Amor prohibido

Capitulo 4

Capítulo 4

Punto de vista de Leyla.

Doy vueltas y vueltas en mi cama, tratando de no perder el control, pero es más difícil de lo que pensaba porque no he tenido mi cuerpo bajo control desde hace un tiempo.

Desde que me encerré hace unas horas no he dejado de escuchar el ruido que hay en la habitación de Josh, ese par siempre hacen de las suyas, están jugando algún videojuego y cada que uno le gana al otro los gritos y maldiciones no paran, y a pesar de que he intentado ignorar todo el ruido, simplemente no funciona.

Después de cansarme de dar vueltas hago un último intento para dormirme, lentamente cierro los ojos y justo cuando creo que por fin estoy a punto de dormir vuelven a gritar.

— ¡Eres un imbécil, Adam! — Escucho la voz de mi hermano, distorsionada por la distancia y la ira.

Un suspiro de molestia escala de mi boca y tengo que recomponerme para no saltar de mi cama y romper la pared que separa su habitación de la mía. Llevo horas intentando dormir y este par de idiotas no me dejan.

— ¡Ahggg! — Exclamó con frustración e intento salir de mi cama con un brinco, pero mis piernas se enredan con la sábana y caigo al suelo dándome un gran golpe.

Cómo puedo me desenredo y una vez libre salgo hacia la habitación de Josh.

Desde el pasillo los gritos e insultos de ese par se escuchan mucho más fuertes, parecen dos niños pequeños peleando, deberían entender que ya son casi adultos, pero no, ese par nunca dejarán de creer que son niños.

Justo cuando estoy abriendo la puerta, la cuál está mal puesta ya que abre hacia afuera y no hacia adentro, alguien se me adelantó, apenas me doy cuenta de lo que está apunto de suceder, intento esquivarla pero no soy lo suficientemente rápida, la puerta golpea mi frente con toda la fuerza posible.

Maldiciendo retrocedo unos pasos por la conmoción y hago una mueca de dolor, mi cabeza está latiendo inhumanamente y solo puedo escuchar las voces de fondo pero casi no entiendo lo que dicen.

Todo parece dar vueltas a mi alrededor y por alguna razón el enfado que tenía hace unos minutos se ha esfumado.

— ¡Mierda, Leyla! — Escucho la voz apagada de Adam, pero mi cabeza palpita demasiado como para mirar hacia arriba y justo cuando mis pies ceden y estoy a punto de caerme, dos brazos fuertes se cierran a mi alrededor, atrapandome en ellos.

No sé exactamente de quién son esos brazos, pero unos segundos después siento un calor increíble y me doy cuenta de que es Adam quien me sostiene. Jadeo por la falta de aire y los latidos de mi corazón se duplican, una vez más, mi dolor parece haber desaparecido, pero cuando escucho la voz de mi hermano, el dolor vuelve tan rápido como un relámpago.

— A la mierda, Adam. ¿La mataste? — suena un gemido frustrado que viene de Adam.

— No estúpido, solo la golpeé con la puerta, nada grave.

—¿ En serio? Pues parece más muerta, ¿Seguro que está viva?

Si no tuviera un dolor tan insoportable en este momento, probablemente habría golpeado a Josh hace rato, ¿Cómo puede ser tan indiferente? ¡Soy su hermanita! Debería importarle un poco más.

— ¡Solo cállate y ayúdame a llevarla a su habitación! — Sisea Adam, levantándome de repente al estilo nupcial, mi corazón late con fuerza en mi pecho y el dolor parece desaparecer mágicamente.

— Déjala, ella tiene la culpa, quién la manda a estar parada frente a la puerta como una tonta. — Josh se queja y no puedo evitar que mi cabeza se dispare rápidamente, estuve a nada de golpear la barbilla de Adam, pero afortunadamente él fue más rápido y esquivó el golpe.

— Josh, era tan… tan… — Empiezo, pero no puedo encontrar la palabra adecuada para describir a ese ser tan odioso, además, ¡ni siquiera se ha preocupado nada por mí! que ser tan pero taaan egoísta. — Maldita sea…

— ¿Solo puedes decir eso? — Levanta una ceja con diversión y me mira con una sonrisa victoriosa que me hace dar más rabia, muerdo mi lengua para evitar enloquecer, no vale la pena seguir peleando.

No vale la pena, relájate Leyla… solo mantén la calma.

Sigo repitiendo esas oraciones en mi mente, pero en realidad no parecen ayudar, es asombroso la rapidez con la que Josh me hace enojar, una y otra vez.

—Eres un imbécil. — Finalmente digo, estoy exhausta pero estoy feliz porque sigo en los brazos de Adam.

Cuando llegamos a mi habitación después de unos segundos de silencio, Adam lentamente me acuesta en mi cama, haciéndome suspirar suavemente, es tan increíblemente dulce, que gentil es conmigo y que cariñoso es.

— Lo siento. — Miro directamente sus ojos, confundida, él solo sonríe. — Por lo de la puerta.

A mi cerebro le toma un momento procesar apropiadamente sus palabras, pero tan pronto como lo hace, noto el ligero dolor de cabeza nuevamente, pero el dolor pasa a segundo plano, lo importante es la cercanía entre nosotros.

— No te preocupes… — Murmuro aturdida. — Él sonríe y mi corazón parece derretirse por culpa de su sonrisa.

Un resoplido con aire ofendido suena un momento después, Adam y yo miramos sorprendidos a Josh, quien ha estado mirando toda esta escena con desdén.

— Tú nunca eres tan dulce conmigo, me siento muy ofendido. — Al instante mis mejillas se enrojecen.

Me gustaría saltar de mi cama y golpear a Josh en su linda cara, pero eso solo le mostraría cuanto me enojaron sus palabras. Suspiro y me trago la creciente ira y le doy a Josh una falsa sonrisa.

— Pues, porque no lo mereces. — Le digo con una sonrisa victoriosa.

— Oh, ¿Y tú si lo mereces? ¿Ella sí lo merece, Adam? — Josh le pregunta a Adam con gran indignación, pero él solo nos sonríe a los dos, mis mejillas vuelven a tomar color pero intento ocultarlas con mi cabello.

— No seas llorona, Josh. — Le dice Adam a Josh y ambos quedamos sorprendidos ya que casi siempre, en este tipo de peleas, Adam se ponía de lado de Josh, hasta hoy.

Internamente le doy las gracias a Adam porque Josh se va de mi habitación, Adam se aleja de mi cama, pero se detiene antes de llegar a la puerta, se gira y me mira por última vez antes de guiñarme un ojo y regalarme una gran sonrisa, lo cual lo hace condenadamente atractivo.

— Duerme bien, Lala. — Como en trance, lo observo mientras se aleja de mi habitación.

Es tan… tan… Idiota, no cerró la puerta.