4. Scott.

983 Palabras
¡DEMON! ¡DEMON! los gritos de la gente no se hicieron esperar cuando de una sola patada quedo tirado en la lona el estúpido chico que intentó retarme, mi cinturón es ¡MIO! mi campeonato es ¡MIO! la sonrisa de mis labios no es por ser arrogante, es simplemente demostrando que digan lo que digan soy el mejor. — ¡Ese es mi muchacho! — me masajea los hombros mi entrenador cuando bajo de la jaula y me saco de su agarre odio que me toquen cuando yo lo he pedido. — Hermano esa fue la pelea más rápida de esta noche eres un jodido cabrón con suerte — gruño ante ese comentario lo mío no es suerte, lo mío es resultado de mi esfuerzo, Tyler acomoda la bata de seda negra sobre mi cuerpo. — ¿Ya fuiste por mi encargo? — mi voz es seria ya que un buen coño que follar siempre será un tema serio para mí. — Tu ve a la ducha, yo iré por lo tuyo — me guiña un ojo y tomamos rumbos diferentes, en la puerta de mi vestidor esta Dillion quien sonríe y me hace un gesto dándome entender que tengo compañía dentro. — ¡Oh por dios! ¡Oh por dios! — una chica pelirroja comienza a hiperventilarse al verme y seguida de ella una rubia y una apiñonada. Sonrió mientras pongo seguro a la puerta y es que no está de más descargar la energía que quedo en mi con este particular trío, una de ellas se pega a mí y deja caer mi bata al suelo, estoy a punto de decirle que la haré recogerla con los putos dientes, pero antes de que pueda decir algo lleva su lengua a mi sudado cuerpo. La pelirroja se acerca e intenta besarme yo simplemente alejo mi boca, nadie me besa a menos que yo quiera hacerlo — mi nombre es Mindy — la tomó del cabello y ella gime la hago agacharse y está a la par de su amiga ambas trabajando en mi polla. Cuando han conseguido mi erección prácticamente ellas hacen todo, turnarse, penetrarse, lo cierto es que no logran ponerme tanto como quisiera, una a una las despacho tienen su dosis de este demonio por esta noche. — El mejor sexo que he tenido en mi vida — dice una de ellas, no sé su nombre y la verdad no me interesa saberlo, las dejo solas y entro a la ducha, me doy cuenta que Tyler ya tardo en regresar, dejo caer agua rápidamente y me cambio no me doy tiempo de secarme por completo, mi cabello aun gotea. Para cuando salgo ellas ya no están. — Dillion no me permitió entrar hasta que tu trenecito se fue — está molesto y yo solo sonrió. — ¿Acaso querías ver? — Me burlo — ¿dónde está mi encargo? puedo apostar a qué no era ninguna de ellas — demando mientras llevo un cigarro a mi boca y mi amigo se acerca a prenderlo. — Esa mierda va a matarte Scott ¿lo sabes verdad? — Hecho el humo en su dirección aunque no lo suficientemente cerca — bien la chica bonita se negó a ir tu pent-house, ¿cuáles fueron sus palabras exactas? — hace una mueca como de estar pensando — ¡a si! "dígale al señor James que no estoy interesada" — mi amigo sonríe burlón y yo quiero patearlo, si no fuera por lo mucho que lo quiero lo hiciera. — A Scott James nadie le dice que no — apago el cigarro en cualquier parte ni siquiera, busco un cenicero. — Pues parece que esa chica ya lo hizo — mato con una mirada a Tyler y salgo furioso de mi vestidor, mis pasos van directo al palco platino, esa niña va a saber quién demonios es Scott "Demon" James. Ingreso muerto del coraje al palco y logro ver como dos chicas giran su vista a mí, y en ese jodido momento la veo, no solo es bien parecida es un puto ángel, lleva su lengua a sus labios como si saboreara algo y lo único que puedo pensar en que yo pudiera saboréalos mejor. — ¿Tú nombre? — En mi voz hay demanda no petición, ella enarca una ceja y guarda silencio — te he preguntado por tú jodido nombre — mi vista esta fija en ella y me la sostiene, niñita no te hagas la valiente conmigo. — Es Amelie — contesta la chica rubia que está a su lado — Amelie Rodhes — ¡no me jodas! hasta su nombre es peculiar. — Amelie Rodhes — repito y saboreo su nombre en mi lengua — ¿se puede saber por qué jodidos no estas interesada en ir a mi pent-house? — me acerco, le acecho ella lleva un par de sus delicados dedos a sus labios, los está pellizcando. Tyler llega a la habitación y suelta el aire contenido en sus pulmones. — No sé qué se esté creyendo usted, pero simplemente no me interesa ser una parte más de cualquiera que sea su juego — cruza sus brazos y puedo verle más detenidamente. — Créeme bonita adoraras jugar conmigo — guiño un ojo — ahora mueve tu lindo trasero o te lo juro que te cargare como un costal — su mirada me reta y mi sonrisa se hace grande, no hay un solo reto en esta vida del que no saque beneficio y sé lo mucho que me puedo entretener con esa hermosa y deliciosa boquita. — ¿Quién se cree que es para hablarme de esa manera? tanto golpe lo ha dejado mal que no entiende que no estoy interesada — me pelea, tiene agallas. Y eso me gusta. — Te vienes conmigo si o si — ella niega, ninguno da un indicio de querer ceder.
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