PAPÁ DIABLO

1519 Palabras
Yildiz Al día siguiente despierto con un fuerte dolor de cabeza, en cuanto recuerdo donde me encuentro giro mi cabeza y veo a Gala pegada a mí, durmiendo tan profundamente que en verdad se ve linda, le doy un pequeño besito para no despertarla; me levanto y tomó mi bolso para buscar mi celular, leo varios mensajes de Dasha, al parecer se quedó a dormir con su amigo y me informa que está bien, le respondo que yo igual estoy bien y que aún sigo en su casa. Me quedo observando todo un rato y después de unos minutos Gala comienza a inquietarse al no sentirme a su lado, cuando abre sus ojitos me regala una hermosa sonrisa para luego pegarse más a mí, aunque no me gusten los niños con ella soy muy cariñosa, me siento mal al saber que no tiene mamá y que por lo mismo le falta el cariño de esta, estoy jugando con ella cuando tocan a la puerta por lo que les permito pasar. —¡Buenos días, señorita!, me pidió el señor Romanov si podría llevarme a Gala ya que él se encarga de darle su baño los fines de semana o cuando no se encuentra la señorita Dasha. —Me informa respetuosamente la mujer. —¡Buenos días! Claro en un momento la llevo. —Ya que cuando intente entregársela está me miro con sus ojitos llenos de reproche, dicho esto la mujer sale y me informa que me esperará en el pasillo. —Vamos Gala que tu papá quiere verte y además te van a dar un rico baño. —Le digo mientras me pongo la bata—. No debemos tardarnos, tu papá es el diablo y no debemos hacerlo enojar. —La tomo entre mis brazos y después salimos de la habitación donde nos está esperando la mujer de hace un rato, caminamos por el pasillo hasta llegar al final de este, toca una puerta y la voz de mi jefe nos permite pasar. En cuanto abro la puerta mi jefe me tiende los brazos para tomar a Gala entre los suyos, este comienza a besarla haciendo que ella suelte pequeños grititos de la emoción, en verdad que no me cabe en la cabeza como en la oficina es un verdadero diablo y aquí con su hija entre sus brazos parece un ser totalmente diferente, muevo la cabeza y después salgo. Cuando llego a la habitación donde dormimos Gala y yo, abro el baño y me doy una ducha rápida, la verdad es que prefiero permanecer el menor tiempo posible con mi amargado jefe (bueno amargado conmigo) uno nunca sabe cuándo se le pasará su buen humor y le dará uno de sus ataques de histeria; me doy un relajante baño y cuando salgo veo una muda de ropa así como ropa interior nueva, en verdad agradezco este gesto y creo que pensándolo bien mi jefe no es tan malo como aparenta (pensamiento que cambiará en unos segundos), comienzo a ponerme el sostén de encaje n***o y justo cuando termino de ponerme las bragas se abre la puerta como si un torbellino estuviese por irrumpir en la habitación, me giro y veo la cara de toro enfurecido de mi jefe. —¿Se puede saber por qué le enseño a Gala a que me llame papá Diablo? —Grita rojo de rabia, sin embargo, no puedo dejar de admirarlo, la playera blanca que lleva puesta está mojada debido a la ducha que le dio a Gala, haciendo que esta se pegue a su cuerpo el cual puedo decir que se ve bastante trabajado, desvió mi mirada e inmediatamente elimino ese pensamiento y me concentro en lo que me acaba de decir, olvidándome por un momento de mi cuerpo semi desnudo. —Yo no le enseñe nada, según tengo entendido él que le enseño la palabra “diablo” fue usted no yo. —Le respondo igual de alterada que él, poniendo mis brazos en mi cadera. —No me venga con excusas, Gala me dijo que su “mamá” fue la que le enseño esa frase. —¡Madre Santa!, nunca pensé que Gala me hubiese puesto atención a lo que le dije y como ya me descubrió no me queda de otra que aceptar mi culpa. —Yo solo le mencione que le iban a dar un baño y si también le dije que su papá es el diablo y que no debemos hacerlo enojar, nunca pensé que fuese a repetirlo, otra cosa ¿Piensa quedarse parado allí todo el tiempo o me dejará terminar de ponerme la ropa a gusto? —Le lanzo una mirada cargada de odio mientras intento ponerme los jeans de mezclilla que dejaron en mi cama, cuando se da cuenta de que estoy en ropa interior se pone a un más rojo que hace unos instantes, me lanza una última mirada de arriba abajo y después sale, así como llego hace unos instantes como un huracán. Me apresuro a ponerme la blusa y después la chaqueta con la que llegue ayer, tomo mis cosas y las guardo en mi bolso; cuando salgo de la habitación no hay nadie cerca, por lo que bajo rápidamente las escaleras hasta llegar a la puerta que da hacia el jardín, donde solo me encuentro con el chofer de ayer. —¿Desea que la lleve señorita? —Pregunta amablemente. —No, gracias. Prefiero tomar un taxi. —Voy tan molesta que solo sigo el camino hasta la salida principal y en cuanto estoy en la calle, camino tan rápido como puedo, hasta que veo un taxi y le hago la parada. Leonid Me levanto un poco cansado y después de un rato, el cual considero prudente, le pido a Elena mi ama de llaves si puede pedirle a mi asistente que me deje darle su baño a Gala, después de unos minutos entra y me entrega a mi hija quien al parecer disfruto dormir a lado de mi asistente ya que está bastante risueña. Lleno la tina y Gala comienza a salpicar todo el baño, es la primera vez que la veo tan feliz, estoy tan concentrado en la felicidad de mi hija que no me doy cuenta de que comienza a decir algunas palabras que no entiendo. —¿Estás feliz? —Le pregunto, ella solo sonríe y sigue murmurando varias palabras. —Pa..pá es diabo… diabo. —Luego suelta una pequeña carcajadita yo la miro con el entrecejo fruncido. —¿Quién te enseño eso Gala? —Me mira unos instantes y después me sonríe haciendo que se le marquen unos hermosos hoyuelos que heredo de Alisa. —¡Mamá! ¡Mamá! —Cierro mis manos en puños y me concentro en terminar de bañar a Gala, luego le pido a Elena que termine de cambiarla, camino rápidamente hasta la habitación de mi asistente y sin siquiera tocar la puerta la abro de golpe, comenzamos a discutir y lo que me da más coraje es que tiene el descaro de reconocer que ella le enseño eso a Gala, hasta que ella no menciona que está en ropa interior es que me doy cuenta de mi error y sin poder evitarlo observo cada parte de su cuerpo, luego salgo rápidamente sintiéndome bastante culpable por lo que hice, pero sobre todo por como la mire, no entiendo que me sucede con esta mujer. Regreso con Gala quien ya se encuentra cambiada, le pido a Elena que la cuide en lo que me doy una ducha y le informe a mi asistente que puede bajar a desayunar sin mí, cuando salgo de mi habitación después de tomar mi ducha bajo las escaleras hasta llegar al comedor donde solo me encuentro con mi ama de llaves jugando con Gala. —¿Y mi asistente? —Elena levanta la mirada un tanto avergonzada. —Me informo Iván que desde hace rato se fue, se ofreció a llevarla, pero ella lo rechazo. —Bueno no importa. —Tomo asiento y a decir verdad me molesta que se haya ido sin siquiera despedirse, considero que por educación debió hacerlo. Después de unas horas llega mi hermana quien al parecer la paso en grande debido a la gran sonrisa que trae en su rostro, yo solo le hago mala cara y continúo cuidando de Gala. —¿Ya se fue Yildiz? —Pregunta antes de subir a su habitación. —Parece que se tienen mucha confianza y si ya se fue, también te agradecería que dejes de mencionarla frente a Gala esa mujer no volverá a entrar a esta casa, es una mala influencia para mi hija. —Ese es problema tuyo, ya quiero ver que harás cuando tu hija comience a llorar por ella. —Dicho esto sube a su habitación dejándome sumido en mis pensamientos, ya veré cómo, pero estoy seguro de que haré que mi hija se olvide de ella. El fin de semana transcurre sin ningún incidente y por suerte Gala no ha extrañado a su “mamá” algo que realmente me había estado preocupando. 
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