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El decir que no siente miedo es una mentira, sin embargo, por alguna razón, siguió a Kailer sin siquiera preguntar a donde, aun cuando el hombre lo invitó a tomar un avión. Llevan un día y medio de viaje y Kailer no dejó de tomar su mano como si deseara hacerlo sentir tranquilo y, en realidad, funcionó. A través de su agarre, Jayden puede sentir grandes corrientes eléctricas atravesando su palma y, a pesar de que esto lo hace sentir incómodo, no está dispuesto a dejarlo ir.
Jayden miró por la ventana, han estado viajando por carretera abierta por más de dos horas, los paisajes son increíbles y parece que estuviesen atravesando distintos lugares porque cuanto más avanzan, su alrededor cambia más rápido. Después de un tiempo llegaron al final del camino, frente a ellos había un enorme acantilado y un arco de piedra unos pocos metros antes de este.
Kailer se bajó del auto y le tendió su mano a Jayden para que hiciera lo mismo.
—¿Recuerdas que prometí buscar el Gran Consejo para ti?
—Creí que lo habías olvidado—murmuró sorprendido—, nunca lo volviste a mencionar así que deduje que mentiste… —levantó la mirada y se encontró con los ojos del hombre.
—Desde que lo mencionaste comencé a investigar, Jayden, y también pedí a otros que lo hicieran—. El corazón de Jayden se sintió emocionado, pero a su vez se avergonzó por no confiar en el hombre que lo único que ha hecho es demostrar con sus acciones que, en verdad, lo aprecia—. Entonces un amigo me informó que, para verlos, debía ir a Bayamo.
—¿Por eso me pediste que viniera contigo?
—El Gran Consejo no va hacia ti, Jayden, tu debes venir a él—afirmó.
Los ojos de Jayden se iluminaron, no puede creer que el hombre en verdad haya encontrado al Gran Consejo para él. Sin embargo, rápidamente la sonrisa se borró de su rostro y la preocupación creció en su corazón.
—¿Cuál fue el precio a pagar? —en un principio el hombre no quiso decirle, pero ahora no hay necesidad de ocultarlo.
La sonrisa de Kailer se volvió un poco complicada—. Debía hacer que confiaras en mí y lo conseguí.
—No entiendo, ¿cómo?
—Me seguiste y viniste aquí sin preguntar nada—sonrió—, confiaste en mí, Jayden, y no puedo estar más feliz con eso.
—Me diste tu palabra de alfa— bajó la mirada y su voz sonó un poco tímida.
De hecho siguió al alfa porque comenzó a confiar en él desde mucho antes. La noche en que Kailer se quedó a su lado haciéndolo sentirse abrigado y protegido ocasionó que Jayden comenzara a mirar al alfa con otros ojos. Sin embargo, en este momento no puede ponerse a pensar en sus sentimientos porque está seguro de que algo tan simple como hacerlo confiar no puede ser el costo para ver al Consejo, el alfa le debe estar mintiendo y lo único en lo que puede pensar es que lo hace porque el sacrificio fue demasiado alto.
Levantando la mirada, Jayden recibió la respuesta a su interrogante. Frente a sus ojos se muestra una escena demasiado aterradora como para hacer que su cuerpo pierda fuerzas. Kailer está al borde del precipicio, dándole la espalda al acantilado y Jayden es capaz de notar como en sus ojos hay una enorme tristeza y resignación.
—¿Qué estás haciendo? —su voz se escuchó trémula—, ¿qué estás…?
—Ellos quieren saber sí soy capaz de sacrificar mi vida por ti—confesó y luego se rio un poco—, esto no es un sacrificio para mí.
—¿Qué? No… vuelve—dio un paso hacia adelante, pero Kailer lo detuvo.
—Jayden—advirtió—, no vengas aquí.
—Entonces ven a mi lado—rogó, pero Kailer se negó—, tengo miedo, por favor, necesito que tomes mi mano de nuevo—dijo haciendo referencia a lo que sucedió durante todo el viaje.
—No puedo hacer eso ahora—la sonrisa que le ofreció no llegó a sus ojos—, pero prometo que en otra vida tomaré tu mano y nunca la soltaré.
—Kailer, por favor—suplicó, sus ojos están llenos de lágrimas, está desesperado y no sabe que hacer—, ven.
—Lo siento.
—No quiero estar solo de nuevo, no me dejes.
—Nunca estarás solo, hay muchas personas que te aman—agregó—: debes vivir bien y no sentir miedo, pero sobre todo, debes ser feliz.
—Seré feliz contigo—se apresuró a decir y extendió su mano—, ven, volvamos a casa, es lo único que deseo—habló tan rápido que no tuvo tiempo de analizar sus palabras, pero tampoco le importó, solo necesita que el alfa se aleje de ese lugar.
—Necesitas esto, Jayden, sé que no me lo hubieses pedido si no fuese así.
—No lo necesito, Kailer, no lo quiero—lo negó—. Por favor, volvamos a casa, confiaré en ti, te escucharé y permaneceré a tu lado sin importar que.
Los ojos del alfa se llenaron de lágrimas.
—Fue lindo escucharte decirlo, pero ahora ya no puedo volver a ti.
—¿Por qué…? —sus palabras se detuvieron al tener una mejor toma de los brazos y las piernas del alfa.
Sus extremidades están siendo sostenidas por largas manos, son casi transparentes y formadas por humo blanquecino. Es por eso que Jayden no pudo verlas antes, estas logran confundirse con el celeste del cielo.
—Prometo que nuestra próxima vida llegaré a ti antes de que tu corazón salga lastimado, así podremos vivir una vida pacífica y sin obstáculos… tomaré tu mano y nunca la soltaré.
—¡No! —gritó y corrió hacia Kailer, pero no pudo cruzar el arco de piedra por más que lo intentó.
Las lágrimas no se detienen, Jayden está en le piso tirado sintiéndose perdido y sin saber qué hacer, sus manos sangran de tanto golpear la barrera del arco, sus piernas fallaron por lo débil de su estado y perdió la voz de tanto gritar suplicando que el alfa volviera, pero todo fue inútil.
El hombre hizo todo por él: lo protegió y lo apoyó cuando sintió miedo; lo cuidó y estuvo con él cuando enfermó; nunca se apartó de él por más desplantes que le hizo, ¿y qué recibió a cambio?, nada, absolutamente nada.
Jayden constantemente lo envió lejos, lo rechazó sin importarle el dolor del hombre y lo trató con indiferencia preocupándose siempre por no salir lastimado sin ver más allá de su propio sufrimiento. Fue egoísta a tal punto que llevó a Kailer a sacrificarse por él, nunca vio sus sentimientos o la capacidad del hombre de sobreponerlo a él antes que de sí mismo. Pero ahora no vale la pena darse cuenta de esto, Kailer murió y todo es culpa de su indiferencia.
¿Cómo pudo convertirse en alguien tan egoísta?
Sí, sintió miedo, no quería salir lastimado y volver a vivir un infierno, pero eso no justifica que se convirtiera en el verdugo de alguien que no hizo más que demostrarle su afecto… “eso no lo justifica”.
—Jayden—. Escuchó su nombre, la voz de la persona es profunda, severa y formar.
Abrió sus ojos y se sorprendió. No puede decir cuánto tiempo pasó arrodillado al pie del arco, pero ahora es de noche y las estrellas brillan en el cielo oscuro, no obstante, eso no es lo que lo asombró, sino ver que todo a su alrededor cambió, ya no está al frente de un acantilado o siquiera hay rastro del arco; únicamente, hay inmensidad.
—Jayden—volvió a llamar haciendo que el beta observara a su alrededor.
A continuación, Jayden levantó la mirada y se asombró. En medio del cielo estrellado, se encuentra la figura oscilante de un Gran lobo, son líneas doradas que utiliza las estrellas como puntos de unión y la oscuridad como lienzo, pero Jayden puede verlo perfectamente.
Él lo supo de inmediato, es el Gran lobo quien está frente a él.
—Señor—saludó respetuosamente.
—¿Por qué has venido aquí?
—Mi compañero, él… ¿dónde está?—no supo cuando aceptó a Kailer como tal, pero su lobo lo reclamó y no tiene tiempo para pensar en ello.
—Tu corazón lo sabe, ¿por qué pierdes el tiempo con eso?
—No puedo aceptarlo—no quiero hacerlo.
“No quiero hacerlo” se dijo.
—No puedes arrepentirte ahora, sabías que había un precio que pagar.
—No lo sabía—susurró casi sin voz—, él no me lo dijo así que, por favor, tráelo de vuelta—sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas.
—Eso es imposible, un sacrificio de alma es irreversible y ni siquiera yo puedo cambiar eso.
—Entonces cambiaré de lugar con él—se apresuró a decir.
Quien debe estar muerto es él y no Kailer.
—¡Detente! —demandó haciendo que Jayden cayera de rodillas—, no sigas pidiendo cosas inútiles y di lo que viniste a decir—su voz es ensordecedora e infringe miedo.
jayden tembló sintiéndose algo asustando y se quedó en silencio por largos segundos.
¿A qué ha venido?
Ni siquiera él puede recordarlo, todos sus pensamientos están concentrados en Kailer y en que el hombre se sacrificó por él.
¿Por qué no pudo verlo antes?, ¿por qué no se dio cuenta de las cosas?
Clavó sus uñas en sus muslos controlando el impulso de gritar. Fue tan egoísta que solo pensó en sí mismo y no vio todo lo que Kailer estuvo sacrificando por él, ¿cómo podrá perdonárselo?
—Habla de una vez, no me hagas perder el tiempo, muchacho, y no desperdicies la oportunidad que se te fue dada.
Jayden tragó saliva y exhaló. El Gran lobo tiene razón, no puede permitir que la muerte de Kailer sea en vano, el hombre lo trajo aquí por una razón, y él debe llevarlo a cabo.
—Mi línea de vida—susurró levantando la mirada—, pido ver mi línea de vida.
—Snif—resopló en un asentimiento.
Su entorno cambió tan rápido que Jayden se sintió mareado.
Delante de él aparecieron enormes líneas gruesas de distintas tonalidades y resplandor, todas estas están conectadas a él y, de cierta forma, Jayden puede sentirlas salir de su cuerpo. Hay cinco líneas en total, sin embargo, una es tan pequeña y opaca en comparación a las demás, que Jayden simplemente la ignoró y se concentró en el resto.
La de mayor grosor, está dividida en cuatro partes iguales, esta es de tono azulado brillante, el centro de la misma es transparente y por ella atraviesan líneas más cortas, oscilantes y resplandecientes de un azul más oscuro. Las otras tres son un poco más pequeñas y, al igual que la primera, son transparentes en su centro y a través de ella, se observan líneas más cortas y oscilantes. Tanto la línea dorada como la verde, se mantiene completa, mientras que la roja, está dividida en múltiples partes de distintos tamaños y brillo.
La línea azul se converge con la verde, pero jamás se mezclan.
—Las líneas representan las venas de tu alma—entonces, de repente, arriba de cada una de ellas, apareció un nombre—. Como puedes ver: el azul demuestra tu poder, el verde es tu lobo, la línea roja representa todas las personas que han sido parte de tu vida, mientras más efímera sea su relación contigo, menos brillo tendrán, incluso hay líneas que han desaparecido en el tiempo. Por su parte, la línea dorada es la que te une a tu compañero—explicó—, por último, la línea mora…
—Necesito ver mi línea dorada—suplicó ansioso sin terminar de escuchar sus palabras, para él lo único vital es su línea de destino, el resto, no tiene importancia y le es irrelevante.
—Será como deseas.
Nuevamente el escenario cambió y delante de él apareció solo la línea dorada, es tan brillante, que Jayden tuvo que cerrar los ojos algunos segundos para acostumbrarse. En el momento en que los abrió, su corazón se detuvo para, a continuación, comenzar a latir con fuerza.
Dolió descubrir la verdad, pero aun así se negó a aceptarlo.
—Imposible—murmuró—, yo lo reconocí como mi compañero y él me lo confirmó muchas veces—sollozó—, entonces, ¿por qué? —la figura es una simple silueta lineal trazada en las estrellas como si de una constelación se tratara, sin embargo, Jayden pudo reconocerlo perfectamente.
—Él no es tu compañero.
—Su olor, mi lobo lo reclamó, él me lo dijo.
—Muchacho—llamó. Para sorpresa de Jayden, El Gran Lobo ya no fue una simple imagen en el cielo, sino que se materializó frente a él. Es un enorme lobo n***o de ojos tan rojos como la sangre, su presencia es imponente e influye miedo—. Lo que sentiste se le conoce como Khione, su traducción literal es “no destinado”, su olor se te hace conocido, te resulta atrayente y sientes que es tu compañero, sin embargo, es todo lo contrario.
—¿Por qué yo? —preguntó molesto—, ¿por qué a mí entre todas las personas?
—Los Khiones son seres violentos y solo pueden ser absorbidos por un alma demoniaca—aclaró—, son criaturas que buscan el poder y se adueñan del espíritu de una persona que tenga la fuerza para ayudarlos, aunque ellas poseen el cuerpo de la persona, solo hacen de la necesidad que tiene el individuo por hacer el mal.
—Yo permití esto—susurró con voz entrecortada—, yo soy el culpable de todo.
—Los Khiones son manipuladores y hábiles, aun cuando las señales están allí para advertirte que algo anda mal, ellos lograrán desviar tu atención y solo te das cuenta cuando ya es demasiado tarde—explicó como si quisiera darle aliento—. Su olor cambia, sus acciones y comportamientos también, pero mientras más pasa el tiempo, más te van consumiendo hasta que te convierten en su títere—se quedó en silencio por unos segundos—; no te culpes demasiado, no muchos logran escapar con vida.
“¿Escapar con vida?” se repitió.
Caelum le arrebató la vida, él lo único que ha hecho es subsistir.
—Ya nada importa —murmuró.
Todas las cosas que vivió y sufrió ahora las entiende de mejor manera, cada palabra de Caelum, cada acción, cada golpe, cada beso y cada caricia, todo era una mentira y Jayden nunca lo notó, ¿cómo pudo ser tan ciego? Por su culpa le arrebataron lo más preciado y hoy, también perdió a su verdadero compañero.
Se siente perdido, quiere regresar el tiempo atrás y volver a aquel día en que salvó la vida de Kailer, pero eso es imposible. Las lágrimas se vuelven más abundantes y el aire que llega a sus pulmones comienza a ser poco, está mareado y todo a su alrededor inició a dar vueltas.
—Ya no me queda nada, todo lo perdí—sollozó sin aliento—, nuevamente me quedé solo “y no me gusta la soledad” —esto ultimo lo pensó mientras de a poco comienza a perder la conciencia.
—Es tiempo de volver, Jayden, ya no te queda más por hacer aquí—la voz del Gran Lobo se escuchó como un susurro lejano en sus oídos que ni siquiera fue capaz de entenderlo.
No puede explicar lo que sucedió después de eso, pero, en el momento en que volvió a abrir los ojos, la oscuridad desapareció y ante él, la tenue silueta de un rostro humano, apareció.
—¿Jayden? —la voz suena amortiguada, —¿puedes escucharme?
Todo su cuerpo vibró dándole un toque de esperanza.
—¿Kailer? —llamó a tiendas.
—Aquí estoy, amor, no tengas miedo—el hombre llevó su mano hacia su rostro y comenzó a limpiar sus lágrimas mientras que con la otra sostiene su mano—. Ya todo pasó.
En ese momento Jayden se quebró por completo e inició a llorar descontroladamente, su dolor es evidente en cada uno de sus sollozos y a Kailer le rompe el corazón no poder hacer nada por su compañero.
—¿Por qué no tomaste mi mano cuando te lo pedí? —se quejó levantándose, el hombre había utilizado su rodilla para sostener la cabeza de Jayden—. Tenías que venir a mí, ¿cómo pudiste dejarme solo?, lo prometiste, prometiste nunca separarte de mí, pero no lo cumpliste.
—Lo siento, Jayden, fue mi culpa—consoló, pero no fue suficiente así que tomó al hombre entre sus brazos y lo abrazó con fuerzas—. Ya todo pasó, tranquilo.
Ninguno entiende lo que ocurrió, pero pueden deducir que el sacrificio es solo una prueba para ver si son dignos. Sin embargo, todo fue real, ambos sintieron la agonía de perderse y ambos vivieron experiencias inolvidables.
En el momento en que Kailer fue arrastrado por la oscuridad, sintió como su alma poco a poco fue desprendida de su cuerpo, sus latidos se volvieron lentos y la sensación de sentir morir a su lobo fue demasiado dolorosa, pero eso no fue lo que lo traumatizó, Kailer se vio a si mismo en otra vida, no es más un hombre lobo y su destino nunca se volvió a cruzar con Jayden o con alguno de sus hermanos, dado que, al entregar su alma, cortó todos los lazos que lo atan a ellos.
—Duele—susurró Jayden entre sollozos—, me duele, Kailer, me duele mucho.
—Estoy aquí.
—Todo fue mi culpa, yo lo permití.
Kailer lo despegó un poco de sí para así poderle ver a los ojos—. Nada de esto es tu culpa, yo decidí, tu no me obligaste.
—No—se apartó—, tu no lo entiendes.
—¿Qué no entiendo, cariño?
—Estoy sucio, Kailer, no merezco tu amor.
—No hables así, tú…
—No te conté toda la verdad ese día, ni siquiera te dije una décima parte del infierno que has sido mi vida—se burló apartándose del hombre—, no estoy limpio y cuando descubras la verdad sobre mí, jamás querrás ser mi compañero.
—Jayden, me gustas, y nada de lo que me digas hará que eso cambie.
—Kailer—Jayden limpió su rostro y tomó todo de sí para contarle la verdad al alfa—, necesito que me escuches hasta el final, ¿de acuerdo?
—Lo haré—aceptó—, pero primero te llevaré a casa, no estás bien y debes descansar.
Sabiendo que no convencerá al hombre de permanecer allí, Jayden aceptó y permitió que lo llevara al auto. En todo el camino de regreso, ninguno dijo una sola palabra, a pesar de esto, Jayden pudo sentir la mirada de Kailer todo el tiempo puesta en él. Jayden no tiene fuerzas para hablar así que cerró sus ojos e hizo como si estuviese dormido, sin embargo, en esta ocasión, fue él quien nunca soltó la mano del hombre, necesita sentir esa corriente eléctrica que le asegura que Kailer en realidad está junto a él y que no es un sueño.
Por otra parte, también debe pensar bien el cómo decirle a Kailer las cosas, su pasado es ruin y puede hacerlo lucir sucio, Jayden teme que el hombre no quiera saber más de él cuando descubra la verdad, sin embargo, se prometió que, si volvía a ver al hombre, jamás le ocultaría nada y le contaría toda la verdad sobre él, para así poder tener un futuro juntos.
—Ya llegamos—informó Kailer, pero Jayden no se movió así que se bajó del auto y, tomando entre sus brazos a su compañero entró a la casa.
Jayden se aferró a él queriendo sentir el tranquilizador aroma de su compañero, por que sí, Kailer es suyo, y quiere disfrutar de esa sensación, aunque sea por un poco más de tiempo.
—¿Estás despierto?
—Hmm.
—Te llevaré a la habitación para que puedas ducharte.
—No quiero—se aferró con más fuerzas.
—Bueno.
Kailer caminó hacia el sillón y tomó asiento dejando a Jayden en sus brazos. Ninguno tiene muy claro cuanto tiempo pasaron de esa forma, pero necesitan sentirse cerca así que no les resultó incomodo.
—Kailer—llamó tentativamente.
—Aquí estoy—pero el chico no volvió a responder así que Kailer lo hizo por el—, ¿quieres contarme lo que sucedió después de que me fui? —Jayden asintió.
—En parte.
—Te escucharé.
Tomándose su tiempo, Jayden se apartó de Kailer y tomó asiento en el sillón frente al hombre, de inmediato ambos sintieron la ausencia del otro, pero no hicieron nada para volver a estar cerca.
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