Capítulo 2.

899 Palabras
—¿Qué pasa? —pregunte asustada, mi respiración estaba agitada, en verdad tenía demasiado miedo. Del susto tire mi celular al suelo, me agache para recogerlo, lo tome y alumbre hasta donde estaba Victoria. —¿Estás bien? —preguntó José. Victoria levantó su mano, estaba sangrando demasiado. —¡Dios! ¿Qué te paso? —pregunte asustada. —No sean idiotas, solo se lastimo con un clavo, no es magia de la ruleta —dijo Juan para luego comenzar a reír. Nos giramos hasta la ruleta, está tenía un poco de polvo, tomé los papeles que estaban pegados, son de esos niños, pero es algo imposible, ¿Cómo una simple ruleta puede matar a alguien? —Quiero verlos —dijo Nahuel, tan solo extendió mi mano y le entregué los papeles con los nombres. —Que hermosa es —dijo Nahuel, el tan solo estaba maravillado, pues después de todo la historia surrealista que leyó en internet, tenía algo de cierto. —¿La usamos? —¿Estás loco? —preguntó Paola, ella estaba asustada. —Ni loca nos llevaremos esa estúpida ruleta. —Tu no, pero yo lo haré, quiero comprobar la validez de la ruleta, si en verdad es asesina, y me parece que cuando estábamos en casa de Elena, muchos tenían sus sugerencias —dijo Nahuel tomando la ruleta. Luego tan solo movió su mochila y la puso dentro. —Qué asco con eso, quizá tiene sangre con enfermedades, vi algo rojo —dijo Victoria. —No tiene nada, solo estaba arrumbada aquí, en este viejo sótano, ahora sí, podemos irnos y probarla, Airam y Milena estarán muy felices de ser los conejillos en este experimento. Nahuel tan solo se rio, pero no creo que debamos de usarla en personas que conocemos, es algo malo, si en realidad funciona, que es algo casi imposible, estaríamos asesinando a las personas. Sé que Airam no es buena persona, de hecho, no creo ser la única que piensa que se merece algo peor que la muerte. —Hay que salir de aquí, este lugar me da cosa —dijo Paola caminando a la puerta del sótano. Al salir, podía respirar un aire más puro, sin olores horribles, después de todo esta es una bella ciudad, pero no me visualizo viviendo aquí toda mi vida, quizá cuando sea una anciana pueda volver, solo para recordar mi juventud. —¿A dónde la llevamos? —preguntó Nahuel. —A dónde más, pues a mi casa, ahí es donde nos juntamos siempre, además mamá quiere que se queden a cenar. Es verdad, son mis mejores amigos, me alegra que los padres no estén en contra de ello. De camino a casa, me sentía un poco abrumada por la muerte de los tres niños, de pronto sentí curiosidad por concierto todo acerca de ellos, me refiero a que es lo que le dijo la policía a la familia, quizá sea real y los tres fueron atacados por un animal salvaje, un oso quizá. Pero, algo me inquieta, mañana hablaré con Pablo, trataré de hacer que me cuente todo, quiero conocerlo. Al llegar a casa, mamá estaba por terminar de preparar la cena, no nos demoramos más de 15 minutos en ir y volver, rápido nos dirigimos al sótano, dónde haríamos el experimento. —¿A quién ponemos? —preguntó Nahuel. —Eso no se pregunta, pongan a Airam, Milena, Dylan, Pablo y a César, además no creo que funcione —dijo Juan. Mire que José saco una libreta de su mochila, luego comenzó a hacer pequeños trozos de papel. —¿En verdad crees que funcione, Nahuel? Estaba un poco nerviosa, no sé porque, si en el fondo sé que esto es una joda de Nahuel. Mire que Nahuel saco su celular, luego lo extendió hasta mí, en la pantalla podía ver una foto de una ruleta, idéntica a la que estaba ahora mismo en mi sótano. —Solo porque sean iguales crees que esto es real, no pienso lo mismo —dije. —Bueno, tampoco es imposible, así que iniciemos —dijo Nahuel tomando los papeles que había hecho José. El primero papel que Nahuel pego, fue el que llevaba por nombre, Airam. —Si esto funciona y ella muere, estaremos haciendo un favor —dijo Nahuel. Ella fue muy mala, recuerdo perfectamente aquel día, ella mato a una persona, se llamaba Nick, ella y la estúpida de Milena le hicieron una broma muy pesada, sin saber que el sufría de asma, por lo cual murió. El segundo papel, llevaba el nombre de Milena, también se lo merece por ayudarme a Airam. El tercer papel, decía el nombre de Dylan, un idiota, no merece la pena que esté pensando en él. El cuarto fue el de César, también cómplice de la broma de Airam. El quinto papel, fue el de Pablo, ¿Pablo?, ¿Por qué rayos lo pone? —¿Qué haces? Él no es malo —dije molesta. —Calla Elena, pero le haremos un favor, lo reuniremos con su difunto hermano, además no estamos seguros que esto vaya a funcionar. Es verdad, tengo que tener en mente que esto de la ruleta es falso, que han solo fue escrito por alguien sin que hacer, una persona que solo busca de alguna manera retorcida entretener a la gente. —¿Listos? —preguntó Nahuel. Asentí con la cabeza como los demás. —Yo lo hago —dijo Paola acercándose más a la ruleta. Nahuel soltó la ruleta, inmediatamente Paola la tomo, y sin pensarlo un segundo, comenzó a girarla. Cada giro que está daba, me da un escalofrío terrible, este se detuvo cuando la ruleta señaló el nombre de César. —¿Cuándo sabremos si funcionó? —pregunte nerviosa.
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