VENDIDA AL REY DE LA MAFIA

- Sale un frapuchino para la mesa tres. Grita Eleonor. mi compañera de trabajo. - Enseguida voy. Le contesto y camino rápido para poder atender la mesa. Llevo trabajando aquí 2 meses. Desde que mis padres murieron hace 2 años en aquel accidente de auto toda mi vida cambió. Y es que quede al cuidado de mi tío Roberto un ser demasiado cruel o al menos así lo veo yo. Mis padres tenían dinero de eso estoy segura. Mas sin embargo Roberto no me da ni un peso de la mensualidad que se supone que mis padres dejaron para mí, o al menos eso decía el testamento. Hasta el día de hoy me las he rascado a como he podido, He trabajado de mesera e incluso de niñera. Más por alguna razón siempre termino buscando otro trabajo ya que Roberto siempre termina yendo a. molestarme a mi trabajo. Exigiendo dinero cuando se supone el es mi tutor legal. Este mes cumplo 18 años y solo así podré ser considerada adulta, estoy contando los días para poder ser adulta y no tener que verle más la cara. No me importa que lo único que me quedé de lo que me dejaron mis padres sea la casa. Ya que de hay en fuera todo lo demás lo ha vendido más sin embargo el le prometió a mis padres que esa casa siempre sería mia y una vez cumpliendo los 18 podré haberme cargo de mis vienes. Llegó corriendo a la mesa donde tengo que entregar el frapuchino. - Buenos días señor le dejo su orden. Le digo y cuando volteo a verlo es el maldito de Roberto. - Hola sobrina, pero venga salúdame. Que modales son esos. Me dice el. - Que demonios quiere aquí. Déjeme en paz. Le digo - Eso no se va a poder mi niña. Vengo para pedirte un favor. Me dice. - No tengo dinero. Le digo. y es que no miento, no tengo ni un peso. Apenas y me alcanza para poder tener una comida al día. Ya que el miserable no me da pero como me quita. Por desgracia mi tío es un apostador compulsivo, ha perdido todo en apuestas y mayormente soy quien lo ayuda ya que mes con mes viene a quitarme dinero y me amenaza que si no le doy venderá la casa de mis padres y siempre termino dándole dinero, esa casa es lo único que me queda de ellos y no estoy dispuesta a deshacerme de la casa. - No ocupo dinero. Me dice. - ¿ A que te refieres ? Le pregunto - Veras lo único que ocupo es que te vayas a vivir con Franco Rosseti me dice. - Estás loco. Ni siquiera se quién demonios es Franco Rosseti. Le digo. - Estoy desesperado. Le debo más de quinientos mil dólares y tú eres lo único con lo que puedo pagarle. Me dice. - He Dicho que no. No me importa si te matan pero no pienso irme a vivir con nadie. Para que demonios le puedo servir a ese hombre. Le espeto molesta. - Por favor Paulina ayudame. Me dice el y veo como unas lágrimas de cocodrilo corren por su mejilla. - Mataran a tu tía y a mi hijo si no me ayudas. - Vaya ahora así son familia. Desde que mis padres murieron nunca se acercaron a mi y menos ella . Le digo. - Realmente necesito tu ayuda. Me dice el nuevamente. - En lo único que puedo ayudarte ahora es invitando el frapuchino. No esperes más de mi. Le digo y me retiro de la mesa. - Entonces venderé la casa, aún soy albacea tuyo y yo decido que hacer con esa maldita casa. Me dice y se levanta de golpe tirando la tasa al piso. Yo no me puedo controlar y comienzo a llorar. No entiendo por qué se porta así conmigo si se supone que somos familia. - Paulina, ven a mi oficina por favor. Me dice mi jefa Angela. - Voy en seguida. Le contesto. Limpio todo antes de ir a dónde la oficina de Angela. Al terminar de limpiar voy. verla. - Puedo pasar. Le digo. - Pasa y cierra la puerta. Me dice, yo entro y me siento. - Que desea. Le digo a ella y está deja de hacer lo que sea que hace en su lap y me pone atención - Paulina, no puedes seguir trabajando aquí, es la segunda vez que ese señor viene verte y siempre hace un desastre. Eso da una mala reputación a la cafetería. y tú mejor que nadie debe de saberlo. Me dice - Por favor. Déjeme seguir trabajando o al menos llegar a fin de mes, usted sabe que soy solo yo contra el mundo. Y estoy a nada de poder terminar la preparatoria. Le digo con lágrimas en los ojos. - Lo siento pero no. al terminar tu turno entregas tu delantal me dice. Yo me levanto de golpe y me dirijo al baño, me siento fatal no entiendo cómo demonios me sucede todo esto a mi. Lo único bueno es que hoy nos pagan al final del día. Así que se puede decir que no perdí del todo la semana trabajada aquí. Salgo del baño y me dirijo hacia las mesas para ponerme a atender a los clientes. - Paulina ya viste aquella hermosa camioneta. Me dice Eleonor. Yo volteo a verla y es sin duda alguna hermosa.Es una Suburban polarizada. Las puertas de este se abren y baja un hombre de esta. Se dirije hacia la puerta trasera de la camioneta y la abre, de hay se baja un hombre bastante atractivo, pero con un aura demasiado oscura. Dos hombres más se bajan de esta y se dirigen hacia la entrada de la cafetería. - Buenas tardes, en que podemos ayudarles. Le dice Eleonor quien al momento de verlos sentados fue rápidamente a atenderlos. Y creo que yo hubiera hecho lo mismo, unos hombres así significan demasiada propina.