~Decisión~

1723 Palabras
Le observo durante toda la clase, ya para mí es curioso que ha todos los lugares a donde voy, él está. Sigue siendo simpático, de hecho, como profesor es aún más. Dice chiste no tan graciosos pero que las alumnas se ríen por cortesía. Además, de escuchar a algunas que murmura sobre lo candente que es el profesor Stank. —¡Es lindo!—exclama Alexa con una sonrisa. Se lleva un mechon de su melena roja hacia el oído. Blanqueo los ojos. Efectivamente, Jhonny Stank es lindo, y más cuando su vestimenta es elegante. Una camisa manga larga de color verde, su pantalón bien planchado con unos zapatos pulcros. Sus brazos se ven musculosos, me hace preguntarme si hará ejercicio. Su piel luce un poco bronceada, de tal forma que su cabello rubio y sus ojos verdes le combinan a la perfección. A simple vista pudiera volver loca a cualquier mujer. Es sexy, candente, y con una sonrisa que te lleva al cielo y un cuerpo que te tenta a descender al infierno. Suena el timbre. Por fin, es hora de salir. Tomo el bolso, Alexa me sigue. Los estudiantes hacen filas para retirarse del salón, ya sea porque se detienen saludar al profesor Stank. Es mi turno, voy a pasar a su lado. Quiero evitarlo. Centro mi mirada en mi escape, no volteo a ningún lado. Camino firme. —¡Maya!—habla con una sonrisa y expresión de sorpresa—.¡Que casualidad encontrarte aquí! Fingo una sonrisa, asiento. —¿Como estas?—pregunta, me hago a un lado para que los demás salgan. Alexa permanece a mi lado, eso me tranquiliza. —Bien, muy bien—susurro —Me alegra...—se me queda mirando, como si estudiara mis expresiones. Alexa carraspea. —Ella es mi compañera Alexa—la chica le extiende la mano con cautela. —¡Es un placer!—la voz de Jhonny es muy amable. —Igual el mío profesor Stank—dice Alexa, su mirada siguen siendo cautelosa. —¿Que haces aqui?—pregunto. Aunque me pareció grotesca la forma en que la pregunté. Muevo la cabeza de un lado a otro, cambio la pregunta—.No sabías que eras profesor de dibujo en esta universidad. Jhonny se ríe con confianza. Se lleva las manos al bolsillo, no me evita el contacto visual, en cambio, yo si lo hago. —El profesor Montero me ha pedido que lo suplante, al parecer esta muy enfermo... —¡¿Así, que tiene?!—Alexa le interrumpen con el cejo fruncido. —No lo sé, no me lo dijo, ya saben como es él, reservado—Alexa asintió. Un silencio incómodo, me hubiese gustado que la tierra me tragara por completo. —Maya...¿quieres tomar un café?—reacciono a mi ensimismamiento. Alexa se me queda mirando, le devuelvo el contacto visual. —No creo profesor Stank, voy a salir con Alexa, pero muchas gracias. —¡Oh! ¿A dónde van?—nos volvemos a mirar ambas. Su pregunta nos parece un poco fuera de lugar—. Claro, si se puede saber —No lo sé. Quizás reunirnos con algunos compañeros—responde Alexa por mi. —Aah, bueno, espero que se diviertan. —Claro que si profesor Stank—me toma de los hombros con cariño. Me despido de Jhonny, acto seguido, continuamos nuestro camino. —No me parece ese profesor—dice Alexa. —¿Por qué? —No lo sé, no me gusta. Tiene una mala vibra que no me convence. Suspiro. —¿Por qué le dijiste que saldríamos con los compañeros cuando no lo haremos?—río de medio lado. —Me parece que se puso celoso cuando lo mencioné—se rasca la nariz—. ¿Donde se conocen? Revivo el momento que me salvó del carro. —Lo conocí por casualidad. Salimos de la universidad. Alexa y yo tomamos rumbos diferentes. Fui a ver a Dante que aún seguía igual, sin ninguna esperanza de abrir sus ojos. El tiempo estaba transcurriendo, avanzando, y no esperaba por nadie. Mi vida debía continuar lamentandolo mucho, no me quería detener. Por un instante, en el fondo de mi corazón deseé que Dante descansara, se fuera lejos y se rindiera en esa batalla por vivir, asi seria libre de él y de toda esa maldita familia misteriosa. No tendríamos ningún vínculo, y me iría lejos, tal vez a una casa cerca del mar. Abandoné el hospital a los 30 minutos de haber llegado. El único recuerdo que tengo agradable de Dante fue minutos antes de morir junto a la fuente. La demás veces que me reuní para tomar un café o algo parecido a una cita fue lo suficientemente incómodo y poco agradable como para hacer memorable. Las citas fueron vacías, con mucho silencio sepulcral, y temas de conversación que no me interesaban. Nuestros gustos e intereses eran totalmente diferentes con cosas tan simples como: No deberías beber coca-cola, o dibujar no te genera dinero, deberías de leer más, o a él le fascina los frijoles en cambio yo los odio. No tenemos nada en común, y debe ser horrible unirte con alguien la cual no compartes ningún tipo de interés. Aunque debo reconocer que tampoco toda la culpa fue de él,  en ese entonces, mi actitud terrible, mi mala cara, y el plantar mi rostro en el celular tal vez hicieron que el momento fuera desagradable. Me parecía que Dante tenía un aire arrogante por haber estudiado medicina fuera del país. Voy a casa, pienso mucho lo del matrimonio, no recuerdo con exactitud si seguí a Dante al bosque o me quedé junto a la fuente, el único que puede aclararlo es Mickey. ☆☆☆☆☆☆ A la mañana siguiente, vuelvo a ver a Jhonny, esté me invita a salir de nuevo, le evito, invento una excusa. Queda desilusionado, puedo verlo en su expresión. Salgo con Alexa, le parece extraño que el profesor me invite a salir, es inapropiado, además, la universidad no lo acepta. Le comento a Alexa todas mis preocupaciones. Desde mis dudas del día del matrimonio hasta el como conocí al profesor de dibujo. Me aconseja que vaya con el investigador a cargo del caso de Dante; Alexa estaba segura de que me podría proporcionar información sobre la familia Salvatore. Asimismo, se ofreció a conseguirme la dirección de la casa del detective para así no tener que exponerme a ir a la estación. La madre de Alexa era investigadora supongo que le preguntaría a su madre. Acontinuacion, le expreso a Sasha el consejo de Alexa, ella no está muy de acuerdo, aunque solo dice:—Si te hará sentir mejor, entonces, hazlo. De igual forma, lo pienso, siguen las pesadillas perturbandome, y la incertidumbre de tener episodios borrados de vida me desespera. Así que, a los tres días busco a Mickey, sin embargo, no lo encuentro, eso me frustra más. Llego a la universidad a escuchar la clase de Jhonny. No intervengo en clase, no hago nada, solo escucho. A la salida me vuelve a invitar a salir. —Profesor Stank no creo que sea apropiado que usted me invite a salir. Usted es mi maestro y yo su alumna, además, estoy casada. Abre los ojos como plato, su boca forma una O. —Oh, yo... no sabías que estabas... —¿Casada?—digo con abrupte. Luego, relajo mis facciones, el semblante del profesor decayó. Suspiro. Me siento culpable, tal vez hice algo que pudo haberle animado a creer que podría tener una oportunidad conmigo —.Lo siento profesor, yo... —No tienes porque disculparte. Aunque me sorprende que no me dijeras nada cuando nos conocimos. Ni siquiera mencionaste que tenías marido—me vuelvo a sentir mal. —Lo sé. Fue mi culpa —Claro que lo es. Me ilucionaste, me coqueteaste... —Te que... —No te haga la desentendida porque me duele Maya, no se vale jugar con los sentimientos de los demás. Pensé que eras diferente—me quedé paralizada, ¿que diablos había pasado?. Jhonny se alejó molesto. —¿Paso algo?—pregunta Alexa acercándose a donde me encontraba. Niego con la cabeza—. Tengo la dirección del detective. —¿Se la pediste a tú madre? —¿Te fumaste algo? si le pido la dirección del detective me caerá a preguntas. Le robé la dirección. —¿Cómo? —Tengo mis artimañas—me entrega una hoja cuadriculada bien doblada. La desdoblo, y observo el número por un buen rato. Lo pienso, no estaba segura. Mi yo interior me presentaba tres opciones: la primera es ir al donde el detective y exponerle todo lo que sé, así el mismo me informará lo que hasta ahora tiene del caso. La segunda, no decirle nada y dejar que todo fluyera por su propia cuenta, de igual forma, quedaría enredada en medio de la familia Salvatore. Tercero, fingo demencia con todo lo sucedido y hago lo que realmente quiero. Pienso, reflexiono. Llego a una decisión. Decido ir a hablar con el detective Nos embutimos en el coche, estoy nerviosa. Organizo mis ideas, selecciono cuidadosamente lo que le diré al policía. Pienso en decirle sobre el padre de Sasha, y mi sospechas con respecto a la muerte de la madre de Dante. Llegamos... Miro la casa aún vacilante. Alexa con una sonrisa me anima a continuar. Asiento. La casa es de madera, ubicada en un vecindario muy solitario. Esta pintada de blanco, el césped ha crecido demasiado, asumo que el detective es soltero, no tiene ninguna mujer que le pode el jardín. Mi padre lo hacía porque mi madre le obligaba y con el pasar del tiempo le fue agarrando gusto. Tal vez el oficial no lo tenía inculcado porque no tenía a una mujer que le enseñara. Toco la puerta. Mi cuerpo tiembla de miedo, lo siento como una gelatina. Vuelvo a tocar más fuerte... Le echo una ojeada a Alexa que se encoge de hombros. Hasta que abren la puerta. Me quedo boquiabierto cuando descubro quien se encuentra al otro lado del portal. Ni por mi mente pasó la idea de poder encontrarla allí: —Sasha... ☆☆☆☆☆☆☆☆ Pequeña notita: Por favor, los leo. Me anima a continuar sus comentarios. Dejen sus teorías, sus hipótesis. Los quiero.
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