Me deja allí, parada como una idiota.
Me devuelvo a la habitación, me siento un poco frustrada e intimidada, ese hombre es demasiado grande, tiene un aura arrolladora.
Tiene pinta de chico malo, de esos que te enamoran y destruyen tu corazón, así que no lo pienses Anabella, no lo pienses, me digo una y otra vez.
Salgo de la habitación a buscar a alguien, tengo hambre, pero no encuentro a nadie dentro de la sala, me giro para devolverme y Max me habla.
- ¿Me buscabas?
- Acabo de ver que no había nadie, bueno es que tengo hambre.
Max se acerca a mí, y me rodea como analizándome, me pone un poco nerviosa.
- ¿Qué quieres comer Anabella?
- ¿Cómo sabes que me llamo así?
- Puedo leerte - Me toca mi cabeza - también sé que te parezco muy guapo y sexy - sonríe -
Claro, ahora está subiendo su estúpido orgullo, pero sí es guapo. Pienso
- Solo un poco.
- ¿Qué?
- Solo un poco sobre mi orgullo.
- ¿En serio puedes leer lo que pienso?
- Sí, todo.
- ¿Cómo hago para que no los leas?
- Digamos que tienes que entrenar tu cabecita roja, así no puedo leerte.
- Me enseñas - Le digo, mirándolo a los ojos, se posa frente a mí
- ¿Qué obtengo yo?
- ¿Qué quieres?
- Yo quiero muchas cosas Ana, pero que puedes ofrecerme.
- ¿Dime una de esas cosas?
- ¿Qué tal un beso?
Me sonrojo un poco cuando siento como desliza un dedo por mis labios.
Se acerca a mí, y me besa, sí que sabe besar este hombre, escucho como sonríe, abro mi boca un poco, él introduce su lengua, se me escapa un jadeo, me carga de mi trasero y se sienta conmigo en la cama, siento como muerde mi labio, puedo sentir el sabor de mi sangre, eso me excita.
Nuestros centros sé rozan y recuerdo que no tengo ropa interior.
- ¡No pienses eso!
- ¿Qué?
- No digas nada sobre tu ropa interior, te he visto desnuda, créeme, ahora no necesito recordarlo.
- ¿Por qué?
- Porque podría follarte aquí mismo y no me importaría que te escuchen en la ciudad.
Se va con una velocidad impresionante, que sucede conmigo, como estoy sintiendo deseo por alguien que no conozco.
Salgo de la sala y no está, este hombre es muy extraño.
Como se fue tan rápido.
Llego a mi habitación y cierro la puerta.
Las horas pasan y Max no vuelve, será que lo asuste, será que hice algo malo.
- Adelante - tocan la puerta de la habitación y entra un rubio alto, hice algo muy bien, para merecer tan apetecible vista.
- Gracias... Soy Rem, la mano derecha del señor.
Frunzo mi ceño un poco.
- ¿Puedo irme?
- No, más bien vamos a trasladarte a otra habitación y podrás comunicarte con tu mamá para que no esté preocupada.
- ¿Soy algún tipo de experimento, por eso no puedo irme?
Escucho como se ríe y me produce una carcajada, creo que es más por los nervios.
- No pequeña, no vamos a experimentar contigo, ni vamos a robar tus órganos, ni nada de esas cosas, solo que hay peligros a los que no podemos permitir que te sometas, así que estarás con nosotros un tiempo, piensa bien como decírselo a tu madre
- Pero y si no quiero quedarme, después de todo tengo una vida.
- ¡Si no quieres por las buenas, pues nos va a tocar sedarte hasta que solucionemos el problema, tú decides!
- Tiene que ver conmigo el problema.
- Chica, eres el problema en cuestión, por eso no puedes irte.
- Pues es mejor solucionar el problema lo más rápido posible.
- Eso mismo pienso.
El chico llamado Rem me lleva a una habitación, es supergrande y elegante, tiene un toque gótico y siniestro, pude notar que en la mansión todas las cortinas están cerradas.
- No nos gusta la luz del sol, por eso las cortinas están cerradas, te recomiendo que las mantengas así.
- Ok, ¿puedo preguntarte por Max? ¿Dónde está?
- Max, ¿Por qué?
- Bueno, solo quiero saber - Es que nos besamos y creo que hice algo malo, lo pienso-
- ¿Te beso?
- Como hago para que no leas mis pensamientos, esto no me gusta.
- ¡Responde! ¿Te beso?
- Sí...
- ¿Te mordió en algún lado?
- Mi labio, ¿por qué?
No sé qué sucede en esta mansión, las personas tienen habilidades extrañas, pestañeo y la gente se va.
Será que golpeé mi cabeza en el accidente.
Tengo que averiguar por qué no puedo irme, tengo que buscar algo de comer, tengo que preguntar si puedo comprar ropa, no puedo caminar todo el tiempo sin ropa interior.