Eran las siete de la mañana, David pasó una noche de desvelo junto a su compañero intentando seguir el rastro de la Van blanca de vidrios polarizados, pero los videos de tráfico no llevaron a nada, era como si ellos supieran como evadir las cámaras, necesitaba averiguar sobre la víctima con su empleador, era la única pista que tenían, por alguna razón el nombre de Evelyn Ayers no concordaba, los registros dentales indicaban que ese era su nombre solo allí, pero en los demás organismos de gobierno no aparecía por ningún lado, lo que quería decir que ese no era su verdadero nombre.
— Que noche de mierda — se dijo Hazel.
Condujo de mala gana hasta el edificio donde trabajaba la víctima, Pegasus Entertainment, así se le conocía a esa renombrada agencia de talentos. Llegó justo cuando los empleados comenzaban a llegar, tuvo que esperar 30 minutos al CEO, solo tuvo que investigar un poco sobre Baltazar Phoenix para poder reconocerlo, hombre blanco, de 62 años, de bigote y cabello cano, siempre usaba trajes que prácticamente valían un año de su salario como detective, un sujeto con excelente labia, bien conocido en la industria del entretenimiento, quien se asustó un poco al ver que la policía le buscaba tan solo llegar a su empresa.
— Buenos días señor Phoenix, soy el detective especial David Hazel, necesito hablar con usted.
— Oh, no lo sé— se puso nervioso— soy un hombre ocupado y…
— No le estoy preguntando — encaró firme— esto es importante y de todas maneras va a terminar enterándose, podemos hablar de esto aquí donde todo el mundo va a escuchar o… podemos hablarlo en privado.
La mirada fría que le dio el detective lo persuadió.
— «Este imbécil no parece saber nada, de lo contrario ya me habría arrestado, dudo que este aquí por “ese” asunto, pero tiene razón no me conviene que habla de cualquier tema relacionado conmigo en público»— pensó algo molesto.
No era muy fanático de la policía, primero debía saber qué quería, y si estaba en problemas simplemente podría llamar a su superior y llegar a algún acuerdo.
— Por aquí, agente— le invitó a pasar a su oficina.
Al entrar, Hazel vio a su izquierda el logo de la compañía, la silueta de un pegaso rodeado de estrellas, en medio de una pared tapizada con posters de los mejores talentos de la compañía y a la derecha una enorme pantalla mostrando a los famosos en transiciones de diez segundos que cambiaban constantemente, ya sea en conciertos, conferencias de prensa, películas, clips musicales, etc.
Se detuvo para observar el poster más grande, allí estaba ella, su sola imagen lo abstrajo. Era la publicidad de una cara fragancia, denotaba un concepto artístico y grácil, se veía casi etérea, como una ninfa en la naturaleza, las aguas del cristalino lago llegaban por encima de sus rodillas y el vestido blanco de tirantes se transparentaba, enmarcando las delicadas líneas que constituían su cuerpo, sus ojos celestes miraban hacia la cámara con un aire de inocencia y pureza mientras llovían flores de colores brillantes, manteniendo las manos juntas para atrapar la mayor cantidad posible de éstas..
— ¿Bonita no?... Es una de las mejores estrellas que tenido la oportunidad de enaltecer— dijo el CEO, interrumpiendo el hechizo que la sola imagen había puesto en él.
— Sí, es casi difícil creer que exista un ser humano así.
—Hay gente que nace con una luz, el solo verla hablar o moverse es hipnótico, por ende, su fuerza de imán es tremenda, y yo use eso— su sonrisa se borra al recordar su desafortunado comienzo y el hecho de que ese fue el motivo por el que ella trazó una línea con él en su momento— pero, a su manera es problemática.
— ¿A qué se refiere?
— Bueno eso no importa.
— En realidad sí importa, porque precisamente de ella venía a hablarle.
El hombre mayor inmediatamente se puso tenso y se excusó.
— Creo que no debería ponerle mucha atención a las palabras de una oportunista con cara de ángel, si yo fuera usted no escucharía una sola palabra de su mentirosa boca.
— Qué gracioso, acaba de halagarla para segundos después hablar mal de su estrella.
— Sólo digo, detective, que muchas de las famosas en todos lados llegaron al lugar donde están, no precisamente por su talento, sino de manera muy poco sana ¿me entiende?
— No, no entiendo, ¿a qué se refiere? — fingió ignorancia, a lo que el otro frunció el ceño por hacerle decirlo en voz alta.
— Hay muchos rumores alrededor de Evelyn, si investiga bien a esa mujer, sabrá qué tipo de persona es.
Era consiente de qué encontraría a ese detective si investigaba los antecedentes que la modelo tenía con la policía, no había forma de que le creyesen.
— Lo que sea que le haya dicho seguramente fue falso, así o más claro lo quiere.
— Desgraciadamente, señor Phoenix, ya sean verdades o mentiras ya no puedo escuchar nada de su boca, estoy aquí para informarle que Evelyn Ayers ha sido asesinada, mi compañero está en su apartamento en este preciso momento.
Se le heló la sangre al escuchar tal afirmación, debía ser mentira, más el rostro serio del detective no daban pie a bromas.
—E-eso no puede… ser, ¿¡me está diciendo que uno de los talentos más representativos de mi compañía está muerta!?
—Sí, necesito hacerle unas preguntas.
No era necesario interrogarlo, un snoff explotador como ese solo le importaba cuánto dinero podía sacarle al talento de otros, y cuando ya no le sirviesen les abandonaba, o al menos mientras investigaba, ese era el principal punto de las quejas dirigidas al CEO, proveniente de nada más y nada menos que sus antiguos ex-empleados. Vino a verle porque él podría decirle lo que más necesitaba.
— No veo como podría ayudarle.
—A pesar de ser una celebridad hay muy poca información sobre ella, no pude encontrar historial gubernamental de cualquier tipo, no hay registros de su existencia, lo que quiere decir que Evelyn Ayers no existe porque el nombre es falso o porque era una migrante ilegal, lo único que poseo son los registros dentales, así es como logramos identificarla.
— Espere, ¿a qué se refiere con que así la identificaron?... ella es una cara increíblemente conocida. Si es de aquí, dudo que no lo sepa.
Ese sujeto no tenía que saber que el volvió a esa ciudad hace un mes, después de ayudar a la policía de diferentes ciudades a atrapar a un asesino serial por dos años, ni tampoco que dejaron a la pobre chica irreconocible.
— Es clasificado, no puedo dar detalles, ¿y bien?
—Pues… ella usaba nuestro seguro dental, y es cierto, firmó con otro nombre cuando se unió a la compañía, Ayers no era su apellido real, ella firmó bajo el nombre Evelyn Harper, pero si quiere saber de su historial personal, muy probablemente le pueda ayudar su tía, Karen Belmont.
David arqueó una ceja, ¿dónde había visto ese nombre?...
— Y Karen Belmont es…
— Se ve que no sabe nada del mundo del espectáculo— se burló por lo bajo—, Belmont es la reconocidísima fotógrafa de estrellas, las agencias de publicidad se pelean por ella, las modelos ruegan por una oportunidad de estar bajo su lente profesional, es la tía de… Evelyn. Sé que le costará obtener su dirección porque cambia constantemente de domicilio, pero se la proporcionaré a cambió de que no hable del asesinato.
— Eso ayudaría a ambos, tanto a su agencia como a la investigación, lo que menos queremos es a la prensa metiéndose en su compañía o en asuntos de la policía.
— Estoy totalmente de acuerdo con usted.
Después de brindarle los datos, en cuanto el detective Hazel cerró la puerta dio un sonoro suspiro y aflojó su corbata para respirar mejor. Como el CEO de una gran compañía como lo era Pegasus Entertaiment en un lugar tan competitivo como Los Angeles, siempre se vio rodeado de lo mejor, la mayoría de los elementos que reclutaba siempre se convertían en grandes celebridades, aun así, nunca olvidará la primera vez que conoció a Evelyn.
Flashback
De vez en cuando vigilaba oculto las sesiones fotográficas de los talentos, no obstante, algo cambió un día de abril, una nueva estilista se presentó, sus habilidades eran increíbles, poseía una gran habilidad y buen sentido de la estética, el staff la alabó por completo, sabía cómo destacarse y a todas luces lucia su humilde y encantadora personalidad, era capaz de ganarse a cualquiera, con el tiempo se comenzó a hacer costumbre mirarla trabajar diariamente, hasta el punto de espiar sus conversaciones e intentar saber todo de ella, obteniendo como resultado una pieza clave sobre sus objetivos en la vida.
— Amo tus peinados Evelyn, eres la mejor estilista que he tenido el placer de conocer, ¿no quisieras ser mi estilista exclusiva? — dijo una despampanante mujer.
— Sería un honor trabajar para tan excelente actriz, pero, estoy interesada en entrar al medio como modelo, es importante, pronto habrá un casting.
— Oh es verdad, se acercan las fechas de reclutamiento… es una pena, tus talentos se desperdiciarán, aunque viéndote detenidamente, si te arreglaras como nos arreglas a nosotras te verías sumamente hermosa, ser una supermodelo no es un sueño tan descabellado si eres tú— le giñó un ojo y se levantó cuando la llamaron para tomar las fotos promocionales de su nueva película.
Lo que el señor Phoenix escuchó valía oro. Así que era eso, la pelirroja quería una oportunidad para ser una estrella, bueno, si eso deseaba con el alma, a él como jefe, no le dañaría darle una pequeña ventaja, así que hizo su jugada.
* * *
Al final de un arduo día de trabajo Evelyn guardaba los cosméticos en su lugar, casi todos se habían ido, cuando una mujer se le acercó.
— ¿Señorita Evelyn Harper?
— Sí, soy yo, dígame.
— Soy el secretario del señor Phoenix.
— ¿Phoenix?... no me digas que es el jefe de jefes.
— Así es, me pidió que la escoltara hasta su oficina
La joven no entendía qué diablos quería el CEO de la compañía con ella, el departamento de recursos humanos eran los que hablan con los empleados inferiores, el jefe nunca se encargaba de esas cosas, pero sería descortés negarse. Siguió al hombre por el elevador hasta el último piso. El secretario tocó la puerta del despacho privado y la anuncio, dándole el paso y cerrando la puerta tras él, para tomar sus cosas y retirarse, dejándolos completamente solos, su jefe le dio la orden de desparecer en cuanto llevara a la estilista allí.
— Buenas noches señorita Evelyn— saludó amigable.
— Buenas noches señor Phoenix.
Se dio el tiempo de observarla de pies a cabeza, su figura en verdad era apetecible, traía unos leggins negros que realizaban sus formas, una playera blanca ceñida con un estampado juvenil al frente y el cabello recogido, lo que dejaba a ver claramente su lindo rostro.
— Ay niña, no sea tan formal, puedes llamarme por mi nombre.
—Imposible. No podría llamarlo de esa manera— negó educadamente
— No tienes que ser tan tímida, estoy impresionado con tu trabajo, solo llevas dos meses aquí y todos ya te alaban como a la mejor estilista. Ven, siéntate — la llamó afable, invitándola con la mano a sentarse en el lujoso sofá de piel.
— Aquí estoy bien señor, estoy segura que lo que sea que deba decirme será breve.
— No deberías estar tan segura, vamos, solo quiero hablar un momento contigo.
La pelirroja se sentó en el sofá más apartado, esperando poder tomar una buena distancia de él, quién inesperadamente se sentó a su lado, obligándola a tomar la copa de vino que éste le ofrecía sin oportunidad a negarse. Cómo intentando presionar un ambiente íntimo.
— Escuché que quieres participar en el próximo reclutamiento ¿deseas firmar con nosotros?
— Emmm… no necesariamente tiene que ser aquí. Lo interesante del casting próximo a venir, es que diferentes agencias en conjunto contratan a modelos para sus propias compañías, todavía no soy lo suficientemente buena para aspirar a un lugar de gran calibre cómo lo es Pegasus Entertainment.
— Mi niña, si me permites que te hable desde un punto de vista crítico como cazador de talentos, creo que tienes potencial, eres hermosa, tienes la altura y el porte, nadie en su sano juicio se atrevería a despreciarte.
— Gracias señor, haré mi mejor esfuerzo.
Sus ojos brillaban intensamente, le encantaban las chicas así, que se ilusionaran tan fácil. Solo tenía que darle lo que quería, hacerla feliz, jugar con ella un rato y cuando se cansase, deshacerse de ella, al menos obtendría por un tiempo la diversión que tanto le obsesionaba.
— Suena bien, sin embargo, hay otras maneras de entrar a la compañía sin necesidad de hacer un engorroso casting.
— ¿Enserio?
— Sí — sonrió perverso — solo debes complacerme.
La joven se sorprendió a más no poder cuando el hombre se arrojó sobre ella.
Fin Flashback
Los gritos de Evelyn hacían eco en su memoria, pero ya no servía de nada el arrepentimiento o pensar en disculpas. Lo que hizo estuvo mal, pero la deseaba tanto… y ahora, ahora ya no quedaba nada, la noticia le había perturbado, sufría porque su pequeño pajarito dejó de estar a su alcance, sin embargo, también sintió alivio, su secreto, moría con ella.