El Reino De Inef.
El reino no era muy grande, tenia pequeñas casas alrededor del gran palacio, zonas de cultivo y un pequeño río que salía de las montañas pues el palacio estaba justo en los pies de una gran montaña de piedra blanca.
El rio pasaba justo por delante de palacio y se metía dentro, atravesando el palacio y decorando el gran jardín principal el palacio era un lugar extraordinario, la gente se veía libre feliz, todo lo contrario a Sened. Jade escuchaba como la gente hablaba y reía y le abrumo la idea de un futuro mejor pero eso seria algo imposible.
-Llevad a cada una a un calabozo distinto no quiero que se vean todavía, dejarle un poco de agua y atadla del pie con cadenas- dijo la voz alejándose mas. - No quiero escucharla ... Ni que se mueva mas. - dijo con cansancio.
Dejaron a Jade en una estancia sucia y húmeda, era de piedra clara, con una pequeña ventana de barrotes, una puerta de hierro con una pequeña mirilla, el guardia la metió y la ato con las cadenas y le dejo un cuenco de agua.
Jade lo veía borroso por el cambio de luz, le dolía la cabeza, observaba con dificultad donde la había metido ... Era un lugar demasiado triste y frio. Jade comenzó a llorar sin consuelo. Pasaron las horas y solo pensaba el porque, si había sido idea de su padre, o simplemente mala suerte. Habían pasado como cuatro horas, la verdad había perdido la cuenta desde que estaba allí encerrada y ya empezaba a tener frio, se asomo por la pequeña ventana y veía que era de noche las luces de las casitas se veían encendidas, no se veían gente magullada ni esclavos o explotados, Jade se sintió aliviada de alguna manera.
Jade se recostó en el suelo frio y húmedo, bebió poca agua pues no sabia cuando volverían a darle, y hizo por dormir, estaba muy incomoda, le dolía la pierna y tenia mucho frio, pero aun así el cansancio con ella pudo y se durmió . No le quedaba otra, si seguía así tenia asumido que moriría de hambre en poco tiempo.
A la mañana siguiente ...