Capítulo 6
El Viaje
Parte 1 / Buenos Días
[Jorge]
El silencio fue mi única compañía esa madrugada, en medio de la oscuridad del apartamento, pero en medio de la luz que me brindaba una pequeña lampara de mesa sobre el escritorio, el resplandor de la pantalla del computador portátil ya tenía por completo agotados mis ojos, no Valia de nada el bajar el brillo pues la oscuridad fortalecía la poca luz que había en el estudio en ese momento. El reloj de la pantalla no marcaban más de las 3 de la mañana, cuando rendido, di mi misión por fracasada dejando el trabajo escrito que estaba haciendo sin terminar, tan solo me faltaba uno de los puntos del taller de la clase de derecho penal para terminar… pero mi cuerpo y mi mente no pueden más en ese momento, de hecho llevo varios días en que quisiera renunciar a todo, sin embargo, algo me mantiene en pie, no sé qué es, quizá es mi ambición o mi pasión por las leyes lo que también me ha hecho uno de los mejores estudiantes de mi carrera, o bien es el sentir el apoyo de mi novia Sara, la cual a esa hora estaba profundamente dormida en la habitación. Me levante del escritorio con tan solo la idea de lograr descansar un poco en lo que quedaba de la madrugada, camine hacia la cocina y tome un vaso de agua, trate en lo posible el no hacer ningún tipo de ruido en lo absoluto, y creí que había cumplido mi propósito.
—Ven… ya es hora de que vengas a descansar—me dijo Sara en voz baja.
Sara se había levantado de la cama sin que yo me diera cuenta, salió de la habitación y me abordo por la espalda abrazándome por la cintura. Su cuerpo se sentía cálido al haber estado todo el tiempo abrigada en la cama, sus manos estaban cálidas y las mías estaban heladas por haber estado digitando mi trabajo en el computador.
—Ya estaba por irme a acostar… debo levantarme temprano—le respondí al darme la vuelta y devolverle el abrazo.
Ella se quedó casi dormida con el rostro reposado en mi pecho, tan solo mis brazos eran su único abrigo, de repente, sentí como en ese momento el sueño me vencía, quizá fue el sentir el cuerpo cálido de Sara en medio del frio de la madrugada o bien mi cuerpo estaba quedó la toalla en definitiva.
—Vamos Amor—le dije al tomarle de la mano.
Le acompañe de nuevo a la cama, tenía incluso sus ojos cerrados cuando entramos a la habitación, ella volvió a su lugar y yo con algo de ternura le arrope mientras tomaba mi lugar también. En verdad no recuerdo en qué momento me quede dormido, recuerdo haber revisado mi teléfono celular para avisarle a mis compañeros de clase que quizá llegaría tarde… pues debía ser realista, si lograba conciliar el sueño me quedaría dormido por al menos un día entero.
No sé si era mi mente que se negaba a tomar un descanso, el hecho de no dormir muy bien por varios días o la propia intranquilidad inexplicable de mi corazón, pero tuve un par de sueños demasiado extraños más que incomodos, soñé con que iba corría a algún lugar pero no sabía cuál era el camino, que me sentía un poco perdido pero que no había nadie a mi alrededor para preguntarle que debía hacer, el otro sueño justo después de haberme despertado por un instante, fue un poco más grotesco, Sara me acompañaba pero yo no dejaba de sentirme mal por ella, de momento ella comenzaba a regañarme por alguna razón, sin embargo yo no podía defenderme, mi boca estaba cerrada al igual que me faltaba el aire y sentía que mis ojos se nublaban, sabía que estaba soñando, pero se sintió tan real el quedarse sin aire, que desperté de golpe algo ajustado, incluso creo haber saltado sobre mi lugar pues Sara se molestó un poco y en medio de la oscuridad, intento sobar mi espalda para calmarme, no fue del todo efectivo su gesto pero me daba la tranquilidad de que ella estaba allí. El sol apenas si estaba saliendo, sus rayos aun sobresalían con timidez en el horizonte cuando el despertador de Sara sonó en la habitación, no restaron ni siquiera 2 segundos cuando ella lo apago y con el ánimo por las nubes se levantó de la cama directamente a la cocina, en ocasiones no entendía como esta mujer tenía tanta energía todo el tiempo, trabajaba en las mañanas e iba a la universidad en las tardes y en las noches, aun así, tenía tiempo para estar al pendiente de mí. Escuche sus pasos volviendo a la habitación, en ese momento yo ya estaba despierto pero apenas si había abierto mis ojos, cuando le escuche entrar al baño me levante enseguida, el lado de mi pensamiento un poco más perverso había imaginado algo en ese momento, tan solo me acerque al baño, la puerta estaba sin seguro como era ya una costumbre y luego de quitarme mi camiseta y mi pantalón, entre a la ducha junto con Sara tomándola un poco por sorpresa, sentir que lo hacía sin que ella lo esperase me hacía sentir un poco más deseoso de lo normal, aunque era tan solo una ilusión mía pues ella estaba casi segura de que yo lo haría, fuera en la ducha o bien en la habitación en el momento que ella saliera de la ducha. Su cuerpo húmedo, aun cálido por el calor de la cama y el agua tibia que caía por su piel, se sentía tan bien al tomarlo con mis manos, su cuerpo, en el brillo completo de su belleza juvenil, me traía loco por completo, al igual que a ella le traía loca mi cuerpo, pues no basto ninguna palabra para que ella me diera la bienvenida con un profundo y largo beso que termino de despertar mis sentidos en ese momento, su cuerpo junto al mío, la calidez del agua, y la complicidad en su mirada me hicieron desearla en ese preciso instante, no hizo falta el preguntarle, tan solo su gesto me dio la aprobación que necesitaba, pues enseguida me dio la espalda al mismo tiempo que acercaba sus caderas a las mías, yo no aguantaba más, tenía que hacerlo y ella así lo quería en ese momento. El vaivén de nuestros cuerpos pronto todo un ritmo un poco más apresurado de lo que esperaba, pues a pocos segundos de comenzar, un sonido de golpeteo se escuchaba ya en toda la habitación, ojala los vecinos a esa hora de la mañana no se alertaran de lo que en mi ducha estaba sucediendo, ella restringía sus gemidos creyendo de manera efímera que alguien además de mi podía escucharla en ese momento, pero era incluso un poco más excitante pues sentía que quizá estábamos haciendo algo prohibido, pronto, el golpeteo acabo en un pequeño grito ahogado de ambos, opacado tan solo por el sonido del agua que caía en la ducha. Un tierno beso al mismo tiempo que ella me abrazaba fue el punto final de nuestro momento juntos.
—Buenos días Amor—me dijo ella con un poco de gracia.
—Buenos días cariño—le respondí en medio de una sonrisa complaciente.
Ella termino su baño que yo deliberadamente había interrumpido, yo hice lo mismo pues tome el jabón y le ayude un poco a frotarlo con su cuerpo, sin embargo, ya no había mucho tiempo para una segunda oportunidad… ya había perdido el factor sorpresa, a decir verdad. Sar5a salió de la ducha llevándose consigo la única toalla que teníamos en ese momento, yo me quede terminando mi baño mientras ella secaba su cuerpo en la habitación, me dejo la toalla e colgada en el pórtico de la puerta del baño, yo Sali de la ducha desnudo y me estire para alcanzar la toalla de la puerta, la coloque en mi cintura y procedí a arreglar mi barba en el lavamanos.
—¿Quieres un poco de café…?—me pregunto ella desde la cocina.
—Si… oscuro… con poca azúcar…—le conteste desde el baño
—Muy tarde… lo deje claro y con un poco de vainilla—me respondió con algo de gracia.
Siempre hacia lo mismo, hacia el café de la manera que le gustaba sin preguntarme siquiera como me gustaba a mí, no era solo una expresión propia de su rebeldía, era también su forma de ser, esa que me enamoraba cada día, aunque mi mente y mi cuerpo estuvieran cansados.
No tarde casi nada en salir del baño, estaba listo para vestirme, aunque no tenía claro que debíamos hacer ese día, sabía que ella debía ir a trabajar mas no me había dicho nada más, yo sabía que ella no tenía clases ese día pues ella misma me lo había contado de esa manera. Sin embargo yo si tenía clase se ese día, estaba punto de ser aprobado para que uno de los profesores me llevara a su firma de abogados, allí podría aprender más que en los salones de clase, sin duda era una muy buena oportunidad… ¿Cuál sería el problema?, la verdad hacía mucho me sentía más cansado de lo normal, si no fuera por Sara, en verdad no tendría ninguna energía o ánimo para levantarme de la cama, pero ella me llevaba arrastrando y me apoyaba en todo lo que yo necesitaba, era una muy buena novia, una perfecta compañera, y de ese modo quería ser el hombre perfecto para ella siempre… aunque para ser honesto hacía varios días que ella tenía algunas actitudes un poco incomodas conmigo, y honestamente no la culpo, mi desanimo casi inexplicable era muy evidente en cualquier momento del día, en ocasiones no sentía ji las ganas de comer pero ella me insistía, eran pequeñas discusiones que con paciencia y una breve conversación se resolvían, pero me sentía un poco culpable pues no quería ser así con ella… ya mucha paciencia tenía ella en sus cosas como para que yo complicara un poco mas todo. Quizá mi desanimo tenía en ese momento una explicación que a simple vista no era evidente, pues yo no había crecido en esta ciudad, venia de un pueblo que queda a unas horas de la ciudad capital, deje allí a mis padres y mi hermana menor y me había ido a la ciudad para estudiar Derecho en la universidad, una decisión difícil… realmente dolorosa pues pasaban los meses enteros sin ver a mis padres, mucho menos el compartir con ellos como toda la vida lo había hecho, pero este fue mi camino, no todo fue malo al tomar esa decisión, pues también en la universidad conocí a Sara, ella estudia odontología, yo ya la conocía de antes pero en la universidad fue donde comenzamos a salir, ella era independiente y yo estaba aprendiendo a serlo, tan solo pasaron unos pocos meses hasta que tomamos la decisión de vivir juntos… fue complicado en un comienzo, no puedo negarlo, pero poco a poco nos acostumbramos uno al otro, a nuestro tiempo juntos al igual que el espacio que necesita cada uno para llevar su vida con normalidad, por eso me sentía culpable de que ella no se sintiera bien, o en una mejor explicación que ella sintiera que mi desanimo me estaba cambiando, pues era lo que menos quería que sucediera, sin embargo yo sabía que era paciente… ¿Pero cuanta paciencia habría en su corazón?, me preguntaba cada día desde que me sentía así.
—quieres acompañarme al trabajo… allá podemos comer algo… sé que te gustan los desayunos del restaurante—me dijo Sara al volver a la habitación.
Ella se quedó mirándose al espejo mientras se colocaba sus aretes favoritos, me miro otra vez del espejo y se tomó su tiempo esperando una respuesta de mi parte, pero yo estaba distraído, era evidente.
—Jorge… ¿Qué si desayunamos juntos…?—me insistió al voltear a verme.
—Claro que si amor…—le respondí de inmediato, —perdóname… estaba pensando en algo…—aclare en ese momento.
ella acomodo sus aretes, y se acercó a mí, yo aún estaba sentado al borde de la cama, acomodando los cordones de mis zapatos cuando Sara se sentó a mi lado.
—Te ves algo cansado cariño—me reprocho ella pasando su mano por mi rostro.
su mirada no era solo de cariño y de comprensión, podría jurar que estaba preocupada por mí, al igual que yo lo estaba por ella y por mí mismo.
—Y así me siento… pero hoy debo estar al pendiente de la universidad…—le respondí con algo de ánimo.
—¿Hoy te dan respuesta de la oficina?—
Sara se levantó de la cama y volvió a su tocador, se aplica un poco de perfume mientras yo acomodaba mis zapatillas en mis pies.
—Si amor… hoy debo reunirme con el doctor Peláez para acordar lo de la firma—le explique luego de una pausa.
—Te va a ir muy bien amor… todo estará bien—me contesto al tiempo que se daba la vuelta y me daba un sutil y tierno beso en la frente.