–Me gusta la vista que tiene la oficina y los colores–digo girándome, en dirección a la ventana.
Él camino en dirección al escritorio con la silla blanca, lo observe en todos sus movimientos–ven te mostrare el movimiento de la empresa.
Voy hasta el escritorio y él enciende la laptop, me gira la silla para que me siente, lo hago y me inicia a mostrar la información de la empresa, balances, datos, socios de la empresa, entre otros.
Mientras lo tenía cerca el olor a su perfume inundo mis fosas nasales de forma placentera, es tan fresco ese olor exquisitos, definitivamente me encanta.
–¿Todo claro? –me pregunta sin mirarme.
Llevamos poco más de una hora revisando todo esto y solo superficial, pero con el tan cerca no me puedo concentrar a un cien por ciento, aunque todo lo que hemos visto está en mi mente, digamos que mi memoria fotográfica me ayuda mucho.
–Si todo claro, gracias.
–Cuando tengas tiempo estudia esto más a fondo pronto tendremos una reunión importante con un nuevo inversionista– se pone derecho y mientras camina a su escritorio me platica esto.
Yo sigo viendo informes y el en su mundo, aunque yo solo me concentré en lo mío, en ocasiones lo miraba para ver que hacía, pero él por lo que vi solo firmo algunos documentos que le trajo su secretaria y luego solo estuvo en su laptop.
Estaba tan integrada a la información que no me di cuenta de la hora, Adam se estaba poniendo de pie cuando me di cuenta, así que apague mi laptop y me puse de pie, eran las dos y media de la tarde, debía ir a almorzar si o si, de lo contrario después estaría con dolor de estómago más tarde.
Estábamos saliendo juntos de la oficina sin mediar palabra, llegamos a la puerta al mismo tiempo, el abrió cortésmente, y me dejo pasar, cuando estábamos caminando al ascensor en completo silencio, un incómodo silencio, sonó mi teléfono, en el identificador vi que era Nick. Conteste de inmediato.
De inmediato escuche del otro lado del teléfono.
–Hola, Ali, ¿Cómo estás? –habla nervioso
–Bien ¿y tú? –digo con amabilidad con tono amable.
–Bien, te quería invitar a almorzar, recordé que me comentaste que iniciabas a trabajar acá...
Lo interrumpo un momento.
–¿Acá?
–AAA sí, estoy debajo de la empresa, te quería invitar a almorzar y si–se le escapa una risa nerviosa–estoy abajo, al frente de la empresa.
–¿De verdad?
–Si, aquí estoy.
–Voy de inmediato Nick–digo mientras nos subimos al ascensor – ¿viniste en moto o?
–Si vine en mi moto, pero si prefieres podemos ir en... –lo vuelvo a interrumpir.
–No, claro que no, iremos en tu moto, me va a encantar ir en ella, ya ahora te cuelgo, nos vemos en un minuto.
–Está bien.
Nick, es un hombre muy guapo y tierno, él era becado en la universidad y cada día lo veía esforzándose, trabajaba después de clases, terminaba sus trabajos durante la noche o se levantaba muy temprano, esto lo sé porque la mayoría de las veces tenía ojeras o se notaba agotado.
En fin, es un hombre perfecto para cualquier mujer, a excepción de mí, la razón de esto es porque él es tan perfecto que solo podría tener una amistad con él y eso es lo que tenemos una amistad, no soy estúpida sé que el quizás pretenda algo más, pero siempre le eh dejado claro que solo pretendo una amistad.
Recuerdo que en un momento entre estos años él se me declaro, bueno, no fue una declaración a un cien por ciento, si no que me trato de invitar a una cita, a la cual me negué en ese momento le deje en claro que solo quería una amistad de su parte, al mismo tiempo le deje claro que no era por lo económico, temía que pensara que yo era de esas personas clasistas, pero comprendió y acepto mi propuesta de solo tener una amistad.
Salgo de mis recuerdos y me encuentro con Adam sujetado la puerta del ascensor, él a se encuentra afuera.
–¿Vas a quedarte todo el día aquí?
–Lo siento–camino para salir del ascensor y salgo a paso apresurada hacia la entrada.
Al salir veo de inmediato a Nick, corro hacia él y le doy un beso en la mejilla.
–Hola Ali–dice con una gran sonrisa
–Hola Nick, ¿Dónde iremos?
–A comer tacos, donde Juárez–dice con una gran sonrisa.
–Me encanta, vamos–digo tomándolo del brazo.
–Hermosa te debo contar algo-.
–¿Bueno o malo? –digo mientras caminamos a la moto que no está muy lejos.
–Bueno, creo que bueno–dice con su sonrisa nerviosa.
–Entonces esperemos llegar al restaurante.
–Obvio hermosa, en el restaurante lo hablamos–terminamos de llegar a la moto me extiende un casco n***o.
Nos subimos y acomodo de la forma adecuada mi vestido, el se fija en que este bien y partimos, mientras viajamos dejo mis manos libres en el aire, una de las cosas que me encanta es hacer esto, para mi es como si pudiera volar y ser libre.
(…)
–Ahora sí, cuéntame.
Después de haber comido tres tacos muy sabrosos al fin me va a decir lo que le pasa, desde que llegamos está muy nervioso y dijo que me dirá después de comer, por lo tanto, este es el momento.
–Esta bien..., te lo diré, pero no te burles– me apunta con su dedo en señal de advertencia.
–Obviamente que no, ya dime– le respondo ansiosa.
–La próxima semana me iré a Corea, me ofrecieron un trabajo y también hace unos meses inicie a hablar con una compañera que se fue de intercambio allá y se que puede sonar absurdo, pero le quiero pedir que sea mi novia, por medio de una videollamada– lo miro impactada, él esta sonrojado.
–¿Entonces te vas? ¿Cuándo? –digo con un poco de pena.
–Me iré el próximo miércoles.
–Pero no queda nada para eso...
–Lo sé, no queda nada, pero es una oferta laboral impresionante, no la puedo desperdiciar, además podre estar con Madison–dice con alegría y tiene una sonrisa genuina, lo que me deja claro que esto será lo mejor para él.
Lo otro que me casi me causa un poco de risa es el nombre de ella, Madison, por Mandy, pero trate de disimularlo.
–Tendrás que mostrarme una foto de ella– digo sonriéndole.
–Mira es ella– dice mostrándome una foto en su teléfono, es una mujer rubia muy guapa, se ve agradable.
–Es hermosa amigo, espero que seas muy feliz y que no me abandones.
–Eso nunca hermosa, estos días te visitare seguido, así que espero que uno de estos días podamos salir a cenar y otro día a almorzar.
–Claramente si, debemos aprovechar hasta el último día.
(…)
Este día no ha sido para nada agradable, primero me encuentro con el mal trato de la recepcionista hacia Alison, obviamente la despedí, no iba a tolerar ese trato de uno de mis empleados, luego la tediosa platica que le tuve que dar a Alison sobre los datos de la empresa, más tarde la revisión de documentos, ni siquiera me había dado cuenta de que ya era la hora de salir a almorzar, tome mis cosas, incluso le hable a ella, pero no me tomo en cuenta, por lo que vi estaba sumergida en la pantalla, es agradable saber que se interese tanto por el trabajo, cuando ya me encontraba tomado mis cosas para salir ella inicio a hacer lo mismo, mientras llegue a la puerta me di cuenta que ella venia, abrí la puerta y a deje pasar primero, no tenia ganas de platicar estaba cansado y la verdad no somos tan cercanos, pero como es su primer día debía invitarla a almorzar, sería muy descortés de mi parte no hacerlo, pero cuando justo le iba a platicar contesto muy alegre una llamada, por lo que escuche era un tal Nick, fui escuchando esa ridícula conversación hasta casi bajarnos del ascensor, después de eso ella salió corriendo y cuando llegue a la entrada me di cuenta de que al parecer es muy cercana con el repartidor del otro día, incluso se fue en una moto con él.
Me fui a almorzar solo a un restaurante cercano, ignorando lo que me decía alguna parte de mi conciencia de que los siguiera, no era que este celoso ni nada, sino que debía proteger a la hermana de mi amigo, además me gustaría averiguar que esconde esta monjita, pero no lo hice, si ella me descubriera seria muy raro, hasta quizás pensaría que estoy interesado en ella de una forma amorosa y eso nunca.
Almorcé unos ricos espaguetis al pesto y la curiosidad me estaba matando, ¿será ese chico su novio?, pero si recuerdo que cuando fue a entregar las pizzas ella dijo que era un amigo, bueno quizás y nos mintió.
Al terminar de almorzar di unas vueltas en mi auto para lograr despejar mi mente, luego de dar vueltas por veinte minutos volví y nuevamente me encontré con la parejita, esta vez estaban abrazados, ambos estaban con una sonrisa estúpida.
Ellos no se dieron cuenta de mi presencia pasé por su lado y ni me tomaron en cuenta, subí hasta mi oficina, que desde el día de hoy la tengo que compartir con ella.
La idea de que compartamos la oficina fue mía, así podríamos controlar las situaciones que se presenten, sé que fue una excelente estudiante, al igual que yo, por esto mismo no tengo dudas de que seremos una pareja imparable en los negocios, pero le voy a dejar en claro que nada de novios en esta oficina, primero pensaba que no tenía ni perro que le ladre, por su forma de ser, pero ahora me acabo de dar cuenta que eso no es de esa forma, por lo que vi lo tengo más que claro.
–¿Estas bien? –escucho su voz desde la puerta.
–Si, no me había dado cuenta de que llegaste.
–Toque, pero no me respondiste–me platica mientras camina a su escritorio.
Aun no tengo claro porque se viste de esa forma, en algún momento pensé que no tenia buen cuerpo, pero cuando la vi en ese bikini blanco me di cuenta de que no era así, no es que viera mucho, solo fue un pequeñísimo vistazo, pero con eso me di cuenta de que ella no requiere de esas ropas anchas y feas, pero ese no es mi problema, si a ella le gusta como se ve a su repartidor le gusta tal y como es, ni modo.
–¿Todo bien? –me vuelve a sacar de mis pensamiento.
Y para no alargar esto y un día de estos llevarme una sorpresa le dejare las cosas claras
–No– le respondo girándome en mi silla y mirándola– esto te lo dejare claro a ti, no quiero que traigas tu vida amorosa a esta oficina, más bien a la empresa.
Ella me mira primero extrañada y luego sonríe– no te preocupes que mi vida amorosa estará fuera de esta empresa.
¿Entonces me lo esta confirmando, ese repartidor es su novio?