bc

EL ULTIMO CASO

book_age18+
1.0K
SEGUIR
3.4K
LEER
posesivo
segunda oportunidad
contraataque
dominante
drama
bxg
first love
sacrifice
like
intro-logo
Descripción

Para Samantha, su vida era su trabajo, ser la mejor abogada, excelente en lo que hacía, y resolver casos. Pero cuando vio que el caso más difícil seria su vida, intentó rendirse, intento pausar todo, y resolver el último caso. El cual sería... Su propia vida.

chap-preview
Vista previa gratis
Capitulo 1
13-08-2021 Aquel viernes, cuando se presentó en su oficina, Samantha, por alguna razón que ella no lograba comprender, se sentía inquieta. Miraba a todos los lados, y no sabía ni que buscaba. Salió de su estado de inquietud, cuando escuchó la voz de su secretaria, llamarla por su nombre —Licda. Samantha, alguien la espera —Esta no dejo que Samantha contestara al llamado, antes que ella dijera algo, su secretaria, la cual se llama Vanessa. Le había dicho aquello. Samantha no contestó, no dijo absolutamente nada, y se dirigió a su oficina directamente. En la cual, al abrir la puerta se encontró con unos de sus mejores amigos, acompañado de un joven, de tés moreno, ojos color miel, pelo liso, y un muy formidable cuerpo. No se podía negar lo guapo que era, pero en ese momento lo que menos le interesaba era ver o fijarse en alguien. —Alberto, ¿En qué puedo ayudarte? —Dijo Samantha, mientras se acomodaba en su escritorio, a un lejos se le notaba el ánimo de mandar a todos al carajo, ¿Qué si se levantó con el pie izquierdo?, pues sí. —Sé que te gusta ser clara y directa, a mi igual. Él es William, y necesita de tus servicios. — Samantha que siempre ha sido muy directa, poco discreta y muy acertada también, al ver que su amigo se acomodó en su asiento como perro por su casa, ella imitó la acción. —Eres abogado, ¿Por qué vienes a mí? Ya de por sí vienes representándolo, él no ha dicho ni una sola palabra, ¿Verdad? —Ella lo miraba directamente a los ojos, y él se acomodaba en su silla, adaptando una posición más intimidante, haciendo que sus ojos se cruzaran uno con el otro. —Si tengo boca, por si lo dudaba, y me parece que tienes razón, teniendo un abogado aquí, no le veo caso a venir a usted, no sé en realidad para que Alberto me trajo aquí —Dirigió su mirada hacia el mencionado, mostrando un gran signo de interrogación en lo que dijo. —A ver… —Alberto se acomodó quedando en frente de ambos —. Créeme, en serio necesitaremos a Samantha en esto, pueden calmarse los dos, sé que ambos tienen el ego por los cielos, pero esto es importante, para los ambos. —Qué bonita manera de convencerme, sigue, así tengo más pretexto para mandarte a bañar, Alberto. —Su risa sarcástica se hizo notable, Alberto sabía que Samantha era una mujer de cuidado. Toda la vida tratando de ser la mejor, la hizo convertirse en una mujer un poco fría, poco sentimiento, y dejando una gran huella donde pisaba. Al ver la cara de poco amigos que tenía Alberto, Samantha dedujo que se trataba de un asunto grave, pero mientras más lo pensaba, más llega a la conclusión de que ya de por sí tenía asuntos más graves, y según ella, ya había tomado la decisión de renunciar, de dejar todo por un tiempo, y resolver su vida. De una u otra manera, tomar este y cualquier otro caso, tomaría su tiempo, y era decidir entre este, o el suyo. —Necesitamos hablar tú y yo—dijo refiriéndose a Alberto. —Por favor Samantha, deja que te expliquemos de que va esto, te aseguro que William es inocente. —Necesito hablar a solas contigo —Ella seguía firme en su posición, nunca fue fácil de doblegar, y hacerla cambiar de parecer era muy difícil. —Yo te espero afuera, Alberto —William había captado la indirecta muy directa de que los dejara solos. —Está bien, iré de inmediato. —Vale. —No puedo aceptar este caso —Samantha se adelantó de inmediato, vio que William había salido de la oficina, cerrando la puerta detrás de él. —Nunca había visto a la excelentísima Samantha rechazar un caso, pues si te teníamos como la patrona de las causas perdidas mujer. —No puedo Alberto, estoy en un momento complicado de mi vida, y no puedo. —Debe de ser muy complicado, para que me rechaces esto. Se podía ver la frustración en su rostro, que su amigo no comprendiera que no, que era difícil, ya que no quería hablar con nadie del tema que la atormentaba. Era difícil asimilarlo ella, como para hacer que alguien más lo haga. Alberto y Samantha se conocían desde niños, incluso cursaron todos y cada uno de los años juntos. Por eso habían cultivado una amistad como ninguno, pero cuando la situación se tornó difícil, Samantha se encerró en su mundo, siendo ella un libro completamente cerrado, para todos. —Tú no comprendes —Se había levantado de su silla, comenzó a dar vuelta por toda la oficina, tratando de pensar que hacer, si este caso valdría la pena o simplemente no. —Pero si no me lo explicas, no. Vamos Samantha, que te conozco de toda la vida, he estado contigo desde siempre, en las buenas y en las malas —Ríe —, vale, que pareciera que soy yo tu esposo, y no el bobo ese que tienes —Cuando Alberto mencionó aquello, Samantha no pudo evitar desplomarse en su silla, con los ojos casi escociendo, llorar, no, porque de fuerte se pasaba —¡No! —Exclamo Alberto sorprendido —. ¿De eso se trata, de tu esposo? —Abrió los ojos a más no poder, ya que él conocía las circunstancias en la que ella se había casado. —¡Nos vamos a divorciar! —Lo dijo en un tono tan majo, que casi no se podía distinguir lo que decía. Alberto se llevó la mano izquierda a su boca, en forma de asombro, no tanto de que se fueran a divorciar, sino porque vea a Samantha como si de verdad lo estuviera sufriendo, y no entendía el porqué. —Estás bromeando, ¿Quieres dejarlo todo, porque el bobo ese se quiere ir? No relajes, pero si estás bien loca amiga. -—Las cosas son más complicadas que eso. Tú no sabes. —Si no hablas, ¿Cómo lo voy a saber? —Sabes, ahora no quiero hablar de eso. Solo te puedo decir, que por el momento no estoy disponible, ni para este caso, ni para ninguno. —Espe… —Antes de que Alberto continuara hablando, el teléfono de Samantha los interrumpe, ella contesta de inmediato, y en la otra línea se encontraba su secretaria, avisando que su hermana la estaba llamando, y que con esa ya habían sido tres llamadas. Samantha se sorprendió, su hermana no llamaba si no era muy urgente, ya que ella conocía la agenda tan apretada que Samantha solía tener. Esta le indica a su secretaria, que se comunicara con ella y le dejara saber. —¿Qué paso?, ¿Por qué esa cara? —No lo sé, Vanessa me dijo que Sandra estaba llamando, que lo hizo tres veces, y eso me parece bastante raro, sabes que ella no llama. —Comunícate con ella y listo —Se notaba la cara de preocupación en el rostro de Samantha, en realidad si, aunque ella y sus hermanos tenían una muy buena relación, no se interponían en nada con respecto al trabajo uno del otro. Su hermana mayor es doctora, y tiene una hermosa familia, junto a sus dos hijos, pero siempre al pendiente de ella y su hermano Daniel, el cual es el menor de los tres, y ambas lo adoran bastante. Él aún vive con sus padres, no se ha casado ni tiene hijos. En cambio, Samantha y Sandra, ambas se habían independizado desde muy joven, antes de casarse, Samantha vivía sola, pensaba que eso la iba a ayudar a no tener tantas preocupaciones, ya que era muy dedicada en su estudio, que sabía mantenerse desvelado diario. El teléfono volvió a sonar, antes de que sonara dos veces, ya Samantha lo tenía en los oídos. —Dime Vanessa. —Licda. No logro volverme a comunicar con ella —Samantha suspiró, puso las manos en su cabeza y de repente se levantó de la silla, con intención de salir. Alberto la detuvo en la puerta, obstruyendo su paso. —Espera, espera. Sé que andas apuradas, porque Sandra te llamó, pero quizás si no contesto, es porque no es nada, o está muy ocupada. No me dejes así, ayúdanos. —Suenas egoísta sabes ¿Por qué te interesa tanto este caso? No entiendo. —Créeme, necesitamos tu ayuda —Alberto se exasperó a tal punto que termino gritando, alzó la voz delante de Samantha, cosa que nunca había hecho. La reacción de Samantha fue, echarse para atrás. Y ni sabía por qué —. ¡Perdón! Perdón, Sami, no quería gritarte de esa forma, pero estamos desesperados. Samantha se había quedado analizando todo, en su cabeza no cabían más pensamientos, el problema de su divorcio, el de su hermana (Si tenía un problema o no), y este, aceptar un caso, que no estaba muy segura si podría o no en estas circunstancias tan estresantes para ella. Pero Alberto no se lo pediría si no confiara tanto en ella, que no tuvo más que tomar una decisión allí en ese mismo instante. —Acepto, per…—No completó lo que diría, Alberto la levantó en brazos y dio vueltas con ella alzada de brazos —. Estás loco, bájame, bájame Alberto. —Gracias, gracias —La sonrisa de este era notable, desde lejos se podía escuchar su corazón latir de felicidad, Samantha no comprendía que tanto se traía él con este caso, pero no había de otra, ya se había metido en este rollo. —No me agradezcas, será lo último que hago por ti, oíste —Este no borraba su sonrisa, aunque le dijera lo que fuera —. Además, ya no importa, porque de una u otra manera, este será “el último caso”.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
53.5K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.8K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.6K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook