Prólogo
Hubo una época, hace millones y millones de años. Mucho antes de los dinosaurios, habitaban unas criaturas o seres de los que hoy en día se conocen por mitos y leyendas cuyas historias han pasado de generación en generación: historias sobre seres mágicos, entre otras.
Cuenta una de las muchas leyendas que narraban nuestros antepasados, que hace muchas lunas, había un lugar dónde las criaturas mágicas y los humanos vivían en perfecta y completa armonía y felicidad. Es decir, existía un equilibrio entre el Cielo y la Tierra.
Todo parecía excelente en el mundo, pero para que se mantuviera ese equilibrio existían leyes, reglas y promesas tal y como ahora. Se decía que cuando el mundo era joven, únicamente existía un hada y una humana creadas ambas por el amor del mundo. A ambas se les entregó una piedra en forma de corazón de dragón, la cual contenía la "Suprema Magia". Así que, para el hada y la humana pudiera reproducirse y poblar el mundo debían compartir esa piedra. Desde ese día en el joven mundo se estableció la primera promesa de amistad; el equilibrio perfecto que reinaría en el mundo por muchas generaciones.
Y así fue, el mundo quedó habitado y el reino de las criaturas mágicas producto del amor, prosperó.
Un día, el equilibrio entre el bien y el mal se rompió. Cuenta y continua esa misma leyenda que un humano tuvo la osadía de robar la "Suprema Magia" y fue entonces cuando la promesa realizada hace miles de años por los seres mágicos y los humanos se quebró, alterando el equilibrio de la piedra y provocando la destrucción del mundo conocido.
El mundo fue devastado por monstruos tales como el rencor, la soberbia, el egoísmo y la muerte. Toda criatura viviente en el mundo, humana y mágica por igual, fueron condenadas a la extinción y al infierno.
Entre todo este caos, surgió una pequeña hada, una criatura mágica de color n***o. Ella buscó con desesperación al humano que robó la magia del corazón y aunque pasó por muchas y diversas pruebas, dolores y sufrimientos insoportables al final lo encontró.
Aquel humano había robado la magia del corazón de dragón porque se sentía solo y quería también recibir el amor de la magia. El hada negra entendió al muchacho y lo perdonó, pero para poder salvar al mundo de la devastación debían de utilizar el poder conjunto de humano y hada y destruir la piedra, la cual había sido envenenada por los monstruos que surgieron en la destrucción del mundo.
Ambos utilizaron todos sus poderes para destruirla, pero no tenían éxito. Acabaron uniéndose y se acabaron casando finalmente, pero no debían soltarse el uno al otro, ya que si lo hacían, se convertirían en polvo y se los llevaría el poder maligno del corazón del odio.
Nadie sabe lo que pasó en ese entonces o cómo fue que lo hicieron, únicamente se sabe que el mundo fue salvado por aquel muchacho y el hada negra, quienes después de la larga lucha se convirtieron en una nueva piedra mágica, obteniendo un nuevo equilibrio para el mundo. No obstante, a pesar de todo el esfuerzo, el error había sido cometido: el humano que había robado la piedra había dejado una imborrable huella en los corazones de cada ser sobreviviente y en la propia nueva piedra mágica.
A partir de ese día, humanos y hadas tuvieron que vivir separados los unos de los otros, sin que las generaciones futuras supieran de la existencia de sus compañeros. Todo esto fue necesario para evitar una nueva catástrofe, pero, se dice que entre los corazones de los humanos continúa existiendo esa "semilla de la soledad" que puede volver a llevar al mundo a la destrucción. Es por eso que en cada siglo, nace una nueva hada negra, quien tendrá la misión de encontrar a aquel humano que haya nacido con aquella semilla de soledad antes de que pueda llevar al mundo a la destrucción nuevamente y destruirla con el poder de una nueva promesa...
En la actualidad ya no se cree en la magia y estos seres ya solo quedaron en nuestra imaginación o en los libros.
Simplemente, los humanos perdieron y olvidaron los sueños, tal vez aún en la infancia pueden tenerlos, pero la cosa cambia al crecer y convertirse en adulto, pues al llegar a adulto es como si se abriese la caja de Pandora y quedan atrás esos bellos sueños de la infancia, donde podemos creer, volar y ver seres que se dan por hecho que no existen en la vida real.
Raven O'Sullivan, una adolescente normal, algo sarcástica y escéptica, vivía con sus padres e iba al instituto. Todo perfectamente normal dentro de lo que cabe para una chica de 16 años.
Aparte de eso, a Raven le gustaba el Heavy Metal y el rock & roll, vestía a veces de rockera y a veces de gótica, dependía totalmente de su estado de ánimo, pero el n***o era su color predominante.
Sus cabellos eran largos y negros, teñido con unas mechas lilas, ojos miel, su color de tez era blanco en contraste a sus labios rojos como la sangre.
Aunque en apariencia trataba de conseguir que adoraba al diablo, ella tenía una mirada y un rostro muy característico y angelical de "niña buena" que no lograba convencer a nadie, por eso trataba de contrastar su vestimenta y gustos con su cara, pues lo último que ella pretendía ser es la típica niña preocupada por la marca de la ropa o por cuántas mansiones tenía "papá" o las cosas que tienen en la cabeza las chicas de la clase acomodada.
A Raven le gustaba leer y cantaba. De hecho, tenía un grupo donde tocaban rock, pero únicamente como hobbie. A pesar de que ella, se consideraba una marginada social, sacaba muy buenas notas en los exámenes y se apartaba ella misma de toda vida social. Lo único que tenía era su grupo de amigos con los cuales tocaba en su grupo.
Su mejor amiga era la que tocaba la guitarra eléctrica, Elizabeth. Había un chico rubio con los ojos azules que tocaba la batería, James, y otra chica morena de ojos negros, que tocaba el bajo, Samantha, a la que llamaban Sam.
La mejor amiga de Raven, Elizabeth, tenía una particularidad, un ojo azul y otro verde y los cabellos rubios y rizados. De personalidad tenía una vida social más activa que la de Raven, pues era la jefa del equipo de animadoras y la chica más popular del instituto al contrario que Raven. Ella salía con el batería, James y con respecto a Sam, se acababa de mudar hacía poco y no se sabía mucho sobre ella. Solo que los chicos la escucharon tocar el bajo y le dijeron si quería tocar con ellos, lo cual, Sam aceptó y ahora era una m*****o más.
-Chicos, lo siento mucho, pero ya me tengo que ir... -decía Elizabeth disculpándose.
-¿Tienes ensayo otra vez con esas arpías? -le preguntó Raven refiriéndose a las animadoras.
-¡Raven! Sabes que no me gusta que hables así... después de todo son mis compañeras...
-Y yo tu mejor amiga desde la infancia, ¿recuerdas? –se hizo notar Raven.
-Lo sé... pero ya no quiero discutir sobre eso... he de irme, hablamos más tarde... te llamo... -se despidió de su amiga y de su novio James con un beso en los labios y se fue.
Así que todos se dispusieron a irse a sus respectivos hogares, pues ensayaban en el garaje de la casa de James.
Era ya muy tarde y ya había oscurecido. Mientras Raven caminaba hacia su casa, tenía que atravesar un parque. Ahí fue que vio una escena que no le gustó mucho.
Unos chicos vestidos todo de n***o con gorros acabados en punta que les tapaba la cara, pertenecientes a una secta satánica, pretendían degollar a un gatito blanco indefenso frente a una hoguera.
Raven reconoció que portaban el símbolo de una estrella, el cual era llamado "el pentagrama". La chica se acercó a ellos sin pensarlo y les dijo que soltaran al pobre animal.
Cosa que esa gente hicieron caso omiso a las peticiones de la muchacha.
Raven los amenazó con llamar a la policía para atraer su atención, pero lo único que consiguió fue que se burlaran de ella con una risa malvada.
Raven se enfadó por las burlas y sin darse ni cuenta, un poder de un color lila emanaba de su cuerpo.
Ahora sí que captó la atención de ellos. Todos se giraron al ver a la misteriosa muchacha de la cual emergía aquella luz morada oscura.
El gato aprovechó la distracción de estos para escapar puesto que aún no habían logrado lo que pretendían hacer con el animal, ya que Raven los interrumpió antes de que consiguieran su propósito.
Los miembros de esa secta satánica desaparecieron dejando a una muy sorprendida Raven que había cerrado los ojos y puesto sus manos en puños de la rabia que sentía por la tortura que le estaban haciendo al gato y cuando abrió los ojos, ya no había nadie.
-¡Qué extraño! –exclamó sin salir de su asombro.
Raven llegó a su casa, no sin antes recibir la bronca de sus padres por llegar tan tarde.
Después se encerró en su cuarto como acostumbraba a hacer.
Se quedó pensando en lo que había sucedido esa noche sin saber que había pasado para que esos amantes de Satán desaparecieran así sin dejar rastro.
Al día siguiente, Raven iba al instituto como cada mañana.
Pero antes de que llegara, por el camino, se le apareció alguien de un modo muy extraño.
Era como si el tiempo se hubiera detenido y solo ella pudiera ver que estaba ocurriendo.
Raven se sintió como si estuviese en una película y alguien hubiese pulsado la tecla "pause" y todo se había parado ante ella.
-¿Qué está ocurriendo? –se preguntó ella misma.
-Ocurre, que todavía no sabes quién eres... o mejor dicho, qué eres... -le dijo una dulce voz.
-¿Quién eres tú? ¿o no eres más que una simple voz en mi cabeza? –le preguntó Raven a la misteriosa voz que oía.
-Si te giras, podrás verme... -le contestó la voz.
Raven obedeció; se giró a ver de dónde provenía la voz y sus ojos no daban crédito ni podían creer lo que veía.
Ante ella estaba la aparición de una hermosa joven con alas blancas, un vestido celeste con luces brillantes, de largos y ondulados cabellos rojos y labios cerezas a juego con sus labios y ojos verdes brillantes.
La hermosura de la chica llamó tanto la atención de Raven de tal forma que no pudo evitar preguntar:
-¿Quién o qué eres?
-Mi nombre es Tiana, soy la Reina de las Hadas...
Raven pensó que todo se trataba de una broma o una cámara oculta y que enseguida saldrían presentadores de la tele o que la chica estaba disfrazada.
-Claro... -dijo Raven sin creerlo –y yo soy su majestad, la reina de Inglaterra... -dijo sarcástica.
-No deberías burlarte de mí, Raven O'Sullivan...
Raven se asombró aún más si es que era posible, al ver que la misteriosa muchacha conocía su nombre.
-"Tal vez los de la tele hayan averiguado cosas sobre mí antes de gastarme una broma..." –pensó para ella misma.
-No se trata de una broma de la tele, Raven... aunque no lo creas, tampoco soy producto de tu imaginación, ni lo que llevo es un disfraz...
-"¿cómo ha podido saber en qué estaba pensando?" –se preguntó sin pronunciar palabra alguna.
-Te leo el pensamiento... además solo quería decirte que lo que aconteció ayer con el gato blanco y el sacrificio satánico al que lo iban a someter, no fue por casualidad... tus poderes están a punto de despertar...
Ahora sí que Raven quedó alucinada ante los conocimientos de esa misteriosa chica sobre ella.
-Un... un momento... ¿has dicho poderes? –pudo preguntar la chica al fin a la Reina de las hadas.
-Sí, Raven O'Sullivan, aunque no seas consciente de ello, eres un hada... si no, ¿de qué forma crees que ahuyentaste a esos satánicos? tienes unos poderes que aun desconoces... y solo dependerá de ti saber utilizarlos para el bien o para el mal... ayer despertaron pero tendrás que aprender a usarlos siempre y cuando sea necesario...
-Todo esto es... -empezó a decir Raven sin poder acabar la frase.
-¿imposible de creer? –acabó la oración la Reina Tiana por ella –tal vez esto te ayude... -dijo entregándole una especie de báculo que portaba una esfera lila en la parte superior.
-¿Qué es esto? –preguntó con curiosidad Raven.
-Eso te ayudará a controlar mejor tu magia hasta que puedas hacerlo por ti misma... -contestó la reina.
Y habiendo dicho eso desapareció y la gente que estaba parada en la calle volvió a moverse y retomar su camino sin haberse percatado de nada.
Raven se dio cuenta de que la misteriosa reina de las hadas había desaparecido.
-¿Y ahora qué hago yo con esto? –dijo mirando el báculo.
Al preguntar eso en voz alta, el gran báculo se encogió haciéndose más pequeño.
-¡Genial! ahora puedo guardarlo en la mochila -dijo viendo que ahora sí podía llevarlo sin llamar la atención – ¡la mochila! ¡Se me hizo tarde! ¡Llego tarde al instituto! –exclamó recordando sus deberes como estudiante.
Miró su reloj y vio que no había pasado ni un segundo desde su encuentro con el Hada. El reloj también se había detenido y ahora al desaparecer la Reina Hada había retomado su uso.
El día transcurrió con normalidad después de aquel recóndito encuentro.
Sin embargo, Raven estaba más pensativa que de costumbre y eso se notó en los ensayos con su grupo de música.
-Raven, ¿estás bien? –le preguntó Elizabeth con preocupación.
-¿Qué? –despertó de sus pensamientos –sí, Eli, estoy bien... ¿por qué lo preguntas?
-Porque has desafinado cantando... -le contestó su amiga –no es propio de ti...
-Creo que tengo la cabeza en otra parte... -contestó la chica.
-¿En qué? ¿En conjuros y hechizos? –preguntó James con sorna.
-¡James! –lo regañó Elizabeth.
Raven se quedó aún más meditativa que antes ante la broma de James.
Todos la miraron extrañados.
-Bueno, ya seguiremos mañana... -dijo Raven al final.
Y así, cada uno se fue a su lugar. Elizabeth al ensayo de animadoras, Sam a su casa y James ya estaba en su casa.
Raven llegó también a su casa sin más contratiempos.
Una vez encerrada en su cuarto abrió su mochila para observar el báculo.
Una increíble energía podía percibirse en la esfera lila que estaba en la cúspide del báculo.
-¿Será verdad todo esto o solamente es un sueño? –se preguntó ella misma y recordando la imagen de la Reina Tiana.
A la mañana siguiente, mientras Raven como siempre se dirigía al instituto, vio que un niño pequeño de unos seis años aproximadamente se dirigía a la carretera detrás de un globo al cual perseguía e intentaba atrapar. Un coche estaba a punto de atropellarlo.
Raven sin saber cómo se abalanzó sobre el niño cogiéndolo, mientras era envuelta otra vez por una luz morada que surgía de su cuerpo y puso a salvo al niño sin ser atropellados ninguno de los dos.
-¿Estás bien, pequeño? –le preguntó al niño.
-Sí, muchas gracias, señora...-le contestó el pequeño.
-muy bien, pero otra vez no cruces sin mirar... -dijo cogiendo el globo que justamente se acercaba a ella. –Toma...-dijo dándole el globo al niño.
Sin que Raven pudiera verlo, puesto que se encontraba dentro de su mochila, la esfera del báculo se iluminó por una luz lila.
-¡Qué raro! Sentí una energía extraña cuando salvé a ese niño de ser atropellado... -pensó Raven.
Se encogió de hombros y siguió hacia su destino.
En el instituto...
Profesora Abby: ..."Y así, en 1184, en la zona de Languedoc (Francia) se fundó la santa Inquisición que era una institución que se dedicaba a la suspensión de la herejía, en nombre de la Iglesia católica. La herejía también conocida como "la caza de brujas", muchas veces era castigada con la pena de muerte..." -explicaba a sus alumnos en la clase de historia.
Raven buscó en su mochila un bolígrafo para tomar apuntes cuando se dio cuenta de que la esfera de su báculo estaba iluminada por su luz morada.
-Ahora no, necesito un boli... -le dijo a su báculo como si la entendiera.
De pronto sin que se lo esperara el báculo tomó forma de bolígrafo.
-Vale... -dijo Raven y lo cogió y utilizó para escribir.
Al salir de clase, Raven tomó en su mano el báculo ahora convertido en bolígrafo.
-Así que puedes convertirte en lo que yo quiera... -dijo mirándolo curiosa.
-¿Qué haces mirando el boli? –le preguntó Elizabeth apareciendo a su lado.
-Eli, oye... hoy no puedo ensayar... tengo algo que hacer... -le dijo a su amiga.
-¿Seguro que estás bien?
-Claro, ¿por qué lo dices? –preguntó Raven.
-Ayer estabas en tu mundo y nunca te has saltado los ensayos... -argumentó Elizabeth.
-Sí, es que... me ha surgido algo que tengo que hacer... después te cuento... -dijo Raven evadiéndose de su amiga. – ¡Adiós, nos vemos! –se despidió.
Elizabeth ya empezaba a sospechar que algo tramaba o le ocurría a Raven, se conocían desde hace años como para no darse cuenta.
Raven pasó por el parque que tenía que atravesar para llegar a su casa, donde tuvieron los sucesos del gato blanco.
El bolígrafo, que aún seguía en la mano de Raven, se volvió a convertir en báculo.
Raven de pronto se puso a manejar el báculo como una varilla de cheerleader. Aunque no le gustaban y odiaba con toda su alma a las animadoras, su mejor amiga era una de ellas, y, nada más y nada menos que la líder del equipo. Y aunque no por gusto, sino porque se trataba de su amiga y la quería, se había tenido que comer alguno de los ensayos de Elizabeth. Por ese motivo, Raven conocía algunos movimientos de animadoras con la varilla que llevaban y ahora estaba tratando de imitarlos con su báculo.
Elizabeth siguió a Raven, sin que ella se diera cuenta. Estaba escondida por el parque detrás de unos arbustos.
De repente, el báculo emanó su energía morada con los movimientos de Raven que salió desprendida hacia los columpios del parque provocando una explosión en ellos.
Los columpios fueron destruidos. El báculo se volvió a encoger y hacerse más pequeño para que Raven lo pudiera guardar.
Elizabeth había presenciado todo esto, se tapó la boca con su mano para evitar su propio grito de asombro y obviamente, no pudo evitar sorprenderse, pues por mucho que le dijeran todos sus compañeros, que era la chica rara, la gótica, "la amiga de Satán", así la llamaban. Elizabeth siempre la había defendido negando todas esas cosas que decían de ella. Pues había crecido con esa niña y nunca había notado nada "mágico" en ella; hasta entonces.
Raven estaba tan sorprendida como Elizabeth, a pesar de que esta todavía no se había percatado de que su amiga estaba cerca de ella escondida presenciando esa escena.
De repente, mediante un aura dorada, volvió a aparecer ante Raven la Reina de las hadas, sin que ella se lo esperara.
-Hola Raven... ¿sigues creyendo que todo esto es un sueño? –le preguntó la reina Tiana.
-Reina Tiana... -logró pronunciar –no sé si es un sueño o no... no estoy segura...
-Esos columpios te pueden decir lo contrario... -dijo señalando hacía donde estaban los columpios destruidos.
Elizabeth no creía lo que estaba viendo.
-Tendré que ensañarte yo personalmente a utilizar tus poderes a no ser que quieras destruir la Tierra... -le dijo la reina.
-Espera, ¿qué? ¿destruir la Tierra? ¿yo? –preguntó Raven extrañada.
La Reina de las Hadas asintió.
-Te contaré algo que todavía no sabes, Raven... tus poderes son oscuros... pero todavía no se han desarrollado y todo depende de cómo los utilices...
-¿Mis poderes son oscuros? –preguntó la chica -¿qué quieres decir con eso?
-Tus poderes provienen del mal... eres una hada oscura... yo soy la Reina de las hadas blancas... mis poderes provienen de la luz...
-¿Y eso qué quiere decir? –preguntó Raven.
-Tú tendrás que decidir y elegir si quieres ser una hada blanca o una hada negra llegado el momento... por ahora yo te entrenaré lo mejor posible para que puedas dominar tus poderes, no ellos a ti... cuando estés lista ya tomarás la decisión... -le explicó la Reina volviendo a restaurar con su magia los columpios que Raven había destruido sin querer.