Esto fue de esa manera, al parecer solo era a mí a quien no quería, solía verlo charlando con mi abuela en el jardín, con la gente del trabajo, en el laboratorio, solo a mi me ignoraba.
Salía temprano y llegaba tarde pero fue hasta el tercer año que esto cambió.
Su humor era mucho mejor, hacía un año que no trabajábamos juntos, pero ese día lo recuerdo perfectamente, llegó con una mueca en sus labios, era similar a una sonrisa. La cena estaba sobre la mesa, humeante después de que avisara qué llegaba a comer. Se sentó y cuando me paré del sofá para subir, detuvo mi brazo.
-mañana vendrá alguien a comer, pon un plato extra, tu también cenaras con nosotros-
La mañana de ese día la señora me llevó a un chequeo médico, entré en la sala y el doctor Martín me vio fijo.
-esa mujer es una obsesiva, qué tiene de bueno un chico como él, en tres años nunca tocar a un tipo lindo e inteligente como tú -
-es un matrimonio contra su voluntad, obvio que no quiere nada conmigo, esta apuntó de terminar el plazo, solo quiero salir de esto-
Martín arregló sus anteojos y sonrió.
-señora querida, no hay nada en el horno - sonrió - realmente estos chicos no son compatibles, el cuerpo de moon esta perfecto, ningún detalle, quizás deba ver los resultados anuales del general - dijo con malicia qué la señora no alcanzo a percibir.
La mujer siempre fue amable conmigo, ella comprendía qué nuestro matrimonio no era feliz. Así que en algún punto comenzó a esperar que se acabará y ambos fuéramos libres.
-cariño, lo siento, forcé este matrimonio hace años, nunca pensé que él fuera tan terco, seguramente solo no quiere hijos. -
En la noche, la cena se sirvió, como había visitas fue más elegante de lo normal. Fue la señora quien nos visitó pero ella también parecía confundida.
-como ya saben, serán tres años pronto, como fue acordado, nunca nos entrometidos en la vida íntima del otro así que quizás ambos estén bastante sorprendidos con esto, rubí vendrá a vivir aquí, el cultivo de feromona funcionó y nuestra coincidencia está cerca del 80%, aunque eso no es lo importante, nosotros tendremos un hijo-
Ambos lo vimos, la señora lo miró con aspecto depresivo, luego me vio a mi.
-está bien-respondí con desinterés, el ceño de Nathaniel se frunció profundamente. - estoy de acuerdo-
La señora alev golpeó la mesa con fuerza - ¿cómo? Cariño, te fue infiel en un matrimonio legal-
-mamá, tranquilízate, nosotros nunca acordamos qué seríamos serios, estaba destinado al fracaso, además incluso con nuestra coincidencia no se embarazo, cada punto del contrato fue respetado. -
Claro, quien se embaraza por arte de magia, quise sonreír.
-trabajamos juntos mucho tiempo, espero realmente seas feliz -
-deseo lo mismo para ti, encontraras a alguien acorde a ti-miró a su madre - le daré una buena compensación, nosotros no nos meteremos en su futuro-
Y así se acordó acabar con nuestro matrimonio.
La señora alev ahora parecía decepcionada, ella odiaba profundamente a rubí así que era entendible pero seguramente cuando viera a su nieto me olvidaría.
…
El acuerdo de divorcio había sido puesto en el estante de su cuarto el segundo año de matrimonio, su firma estaba ahí desde que fue autorizado por el emperador lo que servía como recordatorio para moon cada día.
La relación con el padre de Nathaniel, Darío, había sido siempre la mejor, él de alguna forma le reitero a moon que hasta siempre sería su único hijo, que incluso si nathi tenía otras parejas siempre sería la esposa legal.
Cuando se enteró de la infidelidad de su hijo estuvo del lado de moon y prohibió la entrada de Nathaniel a su casa, incluso si iba a tener un nieto no estaba feliz con el niño y la pareja. El honor es algo muy importante dentro de esta familia y si no eres capaz de respetarlo, aunque sea bajo un contrato, esperar para hacer las cosas o terminarlas limpiamente. Es una falta.
Para Nathaniel ese acuerdo era un frío recordatorio de todo lo que más detestaba; a Moon.
El señor Darío alev llegó un día y puso en las manos del omega otro papel "me siento tan avergonzado, un chico tan talentoso, esto es un regalo de mi parte, puedes hacer lo que quieras con ella, nadie más tiene poder sobre esté lugar, iba a ser un regalo para mi hijo y su familia pero ahora te lo doy, solo tu puedes vivir ahí" este recuerdo se materializó en sus manos.
Moon abrió la carpeta del divorcio en el estante, vio el acuerdo de divorcio y sacó la pluma del mismo librero, esa pluma junto al documento que si no fuera por su orden, estaría llena de polvo. Su nombre siempre se había visto bonito en las firmas, no necesito inventar nada para firmar. No es como que no dudará, la punta de la pluma tocó el papel dejando dos veces un rastro diminuto de tinta pero al final, con su rastro más notorio de orgullo que creía había perdido bastante los últimos tres años, trazó las líneas y cerró la carpeta.
Eran las 10 de la mañana, nunca había entrado en ese cuarto, menos quería hacerlo después de pensar que quizás, Nathaniel llevaba a rubí ahí cuando él estaba fuera por trabajo.
Miró la habitación, hace tres años pensó en sus más locas fantasías qué algún día en un arranque emocional, nathi se daría cuenta de que el tiene un mínimo encantó qué puede atraerlo, lo besaría y contaría su amor por él, usarían ambos la habitación matrimonial, despertará, traería el desayuno, abriría las cortinas turquesa qué eran del mismo color de los ojos del alfa y sería un amor como una fantasía.
Pero la vida no es eso, una fantasía. Moon nunca entró a aquel cuarto, Nathi más que por el trabajo nunca lo reconoció ni dio un vistazo.
Moon se esforzó mucho los últimos años, aprendió sus gustos, el café siempre estaba hecho a la misma hora, la tablet de la sala siempre tenía las noticias, la cena siempre tenía los favoritos del alfa, la casa siempre relucía y el jardín se veía mucho más bello.
El omega cerró la puerta en su espalda dejando un suspiro de esperanza resguardado en esas paredes, sueños inconclusos y deseos ahogados qué nunca pensaron siquiera ver la superficie.
-abuela, debemos darnos prisa, el viaje es en menos de dos horas, el señor Harris debe estar esperando… -