Capítulo II

3767 Palabras
Lucia se rio falsamente –Siempre tan gracioso mi hijo, no le prestes atención le lanza piropos a todas las mujeres que se le ponen por delante –Salvador termina de bajar la escalera. -Solo estoy siendo sincero nada más, entonces bienvenida a la casa, puedo acompañarte a tu cuarto si lo prefieres. -No hace falta Salvador, ella no necesitará ninguno de tus “buenos modales”, vamos –La sigo, llegando por un pasillo que no se ve tan lujoso como el resto de la casa y mostrándome la habitación notó que tampoco combina con el resto de la casa, contiene una cama individual pequeña con un cajón en el lado derecho y tiene una puerta al final donde supongo que se encuentra el baño. -Bueno como verás la habitación no es tan bonita pero es mientras te acomodamos la otra habitación. -Tranquila señora Lucia no hay problema con que me quede aquí el tiempo que sea necesario. -Tú siempre con tus buenos modales Beatriz, por eso me conquistaste desde la primera vez que conversamos, y no me digas Señora, dime Lucia –Se detiene en la puerta antes de irse –Sobre mi hijo disculpa que sea así de bromista pero bueno es que eres una chica profesional y sabrás lidiar con ese tipo de cosas, no es la primera vez que intenta seducir a una de las chicas que trabaja aquí pero bueno chicas con ansias de dinero hay en todos lados ¿no es cierto? -Sí y que completa falta de respeto combinar el trabajo con algo más allá. -Tu si sabes de lo que hablo Beatriz, tú no eres como las demás, me gustaría algún día conocer a tu familia. -Que le digo señor… Beatriz –Corrijo –Mi familia se encuentra muy lejos pero mi mama estará muy contenta al decirle lo bien que me están tratando aquí. -Saludos a ella, y de nuevo bienvenida le diré a uno de los escoltas que te lleve a buscar tus cosas. Ya regreso –Cierra y me tumbo en la cama pensando que hacer para que no me lleve uno de sus escoltas a mi apartamento, si debía inventar algo, cualquier cosa lo haría. Pero ¿Qué sería suficientemente creíble? Unos instantes después llega diciéndome que ya tiene el escolta listo para llevarme. Lo único que se me ocurre es darle otra dirección que me deje relativamente de mi apartamento si llevarme exactamente allí. Eso hago, lo llevo a una las residencias cercanas hasta poder escabullirme por la parte de los apartamentos y apurarme antes de que se le ocurra irme a buscar. Cuando llego descanso un rato antes de hacer las cosas para la cena. En lo que termina la señora Lucia me presenta a su esposo Ramiro, un señor mayo con barba que contiene canas que sobre salen de ellas y de ciertas partes de su cabello marrón claro, me clava sus ojos azules y me escruta con la mirada de arriba abajo. -¿Cuál es tu nombre? ¿Beatriz qué? -Beatriz Rosalez –Frunce el señor al escuchar ese nombre. -¿Cómo dices que se llama tu madre? Es que ese apellido me trae malos recuerdos. -Ramiro no creerás -Le estoy preguntando a Beatriz. -Lila –Sabia que mi mama se había cambiado su verdadero nombre hace años. -Ves, te digo que esta chica no tiene absolutamente nada que ver con ese hombre con el que estas obsesionado. -Simplemente fue una pregunta y dudo que a la señorita Beatriz le haya molestado. -En absoluto. -Beatriz siempre tan decente. Esperemos que nos dure –Me despido para luego irme a mi cuarto. Me quedo hablando con mi hermano y mi madre un rato hasta que veo que todas apagan las luces y decido pararme a la cocina por un vaso de agua. Hace frio y me quedo mirando la ventana del patio tomando agua pensando sobre lo que dijo el señor Ramiro sobre el apellido Rosalez si hablaba de mi papá o algo al respecto debo tener cuidado, ¿me estoy metiendo acaso en la boca del lobo? O ¿simplemente será casualidad? No termino de hacer de mis conclusiones cuando una sombra detrás de mi me sobresalta haciendo que le eche el vaso de agua encima. Me quedo mirando  su camisa gris empapada y subo la cara. Es Salvador que me mira como si no hubiera pasado nada. -No era mi intención Beatriz. -Tranquilo, disculpa de todas formas –Tomo un trapo y se lo doy, pero Salvador parecer ser hacer algo más sencillo, prefiere quitarse la camisa marcando así su cuerpo tonificado, el cual tiene un tatuaje en el lado derecho del brazo que no logro distinguir del todo porque aparto la mirada rápidamente. Salvador toma el trapo y me guiña el ojo. En gesto de agradecimiento ¿Qué es lo que pretende exactamente? Solo llevo un día en este lugar y no vine para hacer amigos precisamente. -Bueno supongo que me iré a dormir. Buenas noches. Disculpe lo sucedido. -No te preocupes fui yo el que te asusto en primer lugar –Camino saliendo lo más rápido posible de la cocina. -Por cierto Beatriz –Me volteo – No sé si mi mama te comentó, pero tendré una fiesta aquí en la casa en unos días y bueno quiero que la comida para los invitados sea sumamente buena tanto o más que la que hiciste hoy ya que vienen ciertas personas importantes te lo digo para que te pongas de acuerdo con Agatha y Silvana sobre lo que harán. -De acuerdo, ¿Cuánto días tengo? -Dos y son unas 500 personas –Frunzo el señor lo que hace reír a Salvador –Es broma, pero si serán unas 100 alrededor. -¿Ya Agatha y Silvana tienen algo preparado? -¿Te cuento un secreto? –Hace señas para que me acerque, lo hago poco a poco –Agatha y Silvana cocinan horrible, son un desastre en la cocina y simplemente están aquí porque mi madre les tienes aprecio –Se acerca lo suficiente para que quiera dar unos pasos hacia atrás –Así que contratamos banquetes para este tipo de cosas pero contigo aquí supongo que ya nos podemos organizar mejor. No nos gusta la gente desconocida. Así que esta será como una prueba mayor de mi parte para ti –No respondo -¿Es demasiado? -Me he encargado de organizar más cosas. Pero no con tan poco personal y en tan poco tiempo. -Tómalo como una pequeña prueba –Asiento -Buenas noches.   ***** Me preparo a la mañana siguiente para conversar con Agatha y con Silvana sobre el banquete que haremos, ninguna luce muy entusiasmada por el hecho de cocinar para 100 personas y lavar todo eso, menos. Agatha y Silvana hablaron sobre eso con la señora Lucia y simplemente la señora Lucia se limitó a decir que nos pagaría más si era posible. Pero que no quería personas desconocidas aquí, ¿Por qué tanta obsesión con eso? Entiendo que tengan dinero a causa de sus inversiones y su gran empresa de autos en la cual le va muy bien en el país, pero no le veo mucho problema a pedir un par de ayudantes, que nos ayuden en la cocina. -Solo contrataremos meseros que son de total confianza –Se limitó a decir –No escatimes en costos de comida, tendremos algunos inversionistas en la fiesta. Agatha, Silvana y yo, no solo estuvimos cocinando el desayuno, almuerzo y cena de esos días, sino que también estuvimos comprando todo lo que había falta para ese día. La señora Lucia no se veía muy preocupada por los altos costos que debía pagar por todas las recetas que incluía en el menú e incluso les agregaba. “De tomar pediremos esto y lo otro” a medida que iba llegando lo íbamos guardando. Me preparaba mentalmente para levantarme ese día temprano para cocinar todo, no empezaba a sentir que la cocina no era lo suficiente grande para toda la comida que tenía que salir. Decido que si quiero hacer esto debo organizar a Agatha y a Silvana lo mejor posible, las hago dejar todo picado y limpio el día anterior para que hoy solo tengamos que concentrarnos en cocinar, Agatha y Silvana sacan muchas ollas, mas de las que hubiera pensando que tenían en aquella casa y me comentan que también debías hacer banquetes así antes pero con menos de 100 personas y siempre solían tener algo de ayuda extra con algún servicio que contrataba lucia. -¿Últimamente la señora está muy preocupada con la idea de que entren desconocidos a la casa no Agatha? –Pregunta Silvana. -Sabes que a veces hay temporadas así, nuestros jefes ya saben tienen ciertos enemigos simplemente por no querer hacer negocios con ciertas personas, cosas de millonarios. -Sin embargo para hacer un banquete de 100 personas –Digo. -Toman sus precauciones para ese tipo de cosas ninguno que no tenga entrada pasa. -Bueno si pero aumenta las posibilidades en todo caso. -Hasta ahora no ha pasado nada en alguna fiesta antes, Ramiro y Lucia están muy pendientes de eso. La tarde empezó a pasar bastante rápido y apenas nos quedó tiempo para hacer el postre. Una tarta de flan con galletas y chocolate, bandejas y bandejas salían sucias por montón, definitivamente no iba a dejar a Silvana y a Agatha limpiando todo solas. Empezaron a entrar coches por el gran portón y me preguntaba cómo iba a caber tantos carros juntos en el estacionamiento ¿era lo suficientemente espacioso para todo? Por la ventana también salían las personas que se veían como si fueran todas a una gran gala, vestidos largos y trajes que se veían costosos lucían por todo el sitio, solía ver personas así para eventos especiales pero ¿qué estaban celebrando hoy exactamente? Lucia entro a la cocina viendo mi expresión por la ventana y pareció saber lo que estaba pensando. -Vienen para hablar de negocios y terminar de cerrar uno que acabamos de cerrar con una concesionaria de carros –Me dijo –Por eso vienen tan elegantes. -Si solía ver personas todo el tiempo así en Argentina pero en eventos especiales, los restaurantes en los que trabajé todo el tiempo solían ser alquilados para ese tipo de cosas. -Si nosotros sin embargo por seguridad preferimos no hacerlo en uno, últimamente estamos recibiendo demasiadas amenazas –Me concentro mas en lo que acaba de decir –Y bueno no quiero asustarte o algo por el estilo pero hace poco rechazamos un negocio y desde ese momento nos ha llegado sobres con amenazas dentro e incluso atacaron a algunos escoltas cuando estaban de regreso a su casa por lo que tuvimos que triplicar la seguridad, pero en fin de cuentas ese el problema de tener dinero a veces. -La gente es rencorosa a veces… -Sí, no veo porque simplemente no pueden olvidar el pasado, suelo decirle eso a mi esposo mucho pero el también es así… Por cuentas del pasado y fantasmas que ya no existen ¿Sabes? -Esas cosas solo suelen dañar a las mismas personas. -Exacto si no hay que preocuparse de eso, no tiene sentido. Espero que algún día Ramiro lo entienda –Observa el flan que estoy terminando de decorar –La comida se ve estupenda, Agatha me dio a probar esa lasaña con ensalada cesar y debo decir que estoy segura que a los invitados les encantará –Se dirige a los meseros indicándoles lo que deben decir, como servir, etc. Empezamos ahora a difícil tarea de limpiar todo y pensar que luego debemos limpiar lo que coman  los comensales. Eran las 11 de la noche cuando se escuchaba la música alta, más alta de lo que estaba antes, música tecno, empezaba a ver personas en trajes de baño y cada vez llegaban mas platos sucios a la cocina, una que otra personas ya se habían ido a su casa y otras simplemente se hallaban conversando tranquilamente en el patio. La señora Lucia entro en un momento de aquella noche con unas cuantas amigas que me presento. -¡Les presento a mi ángel de la cocina Beatriz!  -Dijo gritando mientras sostenía una copa de champan en la mano, sus amigas no parecieron prestarles mínimamente atención ni ella ni a mí, se veían igual de borrachas que ella, salieron todas gritando de la cocina mientras Lucia se llevaba otro plato de lasaña sin tomar algún cubierto. Seguro eso no la detendría. Cuando lavamos la gran parte de los platos, cubiertos y ollas, les dije a Agatha y Silvana que ya nos podíamos ir a descansar, se veían agradecidas por mi ayuda con eso y simplemente lo que quedara lo limpiaríamos mañana temprano. Lucia con lo borracha que estaba seguramente ni notaria que quedaba algún plato sucio por ahí. Los meseros se fueron a su hora según sus instrucciones, tenía la sensación de caminar por el patio simplemente para ver quien quedaba borracho por ahí y en qué estado estaba, en definitiva lo que más sobro fue alcohol. Me quede viendo la ventana a ver si pasaba alguien cayéndose o algo por el estilo, sin embargo no pasó y me rehusé a irme a mi cama  a dormir, en esos escuchaba la voz de un montón de chicos borrachos lo que me hizo sentir algo incomoda al estar sola. Entraron a la cocina unos 3 chicos ebrios con dos chicas a cada lado en traje de baño, ninguna de las 3 se veían como las chicas elegantes que entraron hace rato, ¿Realmente lo eran? ¿Eran striptease acaso? Estaban totalmente sumisas antes los tipos que les ofrecían mas trago y ella simplemente asentían con una sonrisa tonta mostrando más sus atributos, me pareció ver un pezón salir por ahí. Preferí caminar rápido a un lado de la cocina para salir lo más rápido posible de ahí antes de hallarme en una situación aun mas incomoda, en eso uno de los chicos me aborda, se veía más imponente con las dos chicas rubias operadas que tenía a los lados. -Chica ¿Dónde tienen por aquí el vino? -¿Vino? Al no encargarme de las bebidas no tenía idea de donde era la habitación donde guardaban las bebidas, los meseros solo las traían de alguna parte y las servían en la cocina, si quedaban mas o no, no tenía idea, mire alrededor para ver si por casualidad quedaba alguna por allí, si tan solo Agatha y Silvana se hubieran quedado un poco más. -Emm, no quedan más. -¿Cómo que no quedan más? En esta casa hay una habitación solo exclusivamente para el vino, y otra exclusivamente para las bebidas… Espera yo no te había visto antes ¿Eres nueva aquí? ¿Cuándo comenzaste? Me miro de arriba abajo. -Unos días. -Excelente pues bueno mira al final de aquel pasillo, bajando al sótano donde debes también dar una vuelta que no recuerda bien si era a la derecha o izquierda, bueno tú ves allí… O simplemente te acompañare. -No me digas que ahora tienes sueños sexuales con la de servicio, Fernando –Dijo riendo uno de los chicos mientras una de las chicas que traía lo empezaba a besar por el cuello y los otros de sala reían. -¿Podemos ir contigo? No nos queremos quedar solitas –Le dijo una de chicas rubias mirándome con recelo, mientras le tocaba la punta de la nariz. -Ya regreso con ustedes chiquitas –Dijo besando a cada una en la boca, las soltó y me indicó como era por el pasillo. -¿Qué tal trabajar con los Zwart? -Hasta ahora me ha ido bastante bien, bastante trabajo pero bien. -Si suelen ser bastante exuberantes déjame decirte –Sus amigos y las chicas venían detrás de nosotros y se sentaron en la sala por la que estábamos pasando, Fernando me señalo una puerta color marrón que quedaba al final de la sala, la abrió y una escalera gris peligrosamente pequeña se veía sobresaliente. -¿Qué crees que haces Fernando? –Resonó la voz por la sala de Salvador, que llegaba con otra chica igualita a las demás, solo que color de pelo rojo -Le enseño a la chica nueva donde se buscan las bebidas. -Yo pienso que Fernando simplemente se quería quedar a sola con la señorita –Dijo el mismo chico que hizo el anterior comentario, el otro chico que se veía más joven que todos lo que estaba en la sala se limitaba a reír. -No te molestes Fernando yo acompañare a Beatriz. -Beatriz luego si quieres puedes unirte a nosotros. -Disculpa a Orlando esta borracho –Me dije Fernando. -Ahora resulta que le pides disculpas a las de servicio –Ríe Orlando. Fernando en cambio se sentó en el mueble otra vez con sus dos chicas rubias y la pelirroja se sentó a un lado para esperar a Salvador. Salvador me invita a bajar y lo hago muy lentamente si no quiero terminar rodando por la escalera, me pregunto cómo harán los meseros. Bajamos a algo que parece un bunker secreto con paredes grises que tiene un pasillo largo con varios cuartos, llegamos a uno que parece igual que todos los demás, Salvador entra y veo un montón de estantes con cientos de vinos encima de ellos y cajas de madera con el mismo contenido. Se parecen a los almacenes donde guardaban el vino en los restaurantes. Salvador empieza a hablar sobre los tipos de vino que le gustan y empezamos a compartir nuestras distintas opiniones. Interrumpo la conversación para señalar un vino, que es de mis favoritos y casi no se consiguen. Está en el suelo en una caja de madera llena de ellas, lo sujeto como si lo estuviera buscando por años. Salvador tiene unos vinos marca cerecer en la mano, el cual compartimos la misma opinión en que tiene un sabor dulce y empanizado y que el de manzana es el mejor. -Chateau Climens Barsac 2013 –Digo. -Uno de los mejores vinos del mundo, sí –Responde Salvador -¿Quieres probar un poco? -¿Podría? No creo que a la señora Lucia le agrade mucho… -No tiene porque enterarse y si lo hiciera tampoco creo que te diga mucho, eres como su ángel en todo caso –Salvador deja los vinos cerecer en el suelo para tomar uno de los vasos de vidrio que se encuentran apilados en uno de los estantes. Salvador abre el vino con bastante facilidad y me entrega un poco en vaso. Lo observo con duda, espero no afecte mi trabajo de alguna forma. Salvador se sirve  un poco el, choca su vaso el mío y toma un trago. Yo hago lo mismo, sin apartar mis pensamientos de si esto me traerá alguna consecuencia. Salvador se recuesta en un estante. -¿Entonces que hace una extraordinario chef graduada en una de las mejores universidades de Argentina en un lugar como este? -Simplemente ahorrando para empezar mi propio restaurante. -No creo que la paga en Argentina fuera mucho menos que te pagan aquí. En esos restaurantes pagan muy bien. -Con lo que me pagaron, hice una inversión en un pequeño local con mi familia hace un tiempo, no me va mal pero quisiera empezar a tener algo más céntrico y con la paga de aquí puedo pensar en mas planes con dicho local o tener otro en otra zona y dejarle ese a mi familia. -¿Vives con? -Mi, mama, mi tía y mi hermano –Me encojo de hombros. -Se sentirán orgullosos de tener una hija tan sobre saliente como tú, yo en cambio aun pienso para que soy bueno. -Supongo que para continuar el legado de tu padre. -No confía lo suficiente en mí como para darme más campo en la empresa, dice que debo estudiar pero la verdad no le veo sentido cuando básicamente sé cómo funciona todo en esa empresa. -En algo debe ayudarte, la universidad solo te dará ciertas herramientas. -Herramientas que ya poseo –Me encojo de hombros. Salvador se recuesta más en los estantes tumbando una botella de vidrio al acomodar el pie; una de las cerecer, nos quedamos mirando los restos de vidrio y el liquido derramado me echo a reir, a lo que Salvador también se une. -Si mi mama no estuviera tan borracha estaría preocupado –Dice tomándose de un solo trago el vaso de vino y sirviéndome otro. -Quizá debamos limpiar esto. -Si debemos hacerlo. Nos tomamos unos cuantos vasos de vino y salimos por una escoba y un trapeador. Salvador va recogiendo poco a poco los vidrios con la escoba y la pala, luego yo con el trapeador limpio el cerecer derramado. -No puede ser, era el último sabor manzana –Coloco una mueca de tristeza. -Es una lástima, no estaba destinada para que te la tomaras. Escuchamos unos pasos provenientes de las escaleras. Salvador y yo nos alarmamos, Salvador cierra la puerta rápidamente y me señala con el dedo que me mantenga en silencio. Si la señora Lucia me ve aquí seguro tendremos que dar muchas explicaciones. -Apagare la luz –Salvador dice en susurro. -¿Qué? –Salvador nos deja totalmente a lo que me quedo paralizada intentando no moverme pensando que podía pisar y derramar otra de las botellas. Esto definitivamente no se vería nada bien. Escucho los pasos cada vez más cerca, siento una mano rozándome la muñeca Salvador me está llevando a una esquina del cuarto, ocultándonos detrás de un estante. Que carajos estoy haciendo, no debería ocultarme si en realidad no estoy haciendo nada. Los pasos poco se van acercando y siento la mano de Salvador rozando mi muñeca y subiendo poco por mi brazo, siento que me acaloro y mi piel empieza a erizarse. Los pasos parecen caminar descuidadamente por el pasillo sin abrir ninguna puerta. La respiración de Salvador me pega en la nuca, cuando se escucha a alguien abriendo la puerta. -Agáchate –Me susurra Salvador en toda la oreja, mientras sus manos se colocan en mi cintura. Obedezco y ambos nos agachamos, siento el cuerpo de Salvador peligrosamente cerca. Sin quitar sus manos mi cintura parece apretarla un poco contra él, quizá son imaginaciones mías. Se abre la puerta y se enciende la luz. Abro bien los ojos esperando que no sea Lucia la que esté detrás de la puerta. Me equivoco, la voz de Lucia nos llega a los oídos. -¿Salvador?        
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR