Capitulo 1
Capítulo 1
Punto de vista de Leyla.
Expulso el aire contenido y me reclinó en la silla con el alfajor en la mano.
Ahora mismo estoy en la cafetería, viendo a Adam sentado unas mesas más allá con sus amigos, todos ellos son jugadores de basquetbol y, por lo tanto, son admirados no sólo por mí, sino también desde muchos otros lados.
Tienes que saber que el basquetbol es el deporte de nuestra escuela. Nadie se pierde un partido, ni siquiera yo y eso que ni siquiera me gusta ese deporte.
Es más porque Adam es el capitán del equipo y por eso estoy prácticamente obligada a ir a los partidos.
De nuevo, un suspiro escapa de mi boca, incluso desde lejos tiene un aspecto increíble, su pelo está perfectamente en su sitio, al igual que su ropa, que consiste en una sudadera negra con capucha y pantalones oscuros, sus ojos marrones, que a veces son más claros brillan hasta aquí y luchan con sus relucientes dientes blancos, que están saliendo en este mismo momento.
Dios, cuando se ríe parece un ángel.
—Realmente eres un caso perdido. — Dice alguien muy cerca a mí, mi cabeza se dispara hacia un lado y sólo ahora reparo a Whitney, que se ha sentado conmigo.
Los pondré en contexto, Whitney es mi mejor amiga, lo sé, su nombre es raro, siempre me recuerda a Winnie pooh, mi apodo hacía ella es Pooh, es de cariño, además, es mi única amiga.
No tengo más amigos, lo cual es bastante obvio, no es que sea totalmente impopular ni nada de eso, porque no lo soy, creo que sólo soy un poco reservada.
—¿Tanto se nota? — suspiro mientras aparto mi alfajor y miro a Whitney, que obviamente está conteniendo la risa, Ella asiente y sigue mirándome divertida.
— Es que ya ni siquiera sé cómo llamar eso, probablemente todo el mundo se ha dado cuenta que estás locamente enamorada de él.
—Todos menos él… — murmuro y vuelvo a mirar en su dirección.
No entiendo cómo no se da cuenta de que estoy loca por él.
En realidad, tampoco se le puede decir que solo es mi crush, porque es mucho más que eso.
He estado enamorada de él desde que éramos niños, no puedo pronunciar frases largas a su lado, me pongo nerviosa y el corazón parece querer salírseme del pecho todo el tiempo.
Y a pesar de todo esto, todavía no se ha dado cuenta de mis sentimientos. Vale, nunca le he dicho específicamente nada al respecto, pero ¿no es suficiente cómo reaccionan mi cuerpo y mi mente ante él?
—Realmente deberías dejar de hacer eso. — la voz de Whitney vuelve a sonar y esta vez puedo incluso oír compasión en ella. Vacilante, me enderezo y me vuelvo hacia ella con el corazón encogido.
—¿Crees que acaso yo quiero esto? Por supuesto que no, pero no puedo dejar de sentirlo, no importa cuántas veces lo intente, es inútil — tartamudeo con los dientes apretados.
Sé a ciencia cierta que todo esto no me hace ningún bien, porque me sigo rompiendo el corazón cada vez que veo a Adam coqueteando con otra chica.
Es horrible verlo disfrutar con otras chicas, incluso pensarlo es insoportable, pero ni siquiera tengo derecho a decir nada al respecto, y mucho menos a pensarlo porque no soy más que su buena amiga, la hermana pequeña de su mejor amigo y, por tanto, también algo así como su hermana pequeña.
Mis hombros se desploman decepcionados.
Algún día... Quizá un día se dé cuenta de que soy el amor de su vida, que nos pertenecemos y luego se arrepentirá de no haberme notado antes.
Yo... yo... Me las arreglaré.
Convencida, vuelvo a levantar la cabeza e inmediatamente me encuentro con la mirada de un par de ojos marrones que me resultan familiares, inmediatamente mi corazón empieza a latir más rápido y un intenso sentimiento de felicidad fluye a través de mí.
Siempre es así cuando me mira.
Porque Adam no sólo me mira, no, me sonríe, Y en cuanto mi cerebro se da cuenta de ello, mi estado de ánimo parece dispararse como un cohete, una sonrisa de alegría se dibuja también en mis labios sin que pueda hacer nada por evitarlo.
— Creo que sólo necesitas un poco de tiempo — oigo decir a Whitney a mi lado, pero ni siquiera pienso en mirarla, solo asiento con la cabeza, pero sé, que ni siquiera el tiempo podrá hacerme olvidarlo, no hay remedio ni cura para esto.
Whitney gruñe, lo que me saca de mis pensamientos, me giro para mirarla y asiente satisfecha.
Doy un largo suspiro.
—No estoy haciendo nada. — la miro con los ojos entrecerrados.
— Leyla… escucha.
— ¡Que no pasa nada! — digo rápidamente con un tono de voz un poco subido, le di una sonrisa inocente para disculparme.
Ella solo rueda los ojos, está visiblemente molesta por mi obsesión y ni siquiera puedo culparla porque tiene que escuchar y soportar mis enamoramientos, mis desamores y mis quejas una y otra vez.
— Creo que intentaré alejarme de él durante un tiempo, tal vez así se dará cuenta de que se preocupa por mí, y si no, entonces.... entonces tal vez lo supere… — Digo mis pensamientos en voz alta, y no miento cuando digo que las palabras queman, mis ojos arden de solo pensarlo.
Whitney me mira sorprendida, no parece haber esperado que siguiera su consejo, pero antes de que pueda decir nada, suena la campana avisandonos que debemos volver a clases.
Suspiro y miro mi alfajor a medio comer.
— Me olvidé completamente de ti. — Lo cojo y lo enrollo en una servilleta para poder meterlo en mi bolso, el pobre alfajor no tiene la culpa de nada.
Con una última mirada anhelante en dirección a Adam, me levanto de la silla y sigo a Whitney fuera de la cafetería.
Es una suerte que no tenga está clase con Adam, porque de lo contrario, no habría sabido cómo distanciarme.
Camino rápidamente por el pasillo, trato de esquivar al resto de estudiantes lo cual es bastante fácil cuando uno ya está acostumbrado, pero el pasillo está abarrotado de gente que hoy me es un poco imposible no chocar algunos hombros, es un poco sofocante y como si eso no fuera poco, cada dos metros escucho los murmullos de chicas que solo hablan de Adam.
Su nombre aparece en mi mente cada segundo así no lo esté buscando…
Pero debo aceptar que así es todo con él, porque él es y seguirá siendo el tema de conversación número uno aquí y eso probablemente no va a cambiar muy pronto.
Suspiro y vuelvo a acomodar la mochila en mi hombro debido a que alguien acaba de chocar conmigo, sigo caminando hasta llegar a mi casillero, lo abro en silencio y saco mi libro de matemáticas y lo meto rápidamente en mi maleta.
Sé que la mayoría de mis compañeros en este momento deben estar quejándose porque nos toca esta clase, pero en cambio a mí, me encanta, de hecho, matemáticas es mi materia favorita, la disfruto mucho y se me da muy bien, lo que es un gran punto a favor.
— Leyla. — Dice alguien a mi lado, me giro y me encuentro directamente con la cara de Martina y su gran sonrisa, me abraza a modo de saludo y le devuelvo el gesto con otra sonrisa. — Desde hoy veremos matemáticas juntas — Me comenta con una sonrisa mucho más grande. Mis cejas se juntan por la confusión.
Martina es una buena amiga, bueno, en realidad no somos tan amigas, nos conocemos desde pequeñas y hemos hecho equipo en algunas materias, nos llevamos muy bien como compañeras pero tan amigas, no somos.
— Pensé que verías matemáticas con el Sr. Peralta. — Le digo mientras cierro mi casillero.
—Yo también, pero la verdad es que… — Me toma del brazo y comenzamos a caminar hacia el aula de clases. — No quería volver a ver la clase con él, dicen que cada año se vuelve más odioso. — Gruñé. — El semestre pasado iba a reprobar a todos en la clase, eso fue lo que me contaron y no me va muy bien en esta materia así que no quiero arriesgarme. — Comenta con una mueca.
He escuchado muchos rumores sobre ese profesor, dicen que es taaaaan estricto que algunos de sus estudiantes han salido llorando de su clase, nunca tomé la materia con él, no quería cogerle fastidio a las matemáticas solo por un profesor.
— Por cierto… — Martina se detiene y se gira hacia mí. — Quería preguntarte también que si vendrás a la fiesta después del partido de basquetbol este viernes, ya sabes, un poco de diversión nunca viene mal. — Dice con una sonrisa pícara, se nota que tiene muchas ganas de estar en esa fiesta.
pongo los ojos en blanco, estoy cansada de que me pregunten siempre lo mismo, porque mi respuesta a esa pregunta siempre será la misma, y la repuestos es no, odio ir a esas fiestas porque siempre es lo mismo, gente bebiendo, cigarros, drogas y Adam… Adam y sus nuevas conquistas y eso último es la única razón por la que no voy a fiestas.
— No creo que sea una buena idea. — Le comento siguiendo el camino, estamos a solo unos pasos de la puerta del aula de clases.
Por encima del hombro puedo ver a Martina haciendo una mueca, ella no puede entenderlo y sé que nunca lo hará, por eso, solo debo fingir.
— Pero puedo pensarlo, quizás está vez sí sea una buena idea ir. — Le regalo una sonrisa y ella asiente totalmente encantada.
— ¡Genial! Entonces por favor, avísame. — Ahora soy yo la que asiente.
Martina es una buena persona, es muy amable y especial y aunque no seamos tan amigas, me cuesta un poco negarme a sus invitaciones.
Le doy una sonrisa antes de entrar al aula y buscar un asiento, el cual gracias a Dios queda más atrás del lugar que ella escogió.
Saco del bolso mis materiales de estudio y los pongo sobre el escritorio. Mi teléfono vibra y lo saco rápidamente de mi bolsillo, lo desbloqueo y leo lentamente el mensaje.
Adam: Hazle saber a Josh que me quedaré con ustedes esta noche, no alcancé a avisarle a él.
Me congelo tan pronto como veo de quién es el mensaje, mi corazón da un pequeño salto en el aire pero cuando realmente me doy cuenta de lo que dice exactamente el mensaje se detiene de nuevo.
Adam quiere quedarse con nosotros esta noche, así que eso significa que eso de intentar evitarlo no podrá ser, pero, ¿a quién quiero engañar? Hacer eso es tan difícil, por no decir que imposible ya que me encuentro con Adam todos los días, especialmente porque no solo es el mejor amigo de mi hermano, sino también mi vecino.
Alboroto mi cabello con frustración antes de responderle secamente.
Leyla: Le avisaré.
Rápidamente guardo mi teléfono de nuevo, justo a tiempo, porque en ese mismo momento el Sr. Smith entra al salón de clases.
El mensaje de Adam no deja de dar vueltas en mi mente durante toda la clase.
¿Cómo se supone que voy a soportar una noche bajo el mismo techo que él? Maldita sea. Sí, se ha quedado con nosotros varias veces, pero ha pasado mucho tiempo desde la última vez, esperaba no volver a hacerle pasar por eso de nuevo a mi corazón.
Nunca lo lograré, nunca lograré sacarlo de mi corazón.