El grupo había encontrado una cueva que bloqueada la magia por completo, perfecta para ocultar la magia de dos poderosos prodigios y un vampiro de la realeza. Zafiro y Gill habían optado por encapsular a Draca y Gela en unos collares que les prestaron el conde y su asistente, ya que su presencia era de magia pura, sin contar que cada dragón medía como cinco metros de alto y los encontrarían más rápido en ellos a la vista.
Ahora todos estaban sentados frente a una fogata que a Gill le había tomado una hora encender bajo las constantes quejas de Zafiro. Gael había recolectado unas frutas para los chicos y algo de agua, según él todavía eran unos niños y necesitaban comer y recuperar fuerzas.
Zafiro lo miró raro y aceptó las frutas sin decir nada, la verdad no le había quedado tiempo para comer nada esa mañana así que tenía mucha hambre, Gill por otro lado si se quejó del trato infantil que les estaba brindado el asistente del conde... era simplemente extraño.
- sólo sé donde están tres gemas, las otras dos se perdieron en la gran guerra de magia.
- que complicado, ¿por qué la princesa simplemente no te entregó las gemas y ya? - el conde se quedó sin palabras ante la pregunta de Gill.
- ¿oye por qué haces tantas preguntas intelectuales de repente? - Gill gruñó y Zafiro rió entre dientes.
- otra vez estamos divagando - dijo con un tono divertido.
- la princesa tiene razón, Gael... - el asistente volteó a mirar al conde - deja a Gill en paz.
- sí, señor.
- está comenzando a hacer frío.
Gill chasqueó su lengua y se quitó el saco del uniforme para dárselo a Zafiro, la princesa le agradeció con un asentimiento. El conde sonrió ante la acción del chico, no dudó dos veces para darle su abrigo a Zafiro, lo cual era sorprendente porque lo había visto ignorar las indirectas de sus compañeras. Gill no era un patán, pero tampoco era un caballero.
- ¿Cuál es la gema más fácil de obtener sin tener que luchar o usar magia?
- la gema que tiene Vanessa.
- ¿Vanessa? - preguntó confundida - ¿Quién es Vanessa?
- Qué nombre tan raro - dijo Gill en un susurro.
- sí, suena a comida V A N E S S A - dijo haciendo unas caras extrañas y Gill rió alto.
- oigan, dejen de bromear, esto es serio.
- ok, ok - Gill asintió volviendo a su postura seria - Vanessa - ambos soltaron unas carcajadas bajo la mirada asesina del conde Sama'el, Gael se tapó su cara con ambas manos para que el conde no notara que estaba riendo también.
- con ustedes no se puede - negó fingiendo decepción, aunque en el fondo él también quería reír con los chicos y relajarse por un momento.
- vamos Sama'el, un ejército de orcos nos está persiguiendo para matarnos, sin contar a los prodigios que nos persiguen por el control mental de la gema de la verdad. Reírnos de la situación y buscar las gemas faltantes es lo único que podemos hacer... si no queremos que nos maten antes, claro
Zafiro asintió ante las palabras de Gill.
- volviendo al tema, ¿Quién es Vanessa y por qué Topacio le daría la gema a ella?
- Vanessa es la reina de las ninfas, fue una gran amiga en el pasado, Topacio la quería mucho, supongo que por eso le confió el rubí.
- ¿ninfas? ¿Quiénes son ellas o qué? - preguntó Gill confundido.
- Las ninfas son seres mágicos que tienen conexión con la naturaleza.
- ¿viven escondidas? - el conde negó.
- fuera de esa barrera de magia hay un mundo grande, más grande del que alguna vez has visto, con tecnología y otras criaturas mágicas.
Ambos chicos abrieron sus ojos asombrados con sus ojos brillando de emoción. Sama'el sonrió con cariño y despeinó sus cabellos con cariños.
- lamento mucho que no conozcan nada del mundo exterior... ni nada a los otros reinos - dijo con nostalgia - los antiguos reyes nos ordenaron no dejar salir a los prodigios hasta que completaran el entrenamiento, para que no causaran desastres con su magia.
- de igual no podemos salir, la barrera de magia no deja que los de afuera entren ni que los de adentro salgan... estamos atrapados aquí.
- es imposible salir de aquí - dijo Gill tirándose de espaldas al suelo - aunque siempre quise ir a la manada de los lobos, he leído que hay hombres que pueden tener hijos. Tal vez uno quiera tener un hijo mío.
Los presentes miraron al mestizo con una ceja levantada. Gael lo miró con preocupación, ese chico no era normal.
- se llaman omegas, Gill y para alguno quede embarazado de ti tienes que ser un lobo alfa y tener la polla del tamaño de una casa.
- ¡princesa! - regañó el conde sonrojado de las palabras de la princesa.
- tengo la polla grande - miró hacia sus pantalones y luego a Zafiro - ya la has visto.
- ¡bien, esto se me sale de las manos! - alzó sus manos al aire - ¡eres imposible! - sus mejillas ardieron de la vergüenza, ese chico era un descarado por completo.
El conde y Gael se miraron entre ellos y luego miraron a la parejita con picardía.
- ¡no es lo que piensan! - gritó con las mejillas sonrojadas.
- Ya, ya - calmó el conde - ¿podemos seguir?
- adelante - dijeron ambos chicos.
El conde los miró con los ojos entre cerrados, no confiaba para nada en ese par. Decían que se odiaban, pero a la final terminaban juntos hablando como si nada.
- Vanessa vive en el mundo exterior por lo que tenemos que salir.
- ¿salir? - dijeron ambos en un sonido.
- pero eso es imposible, la barrera nos repelerá antes de poder acercarnos. - Gill miró al conde al conde como si estuviera loco - ¿estás bien?
El conde torció los ojos y suspiró cansado.
- tal vez si juntamos nuestra magia podamos romper la barrera - propuso Zafiro.
- y tal vez te salgas de control y acabemos con los otros nueve reinos - dijo Gill.
- acabaríamos con el tío del conde, es un ganar - ganar.
- hablan demasiado ¿no creen? - Gael intervino ya cansado de su pelea - hay más de una forma de salir de Nikaris.
Nikaris, el antiguo nombre del reino de los mágicos antes de la gran guerra de magia.
- ¿Cuáles son esas formas?
- la laguna de las sirenas, es una forma de salir de Nikaris... también está el espejo de los grifos, pero ese está en el castillo de la reina Amatista.
- ah... mi hermana, creo que ella está bajo el control mental desde hace años.
- tu hermana ya estaba loca y con ella volvió loco a mi hermano y probablemente mi sobrina también sea una loca.
- ¿sobrina? - Gill la miró confundida.
- claro, ¿no sabías? mi hermano me envió una carta apenas nació, incluso me envió una memoria, te la mostraría, pero esa se quedó en mi habitación - Zafiro bajó su mirada con tristeza.
- sabía que había tenido un hijo, pero no sabía qué era.
El conde miró hacia el suelo decaído, sabía que la reina se había vuelto una tirana, pero no hasta el punto de dejar a su hermana menor sola a merced del mundo.
- ¿y usted que sabe conde? - el conde levantó su mirada y miró a los chicos.
- nada, tu hermana y yo tuvimos un desacuerdo y ella me prohibió pisar el castillo de nuevo.
- no lo sabía.
- volviendo al tema - Gill cambió de conversación al ver la expresión de tristeza de Zafiro - ¿Dónde están las otras dos gemas?
- ¡ah, Sí! la gema que tiene Vanessa es el rubí de la destrucción, el zafiro de la protección es el que hace la barrera y la esmeralda de la esperanza la tienen los lobos.
- ¿La barrera es el zafiro de la protección?
- Sí - respondió - la barrera apareció luego de la muerte de la princesa Topacio. Los reyes que tomaron el poder pensaron que era justa y necesaria ya que habíamos llamado mucho la atención en esos tres años que duró la guerra así que decidieron dejarla hasta el día de hoy.
- bueno Gill, se te cumplirá tu deseo de preñar a un omega.
La princesa y el conde torcieron sus ojos ante las palabras de Gael y Gill asintió emocionado.
- ¿por qué no me enviaron a otro protector?