NARRA KAI Me sujeto del sillón y trato de mantenerme en pie. Cuando pasan 5 segundos, muevo el pie derecho hacia el frente y después repito el mismo procedimiento con el pie izquierdo. Logro dar dos pasos y sonrío, aunque después la sonrisa se me borra de inmediato porque me tambaleo y casi caigo de boca al piso. Me aferro del respaldo del sillón y así evito caer. Niego y luego vuelvo a sonreír, imaginando lo bonito que iba a verme sin un diente. Cuando vuelvo a estabilizarme, lo intento una vez más: Pie derecho al frente y luego el pie izquierdo. Otra vez me tambaleo, pero logro equilibrarme con las manos. Me siento como si caminara en la cuerda floja: dando pasos cortos e inseguros, y manteniendo el equilibrio con los brazos. El ardor en mis músculos es inmenso, como si hubiera corrido

