AMELIA
–Está bien, dulce niña. ¡Aquí estamos! Por fin en casa– Le susurro tranquilizadoramente a Emma mientras nos conduzco al departamento. Habíamos tenido una mañana ajetreada probando cosas nuevas: la biblioteca, así como una visita a la zona de juegos diferente en un centro comercial diferente. Pero al final de la visita combinada centro comercial-biblioteca, Emma había entrado en crisis. Y la había estado consolando y abrazando desde entonces.
–Mira. Un entorno familiar. Nuestra bonita sala. El tío Weston está cerca…creo– Le doy unas palmaditas en la espalda mientras paseo por la casa, buscando señales de Weston. Miro mi reloj, ya ha pasado su hora de siesta. Probablemente es parte de su crisis.
–¿Lista para dormir? – Tiro suavemente de su abrigo acolchado, colocándolo sobre una silla alta en la isla antes de quitarme el mio. Mientras me dirijo a la parte trasera de la casa. oigo un ruido peculiar, algo entre una cascada y una zumbido. Lo comprobaré una vez que Emma este acostada. Entro en su habitación a oscuras y la acomodo en su cuna. Su respiración se entrecorta, un sonido duradero del serio maratón de gritos que había tenido en medio del centro comercial. Hago una mueca al recordarlo mientras le doy unas palmaditas en la espalda. Esto es normal con una niña pequeña. Pero no lo hace más fácil.
Emma se gira hacia un lado y se aferra al extraño caracol de peluche en su cuna. Siempre me he preguntado por qué hay tantos caracoles en su habitación, pero esa es una pregunta más para la lista de cosas que Weston nunca responderá, porque no se me permite relacionarme con él en absoluto más allá del ámbito de ser la niñera de Emma.
El hombre corre lo suficientemente caliente como para derretir metal, y luego lo suficientemente frío como para congelarse. Todos sus deslices alimentados por el alcohol me han dejado desesperada de deseo, pero no hay forma de que pueda actuar en ellos cuando estoy comprometida con Caleb. De ninguna manera.
No soy infiel, lo que significa que toda esta pasión no resuelta y no expresada por el único hombre que no puedo tener tendrá que permanecer reprimida en mi interior.
Genial, simplemente genial. Tienes toda una vida de esto por delante>>. Si. Esto será divertido.
Una vez que Emma se queda dormida, salgo de su habitación, escuchando el mismo murmullo de antes. Sigo el sonido, sin estar segura de sí estoy escuchando los sonidos normales de una ducha o tal vez algún tipo de problema de plomería no reconocido que necesita mi atención camino por el pasillo, el sonido se hace más fuerte a medida que me acerco a la habitación de Weston. Nunca había estado dentro antes, solo echo un vistazo cuando sé que no está en casa.
¿Pero está en casa ahora? todavía no estoy segura. Nunca antes había oído el sonido de su ducha, y aunque es la explicación más probable, necesito asegurarme.
Esta es tu debida diligencia como niñera y persona a cargo>>. La puerta del dormitorio esta entreabierta, así que la empujo. ¿Qué pasa si hay una fuga de agua principal? Aunque no esté completamente segura de lo que eso significa, podría estar sucediendo.
Al otro lado de la habitación, la puerta del baño está abierta y el sonido del agua corriendo se hace aún más fuerte. ¿Y si se rompió una tubería? Me acerco
Este es el momento en que sé que Weston está en la ducha. No hay ninguna tubería rota, ni amenaza de daños por agua. También es el momento en que me convenzo de que necesito seguir investigando.
Solo necesito asegurarme. Me humedezco el labio inferior y camino de puntillas por la silenciosa habitación, decorada en tonos grises y azules, masculinos y relajantes al mismo tiempo. Su cama tamaño King parece increíblemente cómoda. Un hecho que nunca podrás comprobar, porque estas comprometida con otra persona, Amelia, ¿entiendes eso?>> Mi yo interno me recuerda, y me acerco a la puerta del baño.
La empujo con la palma de la mano y se abre sin hacer ruido. Y gracias a Dios, porque incluso el más mínimo crujido habría alertado a Weston de que tiene una mirona en su casa.
Weston tiene puertas de vidrio en su ducha. Permiten una vista maravillosa de lo que sucede dentro. Su poderosa espalda me mira, sus anchos hombros flexionándose y brillando bajo el agua. Sus nalgas son dos grandes melones, el vello oscuro cae sobre sus poderosas piernas. Todo dentro de mí se tensa. Expectante. Voraz.
Bajo el sonido del agua corriendo, escucho algo más. Gruñidos. El suave y apenas perceptible sonido de chapoteo. Un momento después, Weston gime. Echa la cabeza hacia atrás, el agua golpeando su mejilla. Los músculos de su espalda se flexionan rítmicamente. Como si estuviera haciendo algún movimiento repetitivo… Weston se está masturbando.
–Mmmm–
El sonido de su gemido bajo envía una descarga eléctrica a través de mí. Mis bragas se mojan al instante y mi boca se abre. Quiero irme, sé que debo irme, pero no puedo. Estoy clavada en mi sitio. No puedo apartar la mirada de este modelo de masculinidad que se abre paso a puño en la ducha. Mis muslos se aprietan contra mi dolorido centro. ¿Hay algo más excitante que esto en la historia registrada? No puedo comprenderlo.
–Oh, mierda– Weston gruñe de nuevo y se retuerce.
El movimiento activa mi miedo a ser atrapada, y salgo corriendo del baño por instinto. Mis piernas de gelatina me llevan de vuelta a la sala, donde me quedo de pie, con la respiración agitada. Me quedo mirando por la ventana, agarrándome el pecho. Oh, Dios mío, oh, Dios mío. OH, DIOS MIO.
Mis ojos se cierran. Todo lo que puedo ver en mi mente son los músculos ondulantes de su espalda. Todavía puedo oír el ruido gutural que había hecho, que raspo mis recuerdos, prendiendo incendios forestales a su paso. Trago saliva con fuerza, apretando las piernas de nuevo.
Esto no son solo malas noticias. Esto es casi fatal. ¿Cómo se supone que voy a seguir trabajando con Weston si no puedo ignorar cuanto lo deseo todavía? Entierro mi cara entre mis manos, susurrando, “por favor, olvídalo, por favor, olvídalo” una y otra vez para mí misma. Esa será la única manera de seguir adelante con mi vida. olvidarme por completo de Weston y su férreo control sobre mi corazón. Así que lo que realmente necesito es una lobotomía.
El sonido de la puerta de su habitación al cerrarse me despierta de golpe. Me muerdo el nudillo, preguntándome que puedo hacer para parecer productiva, tranquila, normal. Respiro hondo y me ocupo de acomodar las almohadas en el sofá. Acomodaré estas almohadas hasta que mi mente se aclare y pueda volver a funcionar como un ser humano normal. Excelente plan.
Tomo las almohadas decorativas con borlas color mostaza, apilándolas de una manera y luego de otra. Estoy muy concentrada en colocarlas con precisión cuando la voz de Weston interrumpe mi enfoque.
–¿Cuándo llegaste? –
Jadeo y me doy la vuelta tan rápido que tropiezo. Mis ojos se abren de par en par para tropezar con la alfombra y caer sin gracia hacia el sillón. Mi cadera golpea el reposabrazos del sofá y al caer y aterrizo torpemente en el regazo de la silla.
Cierro la boca con fuerza y le ofrezco una sonrisa forzada. –Hola–
Me mira con los ojos entrecerrados. –¿Estás bien? –
–Si– Mi voz es un chillido antinatural. Me aclaro la garganta, alisándome la camisa mientras lucho por convertir mi incómoda caída en una posición sentada informal. –Estoy genial–
–C-como estás? –
Weston parpadea un par de veces. Es difícil mirarlo durante mucho tiempo. Esta recién duchado, su cabello todavía despeinado y húmedo. Lleva una sencilla camiseta negra con pantalones de chándal grises. Me obligo a no mirar por debajo de su cintura, aunque en el fondo de mi corazón, estoy desesperada por vere su pene, incluso el más mínimo contorno a través del chándal.
–¿Cuándo llegaste? –
-Justo ahora– digo, acomodándome por tercera vez en la silla. Palmeo el reposabrazos, inspeccionando las fibras. –Emma esta dormida. Esta…eh…perfectamente dormida–
Asiente lentamente. Tal vez con recelo.
–¿Te sientes renovado? – Tan pronto como las palabras salen de mi boca, siento que mis mejillas se calientan. MIERDA. Me pongo de pie y me ocupo de arreglar las almohadas de nuevo, solo para poder mirar y concentrarme en algo que no sea la perfección post-orgasmo de Weston.
Parpadea de nuevo. –¿Por qué lo preguntas? –
–Te ves mojado. Quiero decir…– Trago saliva con fuerza, obligándome a calmarme, a dejar de actuar como una tonta. –Ya sabes. Húmedo. Como tú, eh…–
–Acabo de ducharme. Estaba en el gimnasio antes de que regresaras-
Me observa un momento más, luego mete la mano en el bolsillo de su pantalón de chándal y revela su teléfono, vibrando en su mano. Frunce el ceño mientras mira a la pantalla y contesta un momento después.
–¿Hola? –
Me encojo de alivio ante la distracción. ¡Gracias a todo lo sagrado! Respiro hondo, deseando que mis mejillas, mientras escucho la conversación de Weston.
–No– espeta un momento después. –Eso es ridículo, Yo. –
Una pausa profunda se extiende por el apartamento. Se pasa una mano por el pelo despeinado, dirigiéndose a los grandes ventanales que dan a la ciudad. Se detiene frente a ellos, mirando hacia fuera.
–¿Entonces, crees que debería dejarlo todo e ir cuando llame? – dice Weston, riendo amargamente. Mas silencio, hasta que añade: –¿Sabes qué? Estoy harto de sus tonterías, así que le daré lo que quiere. Esta última vez–
Me acerco un poco más a Weston, deseando poder oír la otra parte de la conversación. Se algo sobre lo que Weston está pasando, solo de mi propia investigación en internet desde que acepté el trabajo. Como regla general, me he mantenido alejada de saber nada sobre Weston después de que dejó de hablarme. La mera idea de ver evidencia de que el siguió adelante con su vida había sido demasiado doloroso de soportar, así que me prohibí complacer esa curiosidad.
¿Pero ahora? Saber sobre Weston es parte de mi trabajo. Así que aprendí mucho sobre lo que él y sus hermanos han estado pasando durante mis inmersiones profundas en internet. Incluyendo la reciente adquisición hostil que su hermano menor, Asher había ejecutado de un negocio llamado Cargill Realty, la compañía que su ahora novia estaba a punto de asumir el control.
Y como cualquier buen detective de internet, me aseguré de realizar mi investigación en modo incognito, ya que no quería que nadie mirara mi navegador o el historial de mi teléfono y me vinculara con Weston.
Así que tengo la corazonada, basándome en su tono y comportamiento general, en su tenso tono, pero informal, de que está hablando con uno de sus hermanos. Supongo que tiene algo que ver con la investigación de la comisión que se cierne sobre ellos.