Si Rubí había pensado que la mansión de León o Abel era extremadamente grande y extravagante, era porque obviamente aún no conocía el hogar del hermano de Cyrus. Con solo observar la majestuosa entrada, podía decirlo. Pero, a diferencia de los otros dos idiotas, la mansión de Cedric no tenía ese aire frío y poco hogareño, sí, era lujoso, casi salido de una revista prácticamente, pero tenía una calidez rondando en el ambiente que no se podía negar. Tampoco estaba esa tensión entre las personas que lo habían recibido, como si temieran de sus vidas por el más mínimo descuido, cuidando hasta su forma de respirar. Sí, había visto y presenciado el temor y algo de incomodes cuando observaron a Cyrus, pero no había nada más que respeto en su mirada y trato con el gran vampiro. —Necesito una cr

