Abby. Hago una parada en la cafetería Magnolia, justo frente a mi edificio. Me pido un mocca y la especialidad de la casa; magdalenas. Se supone que debo de esperar aquí a Shannon, quien está muy interesada en conocer cada detalle de la entrevista. Pero cinco minutos después, cuando su kilométrica figura entra en mi línea de visión, deseo fervientemente desparecer en el acto. Desgraciadamente mis suplicas no son escuchada. Shannon se sienta frente a mí y toma un sorbo del café n***o cargado que le había pedido hace un minuto, por lo que todavía se pueden ver los zarcillos de humo saliendo que la taza. - ¿Cómo te fue? Cuenta cada detalle, sin dejar nada por fuera- me clava su mirada de ni-siquiera-lo-pienses, cuando abro mi boca- no mientas. Asiento resignada, sabiendo que Shannon n

