panadería y compró pan relleno de arequipe así que ese sería su almuerzo, bastante inusual, pero le gusta esa clase de combinación.
Se duchó y se preparó para irse a trabajar, pero justo antes de salir el timbre comenzó a sonar desesperadamente.
—¡Ya voy! —exclamó desde su cuarto. —¿Si diga?... Christi… —y antes de que pudiese reaccionar ella le abofeteó, no lo hizo fuerte, pero se notaba la intención con la que lo hacía.
—¡Eres un idiota! —en sus ojos se notaba más molesta que en toda su expresión facial. —¡Nadie debe dejar plantada a una chica eso solo se le ocurriría a un idiota! —le gritaba ella.
—Lo siento —Drake se cogía la mejilla. —pensé que…
—Pensaste que como estaba acompañada no te prestaría atención —se adelantó. —pensaste que todos se irían porque casi nadie quiere estar a tu lado y te dio vergüenza acercarte a mí, pensaste que estaba mejor con ellos que contigo el chico del que toda la escuela tiene miedo.
Extrañamente, pero verdad, ella le había robado las palabras y las había dicho exactamente como él las diría solo que, con rabia, pero ya no había nada que explicar.
—Tú lo has dicho, ya no hace falta que yo te lo explique —dejó de verla por vergüenza.
—Eso es una estupidez —dice y aprieta las manos de rabia. —podías haberme enviado un texto o algo así.
—Ni siquiera tengo tu celular —responde aun con la mirada a la pared.
—Pues no lo has pedido idiota. ¡Mírame! —gritó de repente.
—Debo trabajar lo siento —sale del departamento y ella lo sigue, cierra la puerta, pero mientras lo hace sigue notando y sintiendo la pesadez de su presencia y su enfado en sus hombros.
—¿Estas huyendo de mi ahora? —pregunta, pero Drake no tiene intenciones de responderle. —Ah ya veo, no quieres ser regañado porque…
—¡Porque estoy cansado de todo esto! —la interrumpe cuando explota y no puede retenerse internamente. —ya no soporto esto, además no tienes motivos para regañarme solo por eso, tú solo sigue con tu vida feliz y deja la mía tal cual como está.
Luego de eso se fue, y la dejó ahí justo frente a la puerta, tal vez había sido demasiado duro, pero no pudo contener sus sentimientos, luego se estaba arrepintiendo en el trabajo, pero tal vez ella ya no querría volverle a dirigir la palabra.
—Hola chico brabucón, te ves decaído, aunque es propio de ti, pero esta vez es peor que las anteriores, ¿Sucedió algo?
—¿Y tú que haces aquí? —le pregunta a Nate, pocas veces le ha visto en su trabajo.
—Tenía hambre y estaba cerca y pensé en venirte a visitar, no hemos podido estar juntos mucho tiempo y lo siento por eso —casi suena como si de verdad lo lamentara.
“Seguro él tampoco necesita a alguien como yo —pensaba Drake”. —Pues gracias por tu consideración —dice a modo serio.
—Vamos no seas así conmigo, vine solo por ti, de hecho, dejé plantada a mi novia para venir —le responde, pero eso no va a levantarle los ánimos.
—Gracias por darle más motivos para que me odie —dijo Drake.
—Da igual, somos amigos ella no debe interponerse entre nosotros.
—Tienes razón gracias por eso —esta vez deja de ser tan borde y le sonríe un poco. —te tomaré la orden de siempre y cuando acabe podremos hablar, hoy salgo temprano.
—Perfecto aquí te espero.
Al salir de turno Drake fue a cenar con Nate quien iba a invitarle a comer tacos así que se dirigieron hasta un local cerca de su casa para conversar un poco. Fue bastante divertido y se despejó de muchos problemas así que se sentía perfecto para irse a casa.
—¿Qué te parece si mañana almorzamos juntos? —propone Nate.
—Eso me parece bien, ya debo ir a casa nos vemos mañana gracias por la comida —le responde.
—Cuando quieras, buenas noches —dice Nate.
—Hasta mañana —se despide de él y continúa caminando.
Al dirigirse a casa sentía una extraña sensación de culpa por las palabras que tuvo con Christina así que por el camino fue a comprar unos chocolates para llevárselos cuando llegara, pero tal fue su sorpresa cuando llegó al departamento. Estaba Christina sentada dormida frente a su puerta, estuvo esperando todo este tiempo a que él regresara, llevaba puesta la misma ropa que cuando vino a verlo así que puede dar por hecho que desde que se fue ella no se movió.
—Oye ¿estás bien? —la mueve suavemente. Ella lentamente abrió los ojos, pero aun así parecía un poco confundida por el sueño.
—Regresaste… —dijo somnolienta. —lo siento por haberte gritado no era mi intención.
—¿Qué haces durmiendo aquí? —dice Drake y observa a los alrededores para ver si no hay nadie.
—Esperaba que regresaras no pensé que fueras a tardar tanto en venir y me quedé dormida por el cansancio —esas palabras le partieron el alma, creyó no reconocerse en ese momento.
—De verdad lo siento ¿Quieres pasar a tomar un poco de café? —la ayuda a levantarse y ella se sacude el polvo de sus jeans.
—Me gustaría con leche y azúcar —parecía tan frágil al decirlo.
—Si está bien —abre la puerta. —entremos.
Mientras estaba en la cocina pensaba en razones por la cual ella decidiese haberle esperado, pero no se le venía nada a la mente.
—Oye ten pruébalo a ver si está bien de azúcar —le entrega la cálida taza con café.
—Está bueno —dice al probarlo. —gracias.
—Supongo que después de todo aprendí trabajando en el restaurante —se dice y luego se sienta del otro lado de la mesa. —tengo galletas si quieres —hace para levantarse.
—Está bien así, gracias —ella le hace señas que se siente. —pero dime algo ¿Y esos chocolates para quien son? —señala los que trajo para ella.
—Bueno pensé en comprártelos para disculparme por haber sido rudo contigo —contesta con nerviosismo.
—Gracias —ella coge la taza con ambas manos y bebe un sorbo. —en verdad me encanta comer chocolate, yo lo siento por todo lo demás.
—Tranquila, yo actué mal tú solo preguntabas y no sabías nada, fue mi error —se aprieta una mano con la otra.
—Y que sepas que si hubieses llegado y los demás se habrían ido yo me hubiese quedado justo donde estaba —el que ella dijera eso le hacía pensar de manera muy diferente a como pensaba de ella. Escuchar esas palabras le hacía feliz.
—No pensé que fuese a ser así, nadie más que Nate haría eso por mí —le afirma Drake.
—Pues ya sabes que yo también lo haría —le dice y sigue bebiendo el café.
—Y te lo agradezco —responde con una sonrisa. —tengo una duda.
—¿Cuál? —ella coloca la taza en la mesa.
—¿No se supone que deberías estar trabajando en la Tv? Es que no te he visto en nada más que en la preparatoria.
—Digamos que mis actividades empezarán el próximo mes, me dieron un mes para adaptarme a esta vida de nuevo —respondió de una forma que le hizo pensar lo duro que debe ser la fama, no parecía contenta por ello.
—Entiendo —asiente con la cabeza. —ya se me había hecho extraño. ¿Ya repararon tu aire acondicionado? —le pregunta luego de eso para poder continuar la conversación normal.
—Aún no han podido —responde Christina.
—Ya veo, pues puedes quedarte si quieres… —se calla unos segundos y deja que el silencio inunde la sala.
—Aprecio tu oferta, pero no quisiera molestar —se levanta de la silla.
—No serías una molestia —le dice y vuelve a mirarla.
—Pues si tú lo dices está bien pero solo hasta que lo reparen y de seguro lo harán pronto.
—Perfecto, te ayudaré a traer las cosas que necesites hasta entonces —le propone considerando que una chica necesita muchas cosas para preparase por las mañanas.
—No te preocupes no son muchas ya mismo iré y las traeré, tú puedes esperar aquí regreso más tarde —señaló.
—Bueno…
Mientras tanto Christina en su casa.
—Creo que tendré que decirle pronto quien soy —se dice mientras coge ropa del armario. —esperaré el momento adecuado, no me creería si lo digo así como así, lo mejor será esperar un poco más, pero los dos corremos peligro tendré que acelerar el proceso.