- ¿entonces esa chica es tu novia? -preguntó con interés Tessa mientras posaba sus perfectas piernas delante de mí.
Yo estoy en el suelo uno de los filtros de agua que estaban tapados. Inclino mi cabeza lentamente mientras intento atrapar la vista de sus bragas debajo de aquella minifalda sin gloria.
- ¿Qué chica? -pregunto soltando mi llave y levantándome.
-la imbécil que arruinó mi vestido-su boca se arruga y hace una mueca un poco rara tipo “es tan obvio”
-ah, esa chica-me encojo de hombros. Ya puedo ver por dónde iba Tessa. Ella era del tipo que le gustaba obtener atención y no soportaba competencias.
- ¿entonces? -insiste con un poco de rudeza y confieso que no puedo evitar cambiar mi semblante.
Me ponía tenso escuchar de Leah o tan solo verla. Era casi un milagro que estos días no se había aparecido en mi camino porque aún no sabía cómo reaccionar con ella y odiaría tener que ignorarla.
-Es solo una conocida-le respondo acercándome un poco más a ella.
Desde donde estoy olfateo su perfume que era una verdadera maravilla y miro como aprieta con mayor cuidado sus labios de forma sensual.
-pensé que era tu novia. Como te la llevaste el otro día.
- ¿Cómo podías saberlo si estabas en una pelea? -pregunté un tanto sorprendido.
-Tengo muchos ojos por todos lados, Alex-sus dedos recorren las líneas del dragón en mi brazo mientras me regala una sonrisa.
-Ah, ya veo. Ahora no soy solo un conserje-suelto divertido.
-no te creas mucho. Solo averigüé de ti porque me dio curiosidad, eso es todo. No creas que me gustas, porque no es así. Yo tengo novio y lo quiero-eso ultimo me pareció algo ensayado.
Tessa tenía novio. Si, recordaba aquel marica de cabello largo que le encantaba usar delineador y caminar a todos lados con su guitarra.
-Pues dudo que lo quieras tanto-dejo salir para acercarme más hacia ella.
Sus labios están muy cercas de los míos y me siento bastante tentado a besarlos, pero no daría aquel paso. Jamás besaba primero a una chica a excepción de aquella vez con Leah. La tez morena de Tessa de pronto se vuelve más clara y con un puñado de ligeras pecas salpicadas en sus mejillas que me hacían recordar a Leah lo que me hace retroceder a ese recuerdo, en vez de besarla hago un movimiento rápido y observo mi reloj.
- ¿Qué pasa? -pregunto un tanto confundida.
-Nada, solo recordé que tienes novio y que tú lo amas. Nos vemos, nena. Es mi hora de salida-me burlé de ella a la vez que me alejaba dejando a una Tessa perpleja.
Le coloco la tapa al filtro, me aseguro de que estén ajustado sus tornillos y voy a la oficina por mi camiseta y una ducha rápida para irme a esperar a Sam. El siempre que podía me recogía, después de todo el local estaba de camino a la universidad.
Por su mirada tensa averiguo que las cosas no andaban bien con Vivi. Últimamente la Generala no hacía nada más que gritar y pelear por todo. Ser madre la había vuelto más sensible de un modo muy extraño. Ahora era más autoritaria y protegía a bebé Tsuki de cosas simples como juguetes nuevos sin desinfectar o de que la cargáramos después de comer.
-Vivi está terminado sus preparativos para la exposición de sus piezas y eso la tiene tensa-Sam suelta un poco nervioso-y si ella esta tensa, entonces todos estamos…
-tensos-termino la frase y luego suelto una sonrisa-relájate un poco.
-no puedo. De verdad quiero que todo salga bien. Es su primera exposición y está muy emocionada. Nunca antes la había visto de esta manera. Tienes que ver las cosas que ella hizo, son bastante buenas, pero siempre está ese miedo de si no va nadie o recibe una mala critica. Sé que Vivi no lo soportará.
-O puede que queme el edificio con todos esos hijos de puta que traten de criticarla-confieso imaginándome esa escena-Vivi es más fuerte de lo que crees, me consta, es por eso que le decimos la Generala.
Sam resopla un poco nervioso, el muy idiota se pasa un semáforo en rojo y acelera cuando escucha la policía detrás de nosotros. Por buena suerte él es capaz de perderlo mientras toma un desvío que hace que nos tardemos un poco en llegar a casa.
- ¿recuerdas cuando robamos aquellas cervezas del viejo Abbe y nos fugamos en el auto del papá de Neil? -le pregunto mientras tenía esa imagen en mi memoria.
-14 años, íbamos al partido de futbol y Neil quería impresionar a Vicky Roberts. Neil robo las llaves de su padre y se llevó el auto hasta la chatarrería. El viejo estaba tan borracho y ocupado en dispararle a una lata que no se dio cuenta de que lo estábamos robando, pero tus manos de mantequillas dejo caer una botella que se rompió y el muy imbécil comenzó a disparar.
Me fui de espaldas contra el asiento mientras reía-que tiempos, el anciano casi me mata. La bala rozo mi muslo.
-Fue la primera vez que lo hice-Sam confiesa-me emborraché y tuve sexo. La puta mejor noche de mi vida.
-lo dirás por ti. Yo vomité la primera cerveza y no aguantaba el dolor.
-eso es porque eres un gallina.
Veo la casa aparecer delante de nosotros. Mientras Sam aparca el auto no puedo sentir sienta nostalgia que se expande por dentro. Aquellos recuerdos era los que más anhelaba. Una vez alguien me preguntó cuál sería mi lugar feliz y sin querer solo dije que era la casa de Sam. Nos criamos ahí prácticamente solos. Vivimos como hermanos, tocamos como banda. Todo parecía perfecto o así lo creía hasta que las cosas empezaron a cambiar y se sumaron nuevas personas a nuestras vidas. De pronto cambiamos las botellas vacías, esparcidas por la casa por juguetes que penetraban la planta del pie cuando caminabas descalzo y descuidado. No podía negar que existía algo de envida cuando miraba lo que tenía Tsuki y Sam, su conexión era una especie de magia, como un bálsamo para mi vida. El ser testigo de aquella risa alegre que inundaba mis días me hacía recordar a mis hermanos. A Peaton intentando mostrarme un proyecto de ciencia o de Colton que me contaba sobre lo mucho que le gustaba una chica. Ellos habían tenido una infancia muy dura y cuando tuve que dejar la casa los había dejado a la merced de Sonia y sus imprudencias. Muchas veces no dejo de pensar como sería mi vida con alguien que en vez de golpearme me preguntara como me sentía o si tenía aspiraciones para algo. Por años solo tuve que afrontar la más crudas de las realidades y conformarme de que era algo normal. Yo no era el único al que habían echado de su casa, tampoco era la única persona que intentaba darlo todo por su familia. Creo que por eso me hice amigo de aquel par de idiotas y más tarde se sumó Jake quien desamparado llego hacia nosotros y demostrándonos su talento con el bajo hizo que lo admitiéramos en esa banda y por ultimo estaba Dante y su vida misteriosa.
Escucho una suave voz hacer eco en la sala. El ritmo era muy agradable y me sentí arrullado en la nana que cantaba mientras subía a mi habitación. Echo un vistazo de camino y ahí estaba ella. Leah con la pequeña Tsuki entre sus brazos cerrando sus ojos ante esa hermosa canción que yo mismo solía cantarle a Peaton. Ella se inclina suavemente, besa su mejilla y la deposita con tanta delicadeza en su cuna rosa. No puedo evitar quédame hipnotizo por un par de segundos. Mis ojos se iban al suave cabello que tocaba su espalda y en la forma en que sus pantalones ajustados mostraban la figura de sus piernas que una vez había tocado.
Pensar en aquel beso me hizo estremecer y olvidar de lo que hacía hasta que la mano de Leah pasa por mis ojos para concentrarme.
-Aquí la tierra llamando a Alex ¿me indica su ubicación espacial? -preguntó con una voz un tanto robótica.
Al menos su cambio había sido solo físico y aún seguía siendo la misma ñoña de siempre.
- ¿Qué haces aquí? -pregunto al tiempo que salía con ella en la habitación.
-Vivi me pidió el favor de ayudarla con Tsuki y sabes que nadie se le puede negar.
Asiento ante eso. La rubia tenía una especie de poder de convencimiento que hacía que cumplieras sus órdenes.
La risa de Leah es tímida y resplandeciente cuando le doy la razón. Todos en esta casa estábamos a merced de las ordenes de la Generala. Nadie podía decirle que no, incluso el imbécil de Neil.
Como un perrito faldero voy detrás de Leah hasta la sala. Todo parece estar en calma sin la presencia de su hermano y con la bebé durmiendo plácidamente. Puedo respirar el aroma de comida para bebé mientras que la recoge de la mesa. Ella lleva el plato con restos de una masa viscosas y los lavas en absoluto silencio mientras la observo.
Nunca antes me había parecido encantadora la figura de una persona lavando los platos. Estoy ahí en el horrible sofá viendo como ella aplica detergente y lo y remueve con agua.
- ¡¿Estas bien? -ella pregunta cuando se da vuelta de qué estoy actuando como un mirón pervertido. La verdad era que no sabía cómo sentirme al respecto. Leah no es solo una chica a la que beso y ella. Yo crecí con ella, incluso solía protegerla de todos cuando Neil no estaba cerca. Se supone que debía ser como una hermana, pero desde que sucedió aquél beso entre nosotros todo ha cambiado.
-Estoy agotado-miento mientras hurgo los rincones del sofá en busca del control remoto de la televisión.
-Aquí está-Leah se adelanta y me pasa el control que estaba sobre una pequeña mesa-Estaba viendo los súper cariñosos con la bebé-sonríe y se sienta justo a mi lado.
Siento como mi respiración se detiene. Aquel mueble era lo suficientemente largo para mantener distancia, pero Leah estaba justo a tan solo un par de centímetros de mi brazo. Desde aquí puedo respirar la dulce vainilla de su cabello mientras enciendo a televisión. El canal infantil me saluda con una especie de princesa mágica con alas, le cambio varias veces hasta ir al canal de historia musical.
Observo a un sujeto de cabello cano y gafas gruesas que se dirige a la cámara mientras que a su espalda hay un fondo de un enorme dragón saliendo de un espejo.
-Súbele-ella toma mi mano y siento como sus dedos me arrebatan el control de todo.
-Nuestro primer álbum tiene mucho significado-empezó habar el hombre a la vez que iba explicando los inicios de Mirrors and Dragons.
Ellos era solo una banda de 5 amigos que disfrutaba de la música y cerveza. Tocaban todas las noches en lugares clandestinos hasta que un productor los descubrió y ascendieron hasta las grandes estrellas.
El hombre con una falsa humildad describía el significado de su gran éxito “Serendipia” su canción de amor, pero con tonalidades completamente roqueras.
El documental se volvía interesante, pero perdí el interés por el al ver a Leah con sus enormes ojos de Búho brillar con cierta nostalgia y tristeza mientras que su labio repetía a la perfección la balada pegajosa.
- ¿Te gustan? -solo hablo por hablar. La verdad necesitaba dejar de acosar en las sombras aquella chica.
- ¿Es una broma? -se giró hacia mí-Ellos son la mejor banda de todos los tiempos. Y su primer álbum fue inspirados en mis padres-sus dientes resplandecieron- ¿Neil nunca te conto que la pareja besándose son nuestros padres?
Niego con la cabeza. No sabía muchas cosas de Neil a excepción de su relación de sus padres. El a toda costa evitaba de hablar de ellos, pero no Leah. Me gustaba como la niña en su interior daba saltos de alegrías al hablar sobre ellos.
-Mis padres se conocieron en aquel concierto en la ciudad-sus dedos delgados juguetearon lentamente-Fue amor a primera vista-suspira mientras se sumerge en sus pensamientos-Ese beso fue literalmente el primero quedó grabado para la historia.
-Cursi-dejo salir. Tenía que ser el cretino de siempre con ella-con razón Neil nunca lo contó.
-Es que Neil tú y son par de idiotas q no entienden el amor-vocifera, pero un así se veía realmente adorable.
- ¿Qué puede saber una niña como tu del amor? -pregunto acercándome lo suficiente para detallar aquellas adorables pecas trasparentes en su piel.
-Mucho más que tu-respondió nerviosa. Maldita sea, me está gustando que ella solo se descontrole por mi cercanía, por eso acorto más nuestra distancia.
-Un personaje de comics no cuenta, Leah-alzo mi ceja divertido por hacerla molestar.
-Pues tampoco cuenta tu perversión por Tessa Williams-suelta de forma sorpresiva.
- ¿Disculpa?
-Lo sé. Te volviste uno más en la lista de Tessa. Todos hablan de eso.
- ¿En serio? -pregunto boquiabierto-Entonces si le gusto-sonrió satisfecho.
-De verdad eras un completo imbécil, Alex-sus débiles brazos me empujan, pero no logran moverme.
- ¿Por qué? Después de todo le gusté a Tessa.
-Tessa jamás dejará a Silver.
- ¿Y quién está hablando sobre que lo deje? -vuelvo a sonreír.
Ella solo abre sus ojos y sus mejillas se inflan como un globo, uno muy adorable y besarle.
Ahí estaba yo con ella. No había nadie que se interpusiera entre mis ahora nuevas ganas de besarla. Me pregunto si su boca sabría igual de deliciosa que aquella noche. Estaba a tan solo un par de centímetros de sus labios. me sentí hambriento al pensar una vez más lo bien que fue tocar nuestras lenguas.
-Que calor-alguien grito y la puerta se abrió de par en par.
Sam tenia uno montón de bolsas sobre su pecho. No sé si nos vio o no pero rápidamente me separo. Mi corazón se acelera al escuchar la voz de Neil quejarse por la poca cerveza que habían comprado.
-Ya no hay espacio en esa nevera, todo lo ocupa las papillas de Tsuki-ruge como un niño celoso mientras entraba a la casa- ¿Qué haces aquí? -entrecerró sus ojos al ver a Leah en el sofá.
-Le hago un favor a Vivi, cuido a la bebé.
-Genial-rueda sus ojos- ¿y quién va a llevarte? Yo tengo que ir por Bea dentro de un instante a buscarla en sus pasantías.
-Puedo irme sola-ella resopla indignada-No te estoy pidiendo ayuda.
De pronto la tensión s****l de la habitación se esfumo y surgió un aura de guerra entra ambos hermanos. Sam y yo nos miramos a los ojos. Sabía que esto no iba a terminar en buenos términos. Como siempre Neil era un cretino hasta con su propia hermana y Leah muchas veces estallaba como un volcán en erupción.
-Yo puedo llevarla-alzo mi mano inocentemente-Tengo la furgoneta de Alex, quede en irlo a buscar.
-Por mi está bien-Leah se levanta a ir por su bolso.
Neil no dice nada, pero me da aquella mirada que odiaba. Con su cabeza asiente con la cabeza para darme las gracias de cuidar a su hermanita. La culpa se asienta en mi estómago. Me siento un poco mareado mientras cruzo la sala hasta la furgoneta. Todo está en silencio por un buen rato. Leah no deja de escribir en su teléfono. De vez en cuando volteo ligeramente para ver como hay una especie de sonrisita tonta. Sus ojos brillan con el resplandor del celular mientras que el reflejo del vidrio dejaba ver ligeramente la foto de un chico.
- ¿Con que ese es tu gran amor? -pregunté sin poder evitarlo. La verdad me daba igual con quien saliera Leah, pero no pudo evitar preguntarme qué clase de idiota seria lo suficientemente valiente para acercarse a ella si temer la ira de Neil.
-No es tu problema-sigue fija a su teléfono.
-Tienes razón, no es mi problema. Pero, me pregunto qué pensaría Neil sobre…
-No digas nada-se adelanta y ahora hace contacto visual conmigo-Por favor, Alex. Por lo que más quieras, solo no le digas nada a Neil ¿sí? Toda mi vida deseada tan solo tener esto con un chico, pero Neil…
-Neil hace bien-asiento-Si fueras mi hermanita jamás dejaría que salieras con un cretino. Ellos solo te usan ¿Lo sabias?
-Si, como tú lo hiciste el fin de semana.
«Golpe bajo».
-Yo…-mierda, mis palabras se enredan de pronto.
-David no es como mi hermano y como tú-ella asiente confiando en su corazonada-Es un chico lindo, sensible, carismático…
-Tiene pene, solo quiere cogerte-es lo que puedo decir intentando mantener la calma.
-Que lo haga-se encoje de hombros con una calma irreconocible.
-No sabes lo que dices, Leah. Va a usarte.
-Pues, vale la pena correr el riesgo. Así ya no sería la virgen de mis amigas.
- ¿La que? -alzó mi ceja mi pie sin previo aviso presiona el freno y nuestros cuerpos se sacuden.
-¿me quieres matar?-logra decir histérica.
-Imbécil-alguien logra decir mientras regreso en si.
Leah suelta un sonido ahogado, como si no se creyera lo que haya dicho. La información sobre su virginidad me incomodo e hizo sentir como un cretino.