Parte 4

1571 Palabras
Luego de esa extraña pero afortunada conversación, Christopher me entrega su tarjeta de presentación. - Mañana cuando puedas te pones en contacto conmigo, quiero mostrarte el lugar y presentarte algunos de los muchachos que serán tus compañeros. - Como usted diga. - Ah, lo olvidaba, necesito tu hoja de vida para saber que todos tus papeles están en regla. - Si claro, mi hoja de vida, mis papeles. - ¿Tienes algún problema con tus documentos? - No, todo está en regla, mañana se los llevaré señor. - Bueno, si no es más me retiro. Tengo muchas cosas por hacer. - Muchas gracias, de verdad estoy agradecido. El hombre me tiende su mano y me da un fuerte apretón para luego retirarse, cruza la calle y sube a su bonito auto. Sin duda hoy ha sido un día de locos. Observo la tarjeta y es igual de elegante que él. Debí decirle la verdad, no está bien mentirle, pero él fue claro “es un club para mujeres” y ¿si me descubren? No, después le contaré, sé que entenderá, parece buena persona, pero ¿me puedo meter en problemas por esto? No creo, será solo un tiempito mientras encuentro algo más. Me voy hasta el apartamento y muero de sed, creo que tanto llorar y pensar me ha dejado seca, escucho la puerta abrirse y creo que Carla acaba de llegar. - ¡Dios que susto! Que haces así vestida, no te reconocí. Volteo y veo a mi amiga con una mano en su pecho controlando la respiración. - ¿Te asusté? - Claro que sí, me asustaste, te pareces a mi primo Roberto cuando tenía 19 años, ¿Qué haces aquí? deberías estar en el restaurante. - Es que, tuve un mal día ¿De verdad me parezco a tu primo? – Con razón todos pensaron que era un muchacho. - ¿Sucedió algo? - ¿Crees que parezco un muchacho si visto así? ¿Soy muy masculina? ¿Si visto así por un tiempo puedo hacer que todos crean que soy un hombre? - ¡Nicolle! quieres callarte un segundo y decirme que pasó en el puto restaurante. - Sin querer le eché encima una copa de vino a mi jefa. Eso fue todo. - ¿Qué? – la mujer abre sus ojos y sé que está sorprendida porque tiene su boca en forma de O - Fue un accidente, además sólo fueron unas cuántas gotas y la mujer eufórica me insultó y me corrió del lugar. - ¿Esa bruja te insultó? Ya va a ver, mañana mismo iré allá y le arrancaré sus caras extensiones rubias, tú no te preocupes por nada encontraremos otro empleo, además esa mujer nunca me dio buena espina. - No es necesario, ya encontré trabajo – le digo mostrando la tarjeta que me dio Christopher. - ¿Dónde?- Carla toma la tarjeta y lee de quien se trata. - En un club que el hombre de la tarjeta abrirá en unas semanas - Esto debe ser una jodida broma, ¿Christopher Golden te va a contratar? - Así es, me pidió mis documentos para hacer un contrato, pero hay un pequeño problema. - ¿Cuál? Si acabas de encontrar al mismísimo ángel de la guarda, ¿cómo que hay un problema? Hago un corto silencio - El sólo contratará hombres y cree que yo soy uno. - ¡¿Qué carajos?!   Narra Christopher Mi industria crece con total éxito, heredé Golden Wine de mi padre y no quiero sonar creído o egocéntrico pero desde que yo estoy al mando la producción, ventas e ingresos se han elevado hasta las nubes, este año mi nuevo proyecto ya es casi un hecho, hablé con un par de socios y decidimos abrir el Golden Wine Club, donde sólo hombres atenderán el lugar, obviamente estamos enfocados en que nuestros clientes sean damas en su mayoría pero no descartamos que otros hombres ingresen a consumir nuestros vinos. Esta tarde me reuniré con una buena amiga, ella me ayuda un poco cuando estoy estresado o cuando siento que necesito compañía, almorzaré con ella para no tener que hacerlo sólo. Caroline, es muy atenta y le gusta complacer mis gustos, así que cada vez que le puedo dedicar unos minutos lo hago. Al llegar a su restaurante me habla de muchas cosas, de las que sólo escuchaba el 10% revisaba mi celular mientras alguien toma la orden, mi atención está en mi móvil hasta que escucho que la persona parada frente a nuestra mesa le hace una sutil sugerencia a mi acompañante sobre el vino que debe tomar, cada palabra expresada demuestra no sólo el buen gusto en vinos sino su elaboración. Al levantar mi vista me encuentro con un jovencito algo delicado, de piel blanca, delgado y podría decir que nervioso. Tras su interesante respuesta le pido que me recomiende algo para acompañar mi comida y para mi sorpresa responde de forma acertada, desde ese momento supe que este chico debía estar en mi equipo de trabajo. Lastimosamente las cosas no terminan bien para el pobre muchacho, puede ser algo torpe, pero creo que se puede corregir con algo de ayuda.   - Creo que fuiste muy dura con él Caroline. - No fui dura, es que lo tiró a propósito - Vamos, tú y yo sabemos que fue un accidente así que no exageres, mejor ve a cambiarte y dejemos esta comida para otro día – no creo poder comer luego de presenciar tan incómoda y humillante situación. Me pongo de pié y tomo mi saco. - ¿A dónde vas? Espera un poco. - Debo trabajar, se me hace tarde. Camino a la salida y observo a mi alrededor para ver si logro encontrar aquel muchacho, espero a que traigan mi auto y conduzco en total lentitud, tratando así de dar con el chico del restaurante, a varios metros en una banca lo veo aun con ese uniforme, parece que está llorando. Detengo el auto a un lado de la calle y trato de llamarlo pero parece no reconocerme. Me observa con rareza y quiere alejarse de mi por lo que decido presentarme y mostrarle que no le haré daño ni reclamos por lo antes sucedido. Mientras le hablo del empleo observo su rostro y sus facciones de forma detallada, quizás me estoy equivocando y es una... Intento mirar su nombre en la placa que lleva en el blazer pero este lo toma y se presenta. - Soy Nicolás. - Nicolás, pensé que quizás tú estarías interesado en hacer parte de mi equipo de trabajo. - ¡sí! estoy interesada, digo estoy interesado. Le entrego mi tarjeta y sólo queda esperar volvernos a poner en contacto. Narra Nicolle - Será una mentirilla piadosa, cuando reúna suficiente dinero me iré de ahí. Sé que con eso no ayudaré a pagar todas las deudas de mis abuelos, pero será algo. - Por Dios Nicolle, lo ves tan fácil ¿Qué pasa si ese hombre te descubre? debiste decirle la verdad. - No podía, si le decía eso me quedaría sin trabajo, es que sólo piensa un momento por el amor de Dios, es Christopher Golden. - Puede ser el mismo presidente Nicolle, pero no está bien. - Vamos Carla, ¿si fueras yo que hubieras hecho? - Creo que también hubiera aceptado. - ¿Ves? - Lo justificaré sólo porque lo haces por una buena causa, tus abuelos merecen todo lo que haces. Por algo pasan las cosas, ¿no? - Eso quiere decir que me ayudaras, ¿verdad? - Por supuesto, no te dejaré morir en esa mentira, ¿Qué podría salir mal? - Muchas gracias, que sería de mi vida sin ti - Me lanzo sobre ella y le abrazo tan fuerte como puedo - Entonces, ¿Cuál es el plan? Ella me observa y luego me da una sonrisa que me hace entender que se le ha ocurrido una gran idea. Ahora empiezo a sentir un poco de miedo. - Por favor, dime que tienes algo en mente. - Creo que sí, primero; lo que debemos hacer es retocar tu documento de identidad, conozco a alguien de la Universidad que nos puede ayudar. Segundo; debemos hacer algo con tu forma de verte, ese blazer disimula perfecto tus pequeños senos pero no lo vas a llevar puesto siempre, o ¿sí? - ¡Carajos! No había pensado en eso – El blazer es algo grande así que disimula mi pecho y el gorro que llevo puesto recoge mi cabello, ahora lo entiendo todo. - Otra cosa, tu cabello... - ¿Qué le pasa a mi cabello? – Ella hace el símbolo de paz con sus dedos y los mueve como si fueran tijeras - No cortaré mi cabello, eso no. - En algún momento deberás cortarlo, pero por ahora si usas ese tipo de gorros que normalmente usas puedes recoger todo tu cabello y no hay problema, sólo esperemos que nunca se te caiga enfrente de tu casi nuevo jefe. - Seré cuidadosa, además sólo me quedaré ahí por dos o quizás tres meses mientras reúno dinero suficiente. - Dios mío, sólo espero no ir a prisión por ser la cómplice de una impostura. - No pasará nada, ya verás. - Dame tu documento de identidad antes que me arrepienta, llamaré a mi amigo. Es sólo una pequeña mentira, esto acabará y nadie notará nada.      
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR