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Tener una vida perfecta e intachable, ser la hija perfecta ante Gabriela Erwain y Marcus Brown, ser la hermana menor y recatada del perfecto Maximiliano, ser una de las estudiantes de economía más resaltada en su último año, pero ¿esa era yo?, yo Alison Brown, pues si, en parte si, gran parte del día, pero por las noches no, por las noches soy la reconocida Mandy, del Bulevar Chanson, soy la cantante principal, nadie me conoce en realidad, digamos que soy la estrella secreta del lugar, también soy la dueña de este, eso también es secreto, porque la persona que la administra era la antigua dueña, cuando llegue por primera vez al lugar ella tenía muchos problemas económicos y me decidí por comprar el lugar, pero con la condición de que ella siga al frente del lugar, además yo administraba las ganancias y todo ella era solo una especie de fachada, además cumplía muy bien con su papel, ella no habría logrado salir de este mundo.
Por las noches de la poca ropa que uso es normalmente provocativa, además de mi acompañante fiel, el antifaz, nunca muestro mi rostro, nunca me voy con un cliente, mi local, es donde los hombres vienen a vernos cantar y bailar, es un burlesque. En ocasiones si las muchachas quieren pueden irse a con ellos, solo si ellas lo desean, además si se presentan problemas cuento con un gran esquipo de seguridad.
Por el contrario, en los días soy simplemente Alison, una joven recatada, y cuando me refiero a recatada, es que uso ropa muy holgada que oculta mi figura y que no es por alardear es linda, es decir tengo grandes pechos, una pequeña cintura y un trasero grande, mi cabello es igual al de mi madre, mis ojos azules iguales a los de mi padre, mi piel es trigueña clara, mis labios son carnosos. También uso lentes, normalmente llevo mi cabello tomado.
Quizás se pregunten ¿Por qué no le digo a mis padres lo que quiero?, pues por que ellos son muy recatados, son dos doctores magníficos y destacados, mi hermano siguió sus pasos y estudio medicina, especialidad en pediatría. Son muy correctos y no sabía cómo decirles que me gustaba bailar y cantar. Por lo que decidí seguir el camino de la economía, para trabajar en la empresa familiar, no los quería defraudar, ellos son muy buenos padres, son cariñosos y amables por eso temo que sepan mi secreto.
Pero me encanta mi vida, por las noches puedo ser una mujer libre, hacer lo que me apasiona y por las mañanas soy Alison Brown, una mujer rica, la mayoría en la universidad lo saben, saben que mi familia es una de las más ricas en Chicago, de la muerte de mis queridos bisabuelos heredamos el cincuenta por ciento de los bienes, y realmente ellos eran muy ricos, mi herencia en especial fue su isla, la verdad hace muchos años en lo que no voy a la isla, con los estudios y mi trabajo no me queda tiempo.
Hoy es un día en el que tengo que correr, hoy llega Adam, el vecino, es decir el hijo de los amigos de mis padres, se fue a estudiar a Londres hace un año, digamos que nuestra relación se basaba en que yo era la hermana fea de su mejor amigo, y si, Maxi es el mejor amigo de Adam, creo que él es un arrogante en realidad, sus padres son todo un amor, pero él, prefiero no verlos y no es que me allá lastimado, noes que estuviera enamora de él siendo una adolescente, no, no es eso.
En este instante ya estoy atrasada para ir a la cena, como dije soy duela de un club nocturno y justamente hoy tenia que firmar unos papeles de los productos que llegaron. Menos mal ya estoy cerca de casa, me estaciono y me pongo el vestido beige que es como un suéter suelto super largo, me tomo el cabello en un tomate y busco mis lentes de la guantera y ya estoy lista como Alison, la perfecta y recatada.
Termino de conducir hasta casa, en la cual ya deben estar todos, estaciono rápidamente el auto en el estacionamiento de la casa y me bajo apurada, pero me percato de un detalle, las pantis, de esas que son sexys no me las saque y estoy con tacones altos, estaba por subir mi vestido cuando escucho a mi espalda su voz.
–¿Alison? –dice esa voz grabe que te hace mojar las bragas.
Me pongo recta y me giro en su dirección, esta con una polera blanca media manga, que era lo bastante amplia para dejar su cuello al descubierto y usaba unos jeans negros mire hasta ahí, osino sería muy notorio–Adam, ¿Cómo estás? –mejor que t... –se ve interrumpido.
–Hija–dice mi madre al verme– Adam– dice con su dulce sonrisa– pasen.
Ingresamos a la casa y saludo a el señor William, señora Jimena y los guapetones de sus hermanos dos gemelos que están uff..., que calor, ellos son tan guapos, sí sé que son mayores, pero no dejan de estar guapos y ese estilo de chicos malos que tienen los hace más interesantes.
–Disculpen me retiro por un momento y vuelvo de inmediato–digo con una sonrisa simple y salgo de la sala,
Subo a mi cuarto que queda en el segundo piso en el ala contraria a la de mis padres, ingreso tan rápido y me deshago del aburrido vestido que traigo puesto, quedando solo en ropa interior, un conjunto n***o que me encanta, me retiro los tacones y me saco las pantis.
Busco en mi closet un vestido similar al que tenía, pero color blanco, me pongo unos tacones bajos y arreglo un poco mi peinado, me agrego un poco de mi perfume floral y bajo nuevamente.
Al llegar las miradas se centran en mí, lo que me hace dudar si estaban hablando de mí.
Me siento al lado de mi hermano, el cual pasa una mano por mi hombro y me sonríe.
–Hija, te tenemos una buena noticia– dice mi padre alegre– como ya estas terminado tu carrera queremos que inicies a trabajar en la empresa con Adam, la de sus abuelos, ambos estrían a cargo.
¿Yo trabajar con Adam, con ese engreído?, espero que mi cara no este expresando lo que siento en estos momentos.
Adam
Y aquí se encuentra finalmente el señor Adam, ósea yo, tengo que volver a casa de mis padres, a hacerme cargo de la empresa de mis abuelos, bueno, de las personas que le dieron la vida a mi padre, no les tengo ni una pisca de respeto, créanme que se la historia de mis padres y cuando me entre de lo que le hicieron a mi padre al rechazar a la mujer que amaba y a su hijo, ósea yo, solo porque mi madre no era rica, para mi esas personas que en algún momento pensé que eran los típicos abuelitos cariñosos se convirtieron en una basura, de que sirve el pedir perdón en los últimos momentos de sus vidas, solo para irse con su conciencia limpia.
Para mí solo son los tipos que me dejaron de herencia una empresa, por mí habría mandado todo al carajo, pero como dice mi abuelo Miguel “a caballo regalado no se le miran los dientes”, esas personas no están en este mundo así que yo a trabajar.
Luego de un año asiendo un magíster en economía en Londres finalmente estoy en Chicago, de que voy a extrañar Londres, lo voy a hacer, porque lo pase increíble, fiestas, sexo ocasional, alcohol y drogas. Pero desde hoy tengo que cambiar eso o al menos la mayoría, si quiero ser un profesional en mi trabajo lo tengo que hacer.
Lo primero que hago al llegar es ir al hospital a saludar a mi madre, es un hospital muy amplio y con los años ha ido creciendo, el señor Marcus y la señora Gabriela son los dueños, ellos son los vecinos y amigos de mis padres, dato curioso en las formas que se conocieron todos, camino al área de ortopedia y cuando llego la veo corriendo con un paciente que tiene la pierna doblada en dirección contraria a la que debería.
Ella me ve y me lanza un beso, se lo respondo con un giño y decido irme, seguramente se va a tardar un par de horas en la cirugía. Así que pregunto por alguno de los que están en su especialidad para dejarle el recado que la espero en casa.
Me fui directo a la mansión, le pague al taxista y me baje del auto, el ver la mansión de al frente me hace recordar automáticamente a mi amigo, estuve en el hospital y no lo fui a saludar, pero aparte de él me acuerdo de su hermana, la monja, es que se viste de unas maneras, que realmente recatada, como del siglo pasado, si es que no más atrás, ella es muy tímida, tanto así que me causa gracia. Digamos que crecimos juntos, yo siempre iba un año delante de ella y varios atrás de mi amigo, la monja, pero la tendré bien cerquita, vamos a ver que tan moja es.
Al ingresar a la mansión solo estaban las muchachas encargadas de hacer el aseo y comida, subí rápidamente a mi cuarto luego de saludar, saco la ropa de mi bolso y la meto en el armario, luego me voy a dar una ducha, mientras lo hago pienso en que me tendré que ir de compras ya que no tengo muchos trajes.
Me pongo una polera blanca y unos jeans negros y mis zapatillas blancas, luego bajo y como algo de lo que me prepararon, me siento luego con mi laptop viendo algo de información de los trabajadores de la empresa, me lleva gran parte del día en esto, cuando escuchó un auto llegar, deben ser mis padres, mi padre siempre pasa a buscar a mi madre, me pongo de pie y voy a la entrada.
Y si son ellos, al bajarse los abrazo, mi madre se emociona al verme, mi padre me da un abrazo de oso.
–Madre hoy te vi corriendo a lo Meredith Grey–digo riendo.
–Quería correr a abrazarte, pero ya sabes el deber llama.
–Por eso te admiro madre– le doy un beso en su frente y nos vamos abrazados hasta el interior de la casa. Nos tomamos un café mientras platicamos de vi vida de Londres, por razones obvias le cuento solo lo bueno.
–Hija estamos invitados a cenar al frente–dice mi madre– Gabriela va a organizar una cena para ti.
–¿De verdad?
–Si y no le digas nada feo a Alison –dice mi padre muy serio.
–¿Yo? –digo extrañado.
–Si tu–dice apuntándome – a veces ofendes sin darte cuenta.
–Bueno tendré cuidado– digo levantando las manos.
–La cena será en un par de horas, nosotros iremos a descansar– dice mi madre estirándose.
–Si iremos a descansar– dice mi padre con una sonrisa que me dice que no van a eso.
–A si seguro que irán a descansar–digo con un escalofrío en mi cuerpo, que sí, que estoy grandecito, pero no puedo soportar imaginar a mis padres tirando.
–Ve a descansar tú también– dice mi papá.
Ellos se van a descansar y yo decido salir en mi motocicleta, la voy a buscar en uno de los estacionamientos de la casa y la encuentro, mi modelo VR6 negra Racer HL, la limpio un poco, tomo mi casco, y salgo a recorrer Chicago, pasan el tiempo y decido volver a la casa. Se me había olvidado la cena con este paseo, ya esta oscuro al volver, pero en la calle que da a la casa veo el auto de la monja detenido, ella no me nota, la veo muy concentrada arreglando su vestido, luego peina su cabellera castaña en un tomate desordenado y luego busca algo a un lado y aparecen esos lentes feos de marcos grandes, ¿será que la monja no es tan monja?
Cuando veo que se pone al volante decido seguir a la casa y rápidamente guardo la boto, me arreglo un poco, me saco la chaqueta de cuero que había sacado de donde tenia la moto, y camino a la casa de mis vecinos, es cuando la veo a lo lejos mirándose las piernas, por lo que veo trae unos tacones con lo cuales nunca la había visto y también veo que se trata de subir el vestido, pero luego lo baja cuando me acerco por inercia.
–Alison– le digo más en un tono de pregunta, veo como ella me mira por completo, pero luego sube la mirada, y nos interrumpe su madre.
Pasamos, donde están mis tíos, mis padres, mi amigo y obviamente los padres de ellos, puedo ver como la monja mira a mis tíos con cierta lujuria, creo que soy solo yo quien se da cuenta. Luego ella se disculpa y sube a su cuarto, estuve tentado a ir con alguna escusa a su piso, ¿pero que iba a decir?, ¿quiero ir al baño?, no, no odia, pero algo me llamaba la curiosidad de ella y cuando algo se me torna curioso no descanso hasta resolver todas mis dudas.
–Hijo– dice mi padre tomando mi atención– te quería comentar que Alison esta terminando ya su carrera, economía y estuve platicando con Marcus que seria muy bueno que ella te acompañara en la empresa.
–Si, me parece bien – digo de inmediato.
–Cuidado sobrino, que a la princesa no se le toca– dice mi tío Nico en tono gracioso.
–A ver amigo, recuerda que se usar bisturí muy bien–dice mi amigo en tono irónico.
–Tranquilos, solo digo que está bien, la ayuda siempre es buena.
Seguimos platicando por unos minutos, luego vuelve ella, con un vestido muy parecido al otro, pero esta vez con tacones bajos, cuando paso por mi lado sentí su perfume y me atrajo, pero no fui el único, mis tíos que son unos mujeriegos igual le llamo la atención.
Durante la cena ella miraba el reloj de su mano, ¿A dónde quería ir? Es una de las preguntas que se me paso por la mente, la cena termino un poco lenta, los primeros en ir se fueron mis tíos, luego decidimos irnos nosotros. Ingresamos todos, pero yo volví y saqué mi moto sin encenderla a la entrada, tenia un presentimiento e iba a esperar en la entrada.
En un par de minutos la vi salir en silencio, llego un auto blanco y un hombre vestido de traje salió del auto para abrirle la puerta, no pude distinguir bien cual abrió, porque me tuve que esconder, lo que si pude ver fue que ella venia con el mismo vestido.
Espero solo tres segundos y salí con mi moto, ¿será su novio?, ¿tendrá novio la monja?, estuve siguiéndolos a la distancia, hasta que llegamos a un lugar, al que no había venido antes, era una calle con muchas luces y destacaba uno Bulevar Chanson, brilla más que los otros y es justamente donde se detiene el auto.
Ella se baja rápido y corre al interior, yo estaciono mi moto, en donde me encontraba y decido caminar en dirección al local, al ingresar hay guardias, desde afuera se puede escuchar música animada, pero al intentar entrar me miden mi tarjeta del club.
Les digo que no la tengo, pero la quiero conseguir, me sorprendo cuando me dicen las suma de la dichosa tarjeta, ya que es bastante elevada y las reglas también me sorprenden, dejar celulares en su casillero asignado, no tocar al personal a menos que se le permita, prohibido las armas.
Al final cuando pago y me hacen entrega de mi llave, paso a los casilleros, donde veo a otros hombres que se le nota la clase guardando sus teléfonos, hago lo mismo y al fin puedo ingresar al salón, la música es completamente clara e identifico que es un burlesque y me quedo más tranquilo al saber que no es un prostíbulos, pero aun así me sigo preguntando ¿Dónde esta y que es lo que hace en un lugar como este?, las mujeres sonríen, la mayoría anda con poca ropa, bueno imagínense un burlesque y podrán hacerse la idea, el lugar es elegante, se ve que la dueña tiene clase, me ano en una mesa individual y pido un vaso de whisky.
Se enciende el escenario y sale un hombre, vestido con un traje azul, al verlo todos voltean.
–Señores es un gusto volverlos a ver esta noche, ya sé que están esperando a la reina de la noche, pero ella se esta preparando–dice en tono de locutor y le sale muy bien.
Pero al decir eso se escuchan varios abucheos.
–Tranquilidad por favor, dejo con ustedes a las princesitas– dice esto y se retira del lugar.
Salen tres mujeres, e inician a bailar, suena una canción muy sensual, ellas se mueven y puedo ver la emoción de los hombres, la verdad no me llama mucho la atención, no niego que ellas estén buenas, pero no me sorprenden, por el contrario, no puedo dejar de pensar en la monja.
Escucho los escandalosos aplausos de todos, igual lo hago para no verme extraño, pasan unos segundos y todas las luces se apagan y luego se enciende al centro, donde solo hay una silla, todos se quedan en completo silencio y se escuchan unos tacones, solo eso basta para ver la emoción en los rostros de los demás, es cuando la veo, un cuerpo que te llama la atención desde el primer segundo y esas prendas de lencería negra se le ajustan tan bien a sus senos y ese trasero por ¡Dios!, es una mujer hermosa, ese cabello largo que cae en ondas, sus labios son rojos y sus ojos, no puedo identificar el color, pero me sorprendo aun más cuando escucho la tremenda voz que sale de su boca Something's Got a Hold On Me al estilo Christina Aguilera, la forma en que se mueve me deja hipnotizado, al igual que a todos los babosos que tengo a mis lados, creo que por algo es la reina.