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871 Palabras
Hacía cinco o seis meses estaba en la universidad y también anochecía, pasaba frente a un edificio cuando empecé a sentirme observada, era como sentirse acechado por un animal, aun así pensé que era mi imaginación. Entonces percibí aquel olor dulzón que me hizo sentir un poco mareada, seguido de un piquete venido de quién sabe dónde y la pérdida de mis recuerdos, no se si todo era n***o, simplemente no puedo recordarlo.  Sin embargo, no estaría yendo a terapia si eso fuera todo. Unos chicos me denunciaron porque fueron atacados por un monstruo poseído que resulté ser yo.  Cuando me contaron no lo creí, pero en la audiencia lo presencié. Me veía perfecta en el video, actuaba como poseída tratando de ahogar a una muchacha y peleando con mejor Kung fu que Jackie chan, hablar en lenguas extrañas no sé si ayudó a la causa, como tampoco el hecho de haber aguantado al menos cinco descargas eléctricas antes de ser reducida. Ese día el relato de los policías que me apresaron rayaba en la locura, uno de ellos insistió en que daba su testimonio ante el juez por videollamada ya que no podía estar en mi presencia.  Estuve algunos días en el hospital inconsciente, cuando desperté había varias cruces en las paredes, y en el suelo botellas con más cruces que presumía contenían agua bendita, al parecer mi comportamiento había sido lo menos raro de aquél episodio. Una vez en el hospital me contaron que las ventanas temblaban, se escuchaban voces, los aparatos electrónicos fallaron y algunas enfermeras y doctores juraron no haberme podido revisar o entrar a la habitación por una extraña sensación o fuerza que los movía o no los dejaba seguir. También se extrañaron que otros enfermos del hospital entrarán con la firme intención de hacerme daño, lo gracioso es que los reportaban antes de mi llegada como enfermos terminales muy apacibles; debido a ello apostillaron un par de policías en la puerta para vigilar la entrada.  Al despertar sentía que me habían intentado arrancar el corazón, de una forma literal, dolía cada parte de mi cuerpo, incluso aquellas que no sabía que podían doler y las sentía palpitando.  Cuando emití los primeros quejidos los policías sólo miraban desde la ventanilla y se persignaban como si vieran al mismísimo diablo. Yo intentaba pedir ayuda con la garganta reseca sin entender nada de lo que veía, ni porqué estaba allí.   Fue hasta que vi a mamá que empecé a comprender que lo que sea que estuviera pasando era en verdad muy malo, ella abrió la puerta con el miedo, la tristeza y el amor en su cara, los policías miraban la habitación con horror, intenté levantarme pero descubrí que estaba amarrada a la camilla con esposas en cada mano, esto me hizo entrar en desesperación y entre lágrimas, jalones y gritos por fin articule las palabras;  Mamá!!! ¿Qué está pasando? ¿Qué pasó? -  Mi madre solo lloraba y yo me sentía más confundida, unos momentos después entraban un par de enfermeros para controlarme y una enfermera con una gran jeringa, volví a caer en sueño pero estiraba mi mano todo lo que podía para alcanzar a mamá, la necesitaba con tanta urgencia que dolía algo más que el cuerpo. Sentía tanto miedo que me dormí percibiendo las lágrimas en mi rostro caer, cuando volví a despertar mis padres estaban a mi lado, los miré confundida mientras regresaba mi plena conciencia y volví a decir;  Mamá, ¿Qué pasó? - ella no podía hablar, sus ojos se llenaron de lágrimas, inmediatamente mi padre respondió  ¿No lo recuerdas hija?  ¿Recordar que? - No sé qué pasa, ¿por qué estoy aquí? ¿Dónde estoy?  Estás en el hospital mi amor, llevas una semana aquí, los doctores no podían despertarte, no sabíamos si lo ibas a hacer. ¿Pero qué? - en ese momento los policías abrieron la puerta y dijeron: No pueden hablar con la acusada, deben salir de la habitación  No! Ellos son mis papás, no se los lleve!!!! - yo grité desesperada. Los policías sacaron sus armas y me apuntaban con ellas, yo me quede quieta, mis padres estaban ahí y no quería que les hicieran daño, así que ellos salieron y yo me quedé sola, viendo la tétrica habitación y con todas las preguntas del mundo en la boca.  Un tiempo después de que mis padres salieran empecé a gritar a los policías, hey!! Diganme de que se me acusa, por qué me tienen esposada?? Están violando mis derechos!!! - Sólo a los delincuentes los llaman acusados, y les ponen esposas así que deduje que estaba involucrada en algún crimen, pero eso era imposible yo trataba incluso de jamás pasar en un semáforo cuando no tenía la luz verde para peatones, o botar un papel a la calle, podía ser un error, pero no tomarían todas estas precauciones y me tendrían en el hospital si así fuera.  La habitación tenía una ventana y se lograba ver un poco de verde antes de los edificios y calles de la ciudad, de alguna forma ver el sol afuera me daba algo de tranquilidad que contrastaba con las lágrimas ahora silenciosas que rodaban por mis mejillas.
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