—Paulette — llamó Bruno. Al no obtener respuesta ingresó directo a la habitación —. Paulette — volvió a llamarla. La rubia sacó su cabeza de las colchas y mostró su rostro congestionado por el llanto. Bruno frunció levemente el entrecejo y volvió a salir de allí, sin decir ni una sola palabra. Paulette rápidamente intentó seguir a su hermano pero ya era muy tarde, el ruido de aquel auto le demostró que no podría alcanzarlo. Sin perder un segundo llamó a la única persona que podría detener lo que sea que el hombre estuviese dispuesto a hacer. ------------------ Bruno golpeó con fuerza la puerta de madera, con tanta fuerza que sintió cómo se resquebrajaba bajo su puño. No esperó, ni en sus más locos sueños, ver a aquel hombre tan destruido, de todas maneras poco le importó, solo venía a

