CAPÍTULO NUEVE

1590 Palabras
ELINA “¿Disculpa?” Lily me pregunta anonadada y yo tengo que respirar profundo para no perder la paciencia. “Necesito que me consigas algo que pueda tomar o cualquier cosa que sirva para evitar quedar embarazada, lo que sea, pero que sea efectivo,” le repito tratando de no perder la paciencia. “Pero… no lo entiendo, pensé que querrías tener un heredero del rey Zane pronto,” ella me dice con confusión y yo ruedo mis ojos. “Honestamente Lily, pensé que a estas alturas ya me conocerías mejor,” le digo sacudiendo la cabeza y ella parece un poco avergonzada. “Lo siento, trataré de conseguir lo que me pediste,” ella responde antes de dar la vuelta para irse. “¿Lily?” la llamo antes de que salga por la puerta. “¿Sí?” ella responde. “Creo que no necesito decirte esto, pero lo haré de todas formas: nadie puede saber sobre esto, ni siquiera mi tío, si alguien te pregunta para qué quieres eso diles que es para ti, por favor,” le digo y ella asiente vigorosamente. “Por supuesto que sí, no le diré a nadie, te lo prometo,” ella responde de inmediato. “Muchas gracias,” le respondo con una leve sonrisa y ella inclina su cabeza hacia un lado con confusión, pero se recompone rápidamente y se va. Sé que es extraño para ella que yo sonría así sea levemente, ha pasado un año en el que básicamente no he tenido ni un segundo de tranquilidad, ni siquiera cuando estoy en la cama con Zane, pues por más de que él intente satisfacerme de la mejor forma que puede, no he podido tener un maldito orgasmo, siempre son interrumpidos por ese dolor punzante en mi pecho y entonces termino frustrada conmigo misma por no poder disfrutar ni siquiera esos breves momentos que se suponen deben ser de placer. Zane no lo nota, por el contrario, él parece más que feliz desde que nuestra vida matrimonial empezó, y a veces siento un poco de pena por el pobre diablo, no entiendo por qué insistió en casarse conmigo a pesar de todo el bagaje que cargo a cuestas, pero a él no parece importarle en lo absoluto, y a veces mi mente ansiosa me traiciona con pensamientos lúgubres en los que me cuestiono si todo esto no es demasiado bueno, si Zane no es demasiado perfecto como para ser cierto, -algo malo debe tener- me digo a mí misma con frecuencia, pero hasta el momento no le he encontrado más defectos que los de una persona normal, o incluso menos. Pero Zane no es Bastian. Y aunque me odie a mí misma por constantemente compararlo con el hombre que tanto daño me hizo, es algo que es prácticamente imposible de evitar, simplemente no logro detener los pensamientos una vez que empiezan, y aunque Zane haya hecho mucho más de lo que cualquier otro haría en su lugar, no puedo sentir por él lo que sentía por Bastian, no logro alinear mi corazón con mi cabeza, e incluso mi loba no parece muy interesada en él, pareciera que le da igual, le gusta el placer momentáneo que se siente justo antes de que el dolor agudo dañe el momento, pero por lo demás, no parece en absoluto querer acercarse a él más de lo necesario, las pocas veces que Zane y yo hemos estado juntos mientras estamos completamente transformados, su lobo parece mucho más curioso de mi loba, incluso cuando ésta parezca sentir fastidio después de cierto tiempo juntos. No puedo decir que la culpe, así como mi loba, mi resistencia al tiempo que puedo pasar junto a Zane, o a la mayoría de personas, es limitada, no logro pasar demasiado tiempo junto a alguien antes de empezar a sentir la necesidad de irme, y todo ello ha sido de esa forma desde ese día maldito en que perdí a mi padre, son pocas y preciadas las cosas o personas que realmente me traen algún tipo de alegría, y extrañamente, los niños de mi reino e incluso algunos de los del reino de Zane son de esos pocos con los que logro sentirme más a gusto. Pero a pesar de ello, no quiero tener hijos con Zane, sé lo mucho que él lo quiere, sé que él está esperando a que en cualquier momento le dé la noticia de que estoy embarazada, pero no quiero y no lo haré, él me ha ayudado mucho en medio de toda esta locura, pero simplemente no encuentro en mí la voluntad para tener un bebé que sea mitad él y mitad yo. Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos, y unos segundos después cuando Zane asoma su cabeza por la puerta, me pregunto con molestia si él ha venido a tener sexo conmigo y de inmediato comienzo a pensar en alguna excusa que darle para no hacerlo, en los últimos días he podido evitarlo gracias a que estuve fuera pues estaba visitando el castillo rojo y teniendo reuniones con los comandantes de mi ejército, pero ahora que he vuelto, es evidente que él querrá retomar lo que dejamos la última vez que nos vimos. “Hola, ¿puedo pasar?” él me pregunta y yo contengo el deseo de rodar los ojos y decirle que este es su palacio, por lo que de todas formas no creo que pudiera negarme, pero decido mejor no decir nada al respecto. “Por supuesto,” le respondo. “¿Cómo te fue en tus reuniones?” él me pregunta, y por alguna razón siento que está tratando de hacer charla vana para evitar llegar a la verdadera razón del por qué está aquí. “Bien, todo marcha como es debido, ¿y a ti cómo te fue con los alfas?” le pregunto y él aprieta los labios. “Pues… no tan bien, todavía hay algunos que se siguen oponiendo a nuestro matrimonio, y los que están a favor ya empezaron a pedirme que tenga un heredero pronto, así que fue bastante incómodo todo el asunto,” él me dice con una expresión cansada. “¿Y qué les dijiste?” le pregunto. “Bueno, que estamos intentándolo, lo cual es cierto,” él me dice encogiéndose de hombros y yo siento una leve punzada de culpa al recordar lo que acabo de pedirle a Lily. “Creo que eso ya lo sabe todo el reino, es evidente que las mucamas nos han escuchado y probablemente ya se corrió el rumor,” le respondo con un tono de molestia que él no alcanza a percibir, y es que parezco no agradarle mucho a las mucamas de este palacio, quienes hacen sus labores con una expresión de descontento evidente, pero ninguna se atreve a mostrar ningún signo de desobediencia o grosería hacia mí, principalmente porque me temen, no porque me respeten. “Oh, ¿quieres que hable con la ama de llaves para que se encargue de ello?” él me pregunta. “No, no vale la pena molestarse con ello,” le respondo y él asiente, pero sigue pareciendo preocupado, casi ansioso. “¿Pasa algo?” le pregunto después de unos segundos de silencio. “Hemos recibido una invitación para la coronación del nuevo rey de Howling Creek,” él me dice. “Okay….” Respondo, insegura de por qué él parece preocupado de repente. “Pregunté por la lista de invitados y parece ser que el rey de Varkolak también asistirá,” él me dice, teniendo cuidado de no mencionar el nombre de Bastian, pero supongo que la expresión de molestia es demasiado evidente en mi rostro, porque él se apresura a agregar: “Si no quieres que vayamos entonces enviaremos algún delegado importante,” “No, tenemos que ir, hemos tratado de buscar alianzas con ese reino desde hace meses, sería un insulto enviar un delegado,” le digo, pero mientras tanto estoy pensando en cómo evitar encontrarme con Bastian. “¿Estás segura? Si quieres puedo ir solo y decir que estás enferma o algo así,” él insiste. “No te ofendas, pero sería lo mismo que enviar a un delegado, les estoy pidiendo apoyo para MI guerra, no podría enviar a alguien más a hacerlo por mí,” le respondo y él asiente. “Entonces creo que sería mejor no llevarlos con nosotros,” él me dice y yo frunzo el ceño. “No los pienso dejar aquí, sabes que ellos van conmigo siempre,” le respondo con molestia. “Lo sé, lo sé,” él me dice mientras se acerca a mí y me acaricia los hombros de forma tranquilizadora, pero luego añade: “Pero, ¿y si él los ve?” “Mi madre y mi hermano son inteligentes, no dejarán que eso suceda, podemos llevar a Lily también y que se queden todos en un campamento cercano junto con algunos guerreros,” le digo y él aprieta los labios en desacuerdo, pero se contiene de decir algo. “Está bien, los llevaremos con nosotros, ¿estás segura de que quieres ir? Recuerda que esta es una ocasión importante, tendrás que hacer tu mejor esfuerzo para ignorarlo y no causar una escena, no podemos arruinar nuestra oportunidad,” él me dice y yo asiento. “No lo arruinaré,” le respondo con firmeza, pero el miedo y la ansiedad crecientes en mi interior me dicen que no estoy lista para ver a Bastian nuevamente.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR