CAPÍTULO 10 - ARRORRÓ, JUANITO.-
La policía en el barrio ya no era una sorpresa, una zona que por ser tan rural ya no descollaba en las noticias. Todo se esconde. Todo es un posible ataúd. Hay un espacio, un hueco siniestro que lo oculta.
Ese día dormí mucho, dormí la calma de los que se vengan. Saboreando una acidez en boca, casi con deleite.
Debería encontrar alguien que supiera de arreglos varios. Algo había aprendido. A defenderme.
A la tarde, la busqué a Mrs. Betty. Necesitaba más historias. Jimmy llegó tarde porque dijo que su madre lo había demorado con la cena. O sea: conmigo no comió. Yo acatando, guardé los restos en la heladera. Algo le quise comentar, pero como cada noche, me apretaba el pezón, y con una mirada lasciva, íbamos a la cama. Un trámite. Alguna vez le dije en
