Prólogo
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Nowe
Ella sonríe.
Puedo ver la satisfacción y la maldad asomarse detrás de esa sonrisa inocente; ella disfruta este momento se nota en la forma en la que me mira y en la que juguetea con el móvil entre sus manos. ¿Cómo pude ser tan idiota para dejarme atrapar de esta manera? Si el contenido de ese celular sale a la luz, estaré perdido.
—¿Qué dices? —Pregunta después de un largo silencio.
—No. —Las respuesta sale automáticamente de mi boca, me niego a dejarme manipular por una novata como ella.
¡Jamás!
Se encoge de hombros y teclea algo en su celular para después mostrarme la pantalla. Palidezco en cuanto la miro.
—Me pregunto que dirá el señor Acker cuando vea esto en la junta directiva. —Froto mis sienes intentando calmarme, debo ser razonable y llegar a un acuerdo con esa pequeña chantajista antes de que sea demasiado tarde.
—Está bien —digo con pesadez. —Haré lo que pides.
Su sonrisa se hace cada vez más grande tal y como una niña que obtiene lo que quiere.
—¿Cómo sé que cumplirás con tu palabra? —Una de sus cejas oscuras se alza ligeramente.
—¡Tienes un jodido vídeo mío haciendo un striptease semidesnudo! —Grito .—¿Acaso crees que sería tan idiota como para engañarte?
—Touché.
—Debes prometer que no le mostrarás esto a nadie —digo intentando no sonar desesperado. —Entonces ¿tenemos un trato?
Ella asiente y extiende una mano. Por en momento dudo en tomarla, pero ¿qué opción tengo? Estrecho su mano.
—Trato —dice sonriente. —Será un placer trabajar con usted señor Moltoni.
No estoy seguro que consecuencias me traerá este estúpido acuerdo, pero lo único que sé es que mataré a William por haberme pedido que le hiciera ese maldito favor.