Sali de su edificio y tome rápidamente el bus, si transporte público, hace algunos años ni en mis perores pesadillas tomaría uno de estos, pero ahora incluso tengo mi la tarjeta bip, cuando les dije que he cambiado es verdad, ya no soy tan superficial, salgo a comer con mis amistades, reales amistades, no de esas falsa que tenía antes, el viaje es algo largo lo cual me permite recordar lo mal que lo pase el primer año, yo estaba acostumbrada a los constantes halagos y siempre tener atención sobre mí, pero en la universidad, ha todo esto no les he dicho en cual estudie, bueno fue en la “Pontificia Universidad Católica de Chile”
Como les decía, en la U, todos estaban centrados en sus estudios y nadie se me acercaba, si no era por trabajos en los que nos designaban grupos no habría sido con nadie y entre esos trabajos conocí a mi ahora amiga Jimena, al inicio eran puras peleas hasta que un día ella tuvo un accidente femenino y debía ir a cambiarse rápidamente a su casa, porque no traía ropa de cambio y como teníamos que hacer uno disertación ambas, yo me ofrecí a llevarla, ya que tenía mi auto.
Al inicio al subirse ella se negó, pero luego de una discusión termino aceptando en el viaje terminamos hablando y de ese día las cosas cambiaron entre nosotras y también mi relación con mis compañeros, y me pusieron un apodo, adivinen, no se les ocurrió un apodo mejor que “fresita”, si y tenían razón, la verdad era muy delicada, el primer día que tome un bus junto con ellos ya que iríamos a comer al mall, me subí con pañitos húmedos, tratando de no tocar nada y cuando me pidieron la tarjeta bip me puse roja, porque yo le estaba pasando un billete de $10000, al final uno de los chicos termino pagando, y ni hablar de mis $10000, alguien me los robo ya que la muy … los tenia aun en la mano, y yo que iba con toda la calma a tomar un asiento el bus partió y casi llego al final de este y en ese momento alguien me saco el billete de la mano.
Finalmente me lleve el regaño de mis compañeros, y luego ya en el mall me dieron consejos, los cuales escuche atentamente y bueno desde entonces he iniciado a tomar el transporte público, pero me demore dos años en tomarlo sola, la verdad no me atrevía, pero un día me arme de valor y me subí, aun que donde yo vivo no llega directamente, por lo que me tengo que tomar un taxi.
Me baje del bus y camine un par de pasos, vi rápidamente un taxi y le hice señas, el fue de inmediato y me fui a mi casa, hoy se supone que tengo un almuerzo con mis tías y primos de despedida, mire mi reloj y eran las 13:35, rayos, de seguro ya todos deben estar en casa, saque un espejo de mi bolso, casi doy un brinco al notar lo horrible que estaba, parecía mapache, se los juro, tenia el rimen todo corrido, mi labial estaba corrido, saque un pañuelo húmedo y me lo pase por toda la cara, bueno finalmente ocupe dos mas para queda limpia, rápidamente me puse brillo labial, y me encrespe mis pestañas, les di unos toques de rímel y listo.
De reojo vi al conductor el cual me miraba y soltaba una sonrisa y negaba con la cabeza. Estuve a punto de preguntar por qué esas expresiones, pero me di cuenta de que ya habíamos llegado y en la entrada me estaba esperado Rosa, mi nana desde que tengo uso de razón, con una expresión para nada buena, eso significa que estoy en problemas. Le pague al taxista y me baje del auto.
–Hola nana ¿Cómo estás? –digo dándole un abrazo apretado y un beso en su mejilla regordeta.
–Ya, ya suéltame–dice retirando mis brazos con cuidado–Tu mamá esta muy molesta porque no llegaste a dormir, le tuve que decir que te quedaste en lo de tu amiga Jimena.
–Exactamente eso paso– le digo con una sonrisa.
–Si claro pero después de una noche de fiesta, mírate, hueles –dice eso y se tapa la nariz– mejor ponte esto, y te traje enjuague bucal–me extiende mi perfume y el enjuague.
Si es tan buena mi nana, hice lo que me dijo y trate de ordenarme más mi ropa, me mire y me veía decente, pero antes que nada me puse mi anillo, que cada vez que salgo de casa lo escondo, pero al llegar si o si lo tengo que llevar puesto o me cuelgan del segundo piso de la casa.
–Mucho mejor, vamos ni niña ya es hora, están todos –dice y me toma del brazo y lo entrelaza con el suyo.
–Te voy a extrañar mucho, ¿lo sabes verdad?
–Si mi niña, yo al menos voy a descansar en paz al fin.
–Nana–digo dándole un golpecito en su hombro.
–Mentira mi niña, yo te muy a extrañar mucho, eres como una nieta más para mí.
Nos regalamos una sonrisa 100% sincera e ingresamos a la casa. A la primera persona que veo es a mi madre.
–Gabriela hasta que te dignas a aparecer– dice enojada mi madre.
–Lo siento, estaba en lo de Jimena, teníamos que planificar algunas cosas.
–Si seguro, sube y date un baño, en 30 minutos se sirve la mesa.
–En 20 estoy lista–subí como bala a mi habitación y me fui a mi baño, me quite la ropa y me mire por unos segundos en el espejo y vi que tenía un moretón en mi pierna, de seguro anoche me caí.
Me metí en la ducha y en menos de 5 minutos estaba lista, fue un baño más que express, me seque rápido y me fui a mi closet, tenia una muy grande, opte por un vestido de primavera, color rojo con pequeñas flores blancas y unas sandalias con un poco de tacón color café y solo me puse un brillo labial.
Baje y todos estaban en la sala de estar, salude a mis primos que son de mi edad, pero unos creído, ahora entiendo porque razón le caía tan mal a algunos, bueno a varios, mis tías son unas arpías, se fijan en todo, por esa razón mi mamá se pone tan nerviosa cuando vienen, porque siempre encuentran algo que criticar, en esta ocasión no cabe la duda que seré yo.
(…)
Como les dije, fui el centro de críticas, en especial porque no tengo novio y ya estoy en edad, ellas no saben de mi matrimonio, ¿Por qué razón?, simplemente porque no quise que sepan y mi mamá me comprendió.
Después de que se fueran subí rápidamente a mi cuarto y saque mis maletas e inicie a guardar la ropa que ya tenia seleccionada, pantalones, vestidos, de fiesta, gala y algunos bien ajustados, poleras de varios tipos, solo en eso ya llevaba una maleta de las grandes, en la otra puse abrigos, mis joyas, y mi ropa interior, la verdad si me justa usar ropa “sexi”, mi preferida es de encaje, así que hace algunos días compre varios conjuntos, algunos dirían que es por mi esposo pero no, es solo por mí y en otra maleta puse mis zapatos, de todo tipo, sandalias, tacones, botines, zapatillas y en una cajita mis maquillajes.
Tienen que pensar que me estoy mudando, porque no se hasta en cuanto tiempo voy a volver acá, así que llevo lo justo y necesario, no desocupe ni la mitad de mi closet, desde hace varias semanas estaba planificando que llevaría.
Miré a mi alrededor y si efectivamente, todo lo que tenia que estar en la maleta lo estaba, me fui a revisar mi celular que ni siquiera lo he encendido, lo tomé del bolso que llevaba esta mañana y lo encendí.
Luego de un minuto ya por fin había iniciado bien, encendí los datos y se inicio a llenar de mensajes en el grupo de amigos de w******p, lo abrí y eran todos mensajes para mí, “foto de tu esposo, borracha”, “te lo tenías bien guardado”, “cuando lo presentas” y así había 15 mensajes más en el grupo, tenia 3 llamadas perdidas de Jimena, así que decidí llamarla, armada de valor, un timbrazo, dos, tres, cuatro y al fin contesta.
–Hasta que finalmente te haces presente–dice con voz de “indignada”
–¿Qué fue lo que dije anoche? –le digo preocupada.
–Que estas casada y con un nerd, la verdad no se si escuche nerd o algún nombre, pero eso quiero saber, ¿es verdad, estas casada?
–Si, si lo estoy y si era un nerd.
–Pero como nunca me lo presentaste, ¿o es que te doy vergüenza y por eso no me lo presentas?
–No, no es eso–doy un largo suspiro– lo que pasa es que me case con el por un arreglo matrimonial de mis padres y ... –le termine contando la historia y de que se supone que cuando lleguemos a Chicago debo juntarme con él.
–No me lo puedo creer, quien diría que mi amiga la fresa tiene esposo y es feo– dice entre risas.
–Ya no sigas, que no somos esposos de veritas y no me digas fresa–le digo en tono molesta, pero en realidad ella sabe que no lo estoy.
–Bueno, bueno, ya voy a conocer a tu esposito en Chicago.
–Si, veremos si lo encuentro.
Escucho unas risas al otro lado de la línea y yo también me rio, ella tiene una risa muy contagiosa– ¿Tienes tu equipaje listo? – me pregunta ella.
–Si y ¿tu?
–Pues claro, pero ya me imagino que mínimo debes tener dos maletas gigantes y otra más–dice de forma exagerada.
–Obvio nos vamos por mucho tiempo, que no me digas que llevas una sola maleta.
–Si no pienso llevar tanto, adema... – no la dejo terminar, porque sé que me dirá que no tiene tanta ropa linda.
–Ven a mi casa por una maleta de ropa, a mi me queda mucha y la verdad me da pena dejarla toda tirada acá, además somos como de la misma contextura.
–De verdad, me estas hablando en serio– me pregunta como si le estuviera haciendo una broma.
–Obvio, pero no vengas tan tarde, ya sabes la dirección o también podrías venirte con todas tus cosas y así mañana nos vamos directo al aeropuerto.
Luego de que lo pensara unos minutos, ella me contesta–está bien me despediré de mis vecinos y me iré a tu casa, espero no tengas de esos perros grandes, sabes que me dan miedo a y mándame tu dirección, ya te voy a colgar para ir a despedirme.
Termino de decir eso y me colgó, le envié rápidamente mi dirección y me fui a comer una fruta, vi la hora y ya eran las seis de la tarde, estuve como dos horas haciendo mis maletas.
Cuando dije que éramos como de la misma contextura fue verdad, bueno yo soy un poco más alta, pero ambas tenemos el cuerpo parecido, tenemos senos grandes, al igual que nuestros traseros, yo soy un poco más flaca que ella, pero igual somos de la misma talla, espero le guste la ropa que tengo.
(…)
Llamada entrante de Jimena
–Dime.
–Ya estoy fuera de tu casa, ven a buscarme.
–Ya largué a los perros, así que ten cuidado, voy.
–¿Qué?, ¿de verdad tienes perros? -dice con miedo.
–No tranquila, ya voy bajando.
Colgué la llamada
(…)
Me despierto y veo a mi lado a Jimena, la muy tonta no quiso ir al cuarto de invitados, porque según ella escuchaba ruidos raros y que la casa era muy grande.
–¡Lista para nuestro último día en Chile! –le grito efusivamente.
–Déjame dormir fresita.
–No, tenemos que bajar a desayunar, no es mi culpa que te demoraras 3 horas en elegir que llevar.
–Pero si toda tu ropa es hermosa, es muy difícil escoger.
–Ya bueno, pero levántate, que mi nana ya debe tener el desayuno listo.
–Ya vamos–dice levantándose, luego de que ella fuera al baño de visitas a hacer su aseo personal y yo en el mío bajamos.
Efectivamente ya el desayuno estaba listo, pero mi nana estaba con una expresión triste.
–Nana que pasa, ¿Por qué esa carita? -digo haciendo un puchero.
–Solo que este quizás es el último desayuno que te sirva– al decir esto se le cayó una lagrimita.
Y bueno, mi corazón igual es sensible y se me cayeron varios pares de lágrimas, le di un abrazo y la invite a la mesa, para que disfrutemos de un rico desayuno juntas, mis padres hablaron con mi amiga y estaban muy contentos de que nos fuéramos juntas, y yo pues estuve todo el desayuno pegadita a mi nana, ella me vio crecer y aun que siempre fui una engreída con los demás con ella no, ella era como una abuelita, me consentía, cuando tenía pena ella me consolaba y siempre me a cuidado y cubierto las espaldas. La voy a extrañar mucho.
(…)
–Hija que tengas un buen viaje–dice mi mamá apenas ya que tiene sus ojos llenos de lágrimas.
Mi papá se despidió en el auto, se que se hace el fuerte, pero debe estar llorando en el auto.
Su papá en estos momentos
Buscar viajes en cruceros para los próximos días– le dice alegremente al Google.
Volviendo a Gabriela
–Te voy a extrañar mucho, pero me tienes que ir a visitar.
–Obvio hija y si puedo te llevo a tu nana–dice con una sonrisa, pero con ojitos llenos de pena.
Pasajeros del vuelo...
–Ya es el nuestro, nos debemos ir, te quiero mucho, cuida de nana que ya esta viejita–le digo mientras le doy un abrazo gigante.
–siempre hija, chao, Jimena, me llaman a penas lleguen.
Caminamos por el pasillo para entrar al avión, es aquí donde inicia una nueva vida.