NARRA NOAH
—¿Quieres ver algo? —pregunta, con una extraña sonrisita surcando su rostro.
Siendo Kai como es, no me extrañaría que salga con una estupidez y se esté refiriendo a mostrarme su m*****o erecto o vibrando.
—Si es para enseñarme tu miembro... —espeto, con una mueca de indiferencia en mi rostro—. No gracias, ya lo he visto suficiente durante todas estas noches. Ya tengo bien grabado en mi memoria, cómo simula ser la lengua de esa bestia que tienes tatuada ahí —señalo su pelvis y a aquel tatuaje tan varonil, tan acérrimo, tan enigmático y tan atrayente, que me ha provocado los pensamientos más lujuriosos mientras lo aprecio al ser embestida por él o al ofrecerle sexo oral—, y por hoy me es más que suficiente.
—No seas tonta —espeta, colocando toda la palma de su mano en mi rostr
