—Amiga, solo déjalo pasar, ¿quieres? —Cris puso ojos de cachorrito—. Ya estamos aquí, tonta. No insultes la amabilidad de los chicos, que intentan ser caballerosos y hospitalarios. Ah, no podía con ninguno de ellos. Si les decía que no a los tres, les daría un ataque al corazón. Mejor les seguí el juego, de todos modos no perdía nada por quedarme aquí un día. Sonreí lo más creíble posible, y le di a Cris una mirada de que ya la tenía pillada con Logan. Estaba muy cansada y no quería darle más vueltas al asunto. Me despedí de Cristal con un abrazo. Vi a Logan y a Nathan murmurarse algo, y, segundos después, mi amiga se fue de la mano con el chico tatuado. Los vi entrar al departamento. —Sé que fue una mala excusa —me dijo Nate, al voltear a verlo—, pero si no te quieres quedar en mi cas

