El Caballero Oscuro

Mi papá un médico destacado, me dijo una vez que hay tres tipos de hombres: los mendigos, los caballeros oscuros y los caballeros. Dijo que me encontraría con los tres en mi vida, y que solo conocería y me casaría con un caballero después de encontrarme con los dos primeros y que el Caballero Oscuro me rompa el corazón como un rey. Sinceramente pensé que estaba bromeando...Pero mi vida demostró lo contrario. Cuando vi por primera vez a Levy Spencer. Al segundo que lo conocí, supe que destrozaría mi corazón en un millón de pedazos. No solo una vez, si no una y otra vez. Y lo haría sin más motivo que el de disfrutarlo. El amor era un juego para el y yo, como tantas otras chicas, era una pobrecita plebeya para el rey. Aún así, no pude evitar sentirme atraída por el. Como una polilla ante una llamarada, estaba hipnotizada... obsesionada, esclava de la luz oscura y siempre dispuesta a ser consumida por el fuego ardiente del océano del infierno que el engendró para mi... Cada vez que lo dejaba ser el viento en mis velas...Pronto me encontraba naufragando sin un puerto seguro. Aún así me ahogaba ansiosamente en su atención, obsesionada con la Próxima vez que el me honraría... me estrangularía... me apagaría con su oscuridad. Pensé que lo había superado, que hasta había seguido adelante y que estaba lista para encontrar mi caballero. Pero cuando lo vi de nuevo, con una sola mirada, no pude hacer nada para escapar de su esclavitud. Y en un instante anhelé ahogarme en el abismo de su oscuridad, le supliqué en silencio que le permitiera llevarme de regreso al infierno con el, para que pudiera quemarme hasta convertirme en cenizas, en cuerpo, corazón y alma.