CAPITULO 10

1437 Palabras
- ¿creen que esa tal Vanessa sea bonita? - Gill preguntó y Zafiro lo miró feo. - no lo sé, nunca la he visto - respondió el conde ya harto de las preguntas del chico. Los cuatro caminaban por la isla de las sirenas esquivando las plantas y animales que habían en ella y aunque era muy bonita, se vería más bonita si no tuvieras que caminar y simplemente volar en sus dragones, pero Draca y Gela estaban encapsulados en los collares que estaban en sus cuellos. Zafiro tenía el saco de su uniforme enrollado al rededor de su cintura, Gill había decido dejar el suyo por alguna parte de la isla. El conde tenía un aspecto delineado que Zafiro nunca había visto y sinceramente le daba algo de risa verlo así de... poco elegante, tenía su camisa blanca por fuera del pantalón de vestir y su cabello n***o estaba despeinado cayendo sobre su frente y orejas, ahora que lo pensaba bien, nunca había visto lo guapo que era el conde hasta ahora. Gael tenía un aspecto casi igual, sólo que él si se veía más presentable y sus gafas habían sido olvidadas en el castillo. - ¿cuánto nos falta para llegar? - preguntó Gill quejoso - mis pobres piernas no creen poder resistir más. El conde se tensó ante esa pregunta y Gael lo notó enseguida. La verdad es que estaban caminando en círculos desde hace dos horas, agradecía el hecho que los chicos fueran tan distraídos y no lo notaran, no sabía si con Gael tenía la misma suerte. - descansemos cinco minutos, después de eso seguimos. Ambos chicos cayeron sobre el césped de luz, un césped que brillaba cuando lo pisaban, en la Academia había uno casi igual para que los prodigios no salieran de noche, claro que eso no era impedimento para una prodigio como ella, la mejor en su clase de defensa personal y acondicionamiento físico, y vaya que le ha servido. Zafiro suspiró de alivio cuando se quitó los zapatos no eran precisamente cómodos para caminar por una selva. Gill gateó hasta el lago que estaba en frente de ellos y hundió su rostro en el, el conde seguía caminando en círculos tratando de recordar el camino hacia la laguna de las sirenas y Gael estaba buscando comida para ambos chicos, él y el conde podían aguantar otros tres días sin tomar sangre, en cambio los chicos no. Zafiro miró a su alrededor sorprendiendose un poco cuando vio lo bonito que era todo a su alrededor, parecía alguna clase de santuario con flores de magia y una laguna con fondo brillante. - ¿Qué rayos es este lugar? - dijo Zafiro mirando a su alrededor. Gill sacó su cabeza del lago y tomó una fuerte respiración. - no lo sé, pero esta agua está muy buena. - Gill, no tomes agua de ese charco, no sabes qué bacterias tiene. Dijo el conde preocupado por la salud del muchacho. - es agua de un oasis es cien por ciento limpia - explicó Zafiro. - ¿oasis? - preguntó confundido mirando a su alrededor - ¡Ya llegamos! - ¿qué? - preguntó Gill con la boca llena - ¿a dónde llegamos? - estamos en la laguna de las sirenas, portal hacia el mundo exterior. Los chicos asombrados a su alrededor y alabaron al conde por su grandiosa hazaña de llevarlos hasta ahí. Gael torció sus ojos ante la cara de orgullo del conde al ser alabado, sabía que estaba perdido desde hace dos horas sólo que no había querido decirle a los chicos y que su amo se avergonzara por no poder hallar algo que se encontraba en frente de sus narices. - ¿y cómo pasamos al otro mundo? - preguntó Gill. - con un sacrificio mágico - dijo el conde con una voz tenebrosa. Ambos chicos retrocedieron un paso y Gael se echó a reír. - nada de eso - Gael miró con desaprobación al conde y este se encogió de hombros - sólo tenemos que entrar al lago y nadar hasta llegar al portal. - no sé nada - todos miraron a la princesa con una ceja levantada - nunca me enseñaron, no es mi culpa. - ¡falso! - gritó Gill asustando a todos - no ibas a las clases de natación, le tienes miedo al agua. - estoy apunto de usar mi magia sobre ti... - bueno chicos creo que deberían de relajarse - Gael se puso en medio de los dos. - Gill, carga a Zafiro en tu espalda - el chico se iba a quejar pero calló al ver la cara asesina del conde - yo llevaré a Gael. - me juzgas y tampoco sabes nadar - Gael miró hacia otro lado sonrojado. - no te estaba juzgando, sólo que me sorprendió que faltaras a una clase. - te sorprendería saber más cosas de ella. - estoy considerando pensar que eres mi acosador personal. El conde y Gael miraron a Gill con picardía, las mejillas del mestizo se sonrojaron y miró hacia otra parte. Zafiro bufó por lo bajo. - no perdamos más tiempo, entremos rápido a la laguna y... - no entrarán a ninguna parte. Una chica de cabellos apareció frente a ellos junto con otros dos chicos, por su apariencia podían deducir que era un elfo mientras que los otros dos chicos eran un troll y un hada. - ¿Quién es la bella dama y sus dos acompañantes? - preguntó el conde de forma respetuosa. - su mayor pesadilla - respondió la chica. - ah... - dijeron en un sonido. El lugar quedó en un silencio incómodo por unos cuantos segundos antes de que la princesa volviera a hablar. - ¿peleamos o qué? - preguntó Zafiro fastidiada del silencio. La chica se lanzó directamente a Gill propinandole un golpe en la mejilla, el chico se quejó y no pudo reaccionar bien antes de recibir otro golpe en su barriga sacándole el aire. Zafiro bufó y se metió en la "pelea" con una patada voladora que fue directamente a la cabeza de la chica y la tumbó al suelo. La chica se levantó aturdida y Zafiro se puso en guardia con sus puños cubriendo su cara. - eres buena ¿eh? veamos que tan buena eres - un poder salió de la mano de la chica y Zafiro lo esquivó con facilidad. Estuvo a punto de devolverle el poder, pero recordó que si hacia eso los encontrarían. Gruñó por lo bajo y corrió hacia una de las piedras que había cerca de la laguna y se impulsó con ella para propinarle una patada a la chica de cabellos blancos, la chica se cubrió con su brazo y lanzó un puño con poder directamente a la barriga de Zafiro que la mandó a volar. - pensé que habían dicho que la princesa de los mágicos era peligrosa, pero no eres más que una farsa. - ¿en serio? y yo que pensaba a divertirme - la princesa se impulsó con sus piernas para levantarse del suelo y le sonrió a la elfo con diversión. - te voy a matar y luego le llevaré tu cadáver a la reina. El cuerpo de Zafiro se congeló en ese momento, todos los colores de su rostro bajaron hasta dejarlo pálido, su corazón comenzó a latir con fuerza dentro y su mirada se vació por un momento. - ¿m-mi her-hermana? - preguntó sintiéndose herida. - ella fue la que nos mandó a buscarte, les dijo a todos en el reino que eras una traidora y puso una recompensa muy alta por encontrarte y llevarte de regreso al castillo - ambas se miraron fijamente a los ojos - viva o... muerta. Aunque yo prefiero muerta - la chica rió divertida. Zafiro sintió que su mundo se desmoronaba en ese momento. Su hermana, su propia hermana le había puesto precio a su cabeza, la única persona a la que amaba en este mundo la traicionó y les dijo a todos que era una fugitiva de la corona. Nunca pensó que su vida se caería así de rápido a sus dieciséis años... ya no tenía nada ni nadie por quien vivir. - ujum - el conde se aclaró la garganta. La princesa siguió con su mirada clavada en el suelo. La chica elfo abrió mucho los ojos cuando vio a sus dos amigos siendo tomados de rehenes por ese mestizo y el vampiro de cabellos rojos, los chicos se disculparon con ella. La chica volteó a ver con rabia al conde y este dio un paso hacia el frente. - tenemos a sus amigos, señorita - le dijo el conde con su distintiva elegancia - ríndase ahora y nadie saldrá herido. - ¿ah sí? - dijo la chica sintiéndose acorralada - pues yo tengo a esta princesa. En un movimiento rápido la elfo atrapó a Zafiro y le colocó su espada en la garganta. La princesa seguía con su mirada perdida sin preocuparse por la espada que amenazaba con acabarle la vida. - ¿Zafiro? - preguntó Gill extrañado de la actitud de la princesa - ¿te encuentras bien? - tranquilo, dulzura - respondió la elfo con diversión - sólo se enteró que su hermana le puso precio a su cabeza, ya sabes cosas de todos los días. Gill apretó su mentón y miró a la chica con odio. - mientes, ella no pudo haber hecho eso - apretó más el agarre en el troll que tenía bajo su dominio - ¡no le creas, Zafiro! sólo lo hace para distraerte. - ¿yo? - preguntó la elfo ofendida - podré ser una mercenaria, pero nunca miento, es mi ley. - es cierto, nunca miente - dijo el chico hada con la voz temblorosa. - Zafiro, tu hermana te ama ¿no le creerás a esta chica o sí? - intervino el conde. - ya no importa, de igual moriré ¿Qué diferencia hay entre que muera o que muera después? - dijo la princesa en voz baja - si muero nadie me extrañará, nadie llorará, soy la portadora de las gemas... si muero ahora el conde no podrá hacer lo que tiene pensado. - ¿qué cosas dices Zafiro? - la princesa levantó su rostro y vio la expresión preocupada de Gill - si te mueres ¿qué haré yo? ¿a quién le contaré mis cosas? ¿quién me reprochará por siempre estar pensando con la polla? Si te mueres no sabría como seguir, eres la que hace que mantenga mis pies sobre la tierra. Zafiro miró a Gill con una sonrisa que fue correspondida de inmediato por el chico. - oowwww - dijo la elfo con burla - ya nos pusimos sentimentales, qué asco ¿por qué no mejor te... Antes de poder terminar la frase la princesa se zafó de su agarre y se agachó pateando sus piernas y derribandola al suelo, la chica intentó activar su magia, la princesa fue más rápida y colocó la espada que le pertenecía a la elfo y la colocó en su cuello. - activala y liberaré a mi dragón para que te coma viva - amenazó la princesa. Las manos de la chica poco a poco dejaron de brillar hasta que volvieron a su estado natural - tengo un trato para ti. - ¿Qué? - dijeron todos en un sonido. La princesa sonrió la medio lado y sus ojos brillaron. Ayúdanos.
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