-Mierda, mierda, mierda.
-¿Porque trabajas de recepcionista teniendo el padre que tienes?- me preguntaba Garret, mientras yo recogía mi ropa desparramada por toda la habitación.
Lo miré un momento.
-Es una larga historia, que no tengo tiempo de contar ahora. ¿Puedes hacerme un favor?
Me observó con una ceja alzada, mientras se cruzaba de brazos apoyado en el cabecero de la cama. Estaba terriblemente sexy, todo despeinado y con ese aire chulesco que emanaba de él.
-¿Puedes llevarme a mi apartamento? Solo será un momento -conforme lo decía me iba arrepintiendo de mis palabras.
Él sonrió un poco y se aproximó hasta estar pegado a mí.
-¿Lo has pasado bien? – me preguntó mientras me pasaba un mechón de pelo por detrás de la oreja. Al hacerlo me agarró suavemente del lóbulo de la oreja.
Lo que me hizo recordar sus caricias y lo que habíamos estado haciendo.
-Sí -lo miré con una sonrisa, la cual él me devolvió en seguida - ¿Puedes llevarme?
Garret asintió con la cabeza.
Cuando me incorporé en mi puesto de trabajo, me sentí aliviada de haber llegado a tiempo. Lo que menos quería era llegar tarde.
Me encontré hablando con Amber a la hora del desayuno.
-Y te fuiste tan de repente que tu padre y yo creíamos...
-Por favor, déjalo ya. Estoy bien. Simplemente decidí marcharme. Lamento no haberos avisado.
Amber resoplaba al otro lado, mientras yo ponía los ojos en blanco.
-¿Por qué no vienes a cenar esta noche? Nos vendrá bien a tu padre y a mi aseguradnos de que estás bien -me decía con esa voz dulce cuando trataba de convencerme de algo. Y como siempre yo claudicaba contad de no seguir escuchando lo mismo una y otra vez.
-Esta bien, me pasaré por allí. Tengo que dejarte. Nos vemos esta noche.
Resoplé pesadamente tras colgar la llamada. Y me di cuenta justo en ese momento que tenia un mensaje de Chris.
¨ ¿Dónde te metiste anoche? Tu madre me ha llamado, ya sabes como se pone. Ya me contaras... si quieres. Te veo luego.¨
Leer el mensaje de Chris me hizo sonreír, ¨Ya me contaras... si quieres¨ me había dicho. ¿Me sentía preparada para contar algo como lo de anoche? ¿Cómo Garret, me vendo los ojos y me ató en un determinado momento a las patas de la cama? Hmm, haría un buen resumen de la noche sin contar demasiado. Chris tampoco necesitaba saber tanto.
Sonreí para mis adentros mientras terminaba de tomarme el café.
Sorprendentemente esa tarde no vi ni una solo vez a Garret, de hecho ni siquiera entró cuando me trajo de vuelta de mi apartamento, no es que me interesara, lo nuestro solo había sido sexo -algo muy gratificante- pero me causaba curiosidad saber sobre él.
Como fue de esperar, Chris, se quedó con la boca abierta.
-Vayaaa.
Yo sonreía mientras lo miraba.
-¿Qué?
-¿En serio eres tú la misma Alyssa que conozco?
Claramente, Chris bromeaba.
-Cállate -le dije mientras no paraba de reír.
Me senté a su lado en el sofá, calmando mi ataque de risa. Chris seguía bromeando con el tema.
-¿Y cuándo será el próximo encuentro?
-No sé si habrá próximo. Y será mejor que déjenos de hablar del tema -le dije dándole con el cojín del sillón más próximo- Por cierto voy a prepararme. Voy a cenar a casa de mis padres esta noche. Siento no hacerlo contigo.
Chris ladeó la cabeza y esbozó una gran sonrisa.
-Ya tenia planes.
Abrí la boca alucinada antes de soltarle.
-Eres un sinvergüenza.
Él sonrió aun más.
Esa noche al contrario de la anterior opté por ponerme un vestido con vuelo de color granate y unos zapatos de salón. Me dejé la melena al aire, para darle a mi aspecto un toque desenfadado. Y cuando llegó el taxi -mi coche aun seguía en el taller- salí pitando de casa.
Como siempre papá me recibió con una grata sonrisa, y un gran abrazo. También fue para mi un alivio ver que estaba mi hermana y mi cuñado, Jake.
Los saludé a todos rápidamente antes de sentarme en el sillón junto a papá. Quién me cogió de la mano y me dio un apretón.
-Bueno, creo que alguien se escabulló a ayer de un modo muy petulante -comentó Amber en un tono poco conciliador.
Puse los ojos en blanco. Que mujer más exasperarte.
-Oh, ya hablamos de eso -le reproché yo.
En ese momento sonó el timbre de la puerta, la ama de llaves se apresuró a salir de la sala. Fruncí el ceño. ¿Es que esperábamos a alguien?
-Por favor, tengamos la fiesta en paz – respondió papá, a la vez que se oían pasos y murmullos aproximarse.
Priscila dejó paso al señor McDermont, Sharon y Garret. Mis ojos y los de él se toparon por unos segundos.
-Creí que estaríamos solo la familia – me quejé a Amber.
Ella se encogió de hombros mientras se levantaba a saludar.
Me sentí muy enfadada. j***r, lo había vuelto a hacer. Por lo único que ella me había llamado era para que pareciéramos la siempre familia unidad y feliz. En ese momento de histeria tuve que fingir una sonrisa en la cara cuando Sharon se aproximó hasta mí.
-Pero que encantadora te ves, Alyssa -me sonrió abiertamente- ¿Ese vestido es un Stella McCartney?
-Eh... sí, gracias, Sharon -le agradecí- Tú te ves radiante, como siempre.
Sharon era una mujer joven para su edad, y muy elegante. Siempre iba a la última, la semana de la Fashion Week, podría decirse que era su favorita.
Llevaba el cabello recogido en un moño bajo con mechones rojizos sueltos hacia ambos lados de la cara. Un maquillaje muy suave y toda vestida de Channel. Una mujer muy bella, bellísima, en ese momento teniendo a madre e hijo delante, podía presenciar el gran parecido de uno con el otro.
Cuando llegó mi turno de saludar a Garret me sentí un poco incomoda, por mi mente pasaban como diapositiva todas las imágenes de nosotros la noche anterior.
-Alyssa -dijo él mientras me cogía la mano. Depositó un beso en ella y me miró a los ojos pensando lo mismo que yo.
-Que sorpresa -le susurré solo para nosotros -No pensaba verte hoy.
Él formó una gran sonrisa.
-Créeme si te digo que yo tampoco.
Puse una sonrisita falsa.
En ese instante Priscila nos invitó a pasar al comedor. Papá se sentó a la cabeza, a la izquierda Sharon, McDermont y Garret y a la derecha Amber, Jake, Alyson y yo.
Como era de esperar los negocios eran el tema principal de las conversaciones. Yo buscaba apoyo en mi hermana, pero Alyson parecía entretenerse con su marido hablando de temas banales. Así que me encontraba aburrida. En ese momento desvié la mirada hacia Garret, él estaba hablando con papá. Papá le preguntaba sobre como le había ido su estancia en Europa.
-Oh, me ha encantado, es muy diferente. La verdad es que mi favorita ha sido España, sobre todo la comida -le decía.
Yo sonreí al verlo hablar entusiasmado, al tiempo que removía las judías de mi plato. Fue en ese momento que sentí como algo me acariciaba la pierna. Miré en su dirección y me lo vi observándome.
-Me alegra resultarte divertido- murmuro cuando todos hablaban con todos.
-Quizá sea lo único de la noche.
Él ladeó la cabeza y sonrió.
-Puede. No estás muy habladora.
Sacudí la cabeza haciendo ademan de apartarme los mechones de pelo de la cara.
-Esto me aburre... un poquito.
Él sonrió abiertamente y se inclinó hacia adelante.
-Ve al baño.
Lo miré extrañada y también alrededor por si alguien más lo había oído. Comprobé que todos seguían centrados en sus conversaciones y me giré hacia él de nuevo.
-¿Qué?
Él alzó las cejas. Como instándome a hacerlo.
Me levanté de la mesa sin rechistar, y me excusé dirigiéndome al baño. A los cinco minutos sentí tocar la puerta.
Abrí y ahí estaba Garret. Con su ya famosa sonrisa arrogante.
Lo miré como si no entendiera su juego.
-¿Se puede saber que pretendes?
Garret resopló, y se pasó una mano por la barbilla.
-Dijiste que estabas aburrida.
Lo miré con la boca abierta.
-¿Y que te ha hecho pensar que contigo se me iba a pasar el aburrimiento?
Garret meneo la cabeza.
-No te vi muy aburrida anoche -se acercó a mí y rozó sus labios junto a mi oído -cuando me pedías más.
Lo miré furiosa. ¿Cómo podía decirme algo así?
-Eres un c*****o – intenté salir y volver a la sala, pero él me detuvo agarrándome por el brazo -Suéltame o voy a gritar -lo miré a los ojos.
Garret tragó saliva.
-¿Ah, sí?
-Sí- lo miré desafiante.
Garret agachó la cabeza y de un momento a otro nos metió en el baño, cerró la puerta y echó el pestillo. Se pegó a mí y me agarró del rostro.
-Vale. No sé tú, pero yo -resopló pesadamente- no puedo más.
Me devoró la boca con sus besos salvajes y ardiente, verlo excitado, subió mi lívido.
Éramos manos por todas partes.
Empecé a quitarle la chaqueta, la camisa....
Él me giró hacia la pared, me bajo las medias y me subió el vestido.
-Abre las piernas y alza ese culo tan mono que tienes. Sujétate el vestido.
Me sujeté el vestido en lo que él se ponía un condón. Cuando lo tuvo puesto se pegó a mí.
-Vamos a ver como estás -me rozó el sexo y luego me introdujo un dedo, luego otro, en lo que yo jadeaba.
Lo necesitaba ya. Necesitaba sentirlo dentro.
Sacó el dedo y poco a poco se fue introduciendo dentro de mí.
-Apoya las manos en la pared -dijo jadeante mientras marcaba un ritmo, adentro y afuera.
Hice lo que me pidió, él las apoyó también, mis manos estaban bajo las suyas. Garret no dejaba de colmarme, me hacia estar cada vez más cerca.
Intenté controlar mis gemidos, no quería que los demás nos oyeran, pero todo lo que podía alcanzar a oír era a Garret. En ese momento me di cuenta que me encantaba oírle, me encantaba sentirle excitado, sentirlo contra a mí.
-¿Te gusta así? -me dijo entrando y saliendo cada vez más rápido.
Asentí con la cabeza, no me salían las palabras. Ese hombre me estaba volviendo loca.
-Córrete ya, Alyssa. No voy a poder aguantar más. No creo que quieras que te dejé a medias– y no sé como lo hizo, pero sus palabras hicieron que estallara una y otra y otra vez.
Él también se corrió empujándome contra los azulejos del baño.
-¿Bien? - le costaba respirar. Me dio un beso en el hombro.
Me di la vuelta haciendo que su m*****o saliera de mí.
-Sí -le dije apartándome el cabello de la cara intentando recuperarme del momento. Le sonreí al tiempo que le daba un pico en los labios.
-¿Y tú? -le pregunté yo. Garret sonrió irguiéndose un poco, sin dejar de estar a mi altura.
-Ahora bien también. La verdad es que...
En ese momento tocaron a la puerta.
Garret me puso un dedo en los labios.
-¿Sí? -preguntó él.
-Oh, lo siento, Garret. Estaba buscando a Alyssa.
Era Alyson.
Garret carraspeó. Yo me moví nerviosa. Era una situación tan bochornosa.
Dicho aquello se oyeron pasos alejándose.
Una vez me llegó la sangre a la cabeza, m di cuenta de lo que acabábamos de hacer.
-¿Estás loco? No puedo creer que lo hayamos hecho en casa de mis padres. ¡Están al otro lado!
Garret se echo a reír mientras se apartaba y se quitaba el condón. Lo echó al váter y tiró de la cadena, abrochándose la bragueta.
-Hace un segundo no te hacia tan remilgada.
Lo miré enfadada al tiempo que me subía las medias y me arreglaba el vestido.
-Eso es porque tú... -me di la vuelta mirándome al espejo, intentando hacer algo con el pelo. Tenia la cara roja y el pelo revuelto. Tenia que recomponer mi aspecto o se darían cuenta.
Lo observé abrochándose la camisa. Tenia un torso estupendo, mejor que el de Chase, ahí recordé que tenia un mensaje no leído de él. Lo dejaría para más tarde.
-Bueno, listo -se acercó a mí y me paralizó entre su cuerpo y el lavabo- Salgamos o empezaran a sospechar.
Le hice caso, me eché una última ojeada en el espejo y salí detrás de él.
Cuando Farrell me llevó de vuelta a casa ya era más de media noche. Estaba agotada, y no solo por el encuentro en el baño con Garret, si no, por todo lo acontecido en el día, tenia que ser sincera y esa experiencia de que alguien pudiera pillarnos había sido más que morbosa.
Otro cantar había sido la encerrona de Amber. Mamá lo había vuelto hacer, no era algo que me sorprendiera, pero si me jodía lo suficiente como para estar enfadada con ella.
El apartamento estaba a oscuras, pero unos gemidos empezaron a llegar hasta mis oídos, ¡Lucy y Chris estaban teniendo sexo! Y yo como en otras ocasiones tenia que oírlos. Entré sin hacer ruido y me fui directa a mi habitación. Donde me cambié rápidamente de ropa y me puse los cascos.
Me quedé dormida escuchando música.