Capítulo 1
Narra Alicia
Estaba camino a mi trabajo de mesera, iba muy distraida viendo mi celular, estaba por cruzar la calle cuando siento unos brazos en mi cintura que me tiran y me evitan cruzar. Cuando me doy vuelta puedo ver que un hombre muy guapo de ojos color miel, cabello castaño y su piel clara pero muy bien bronceada me mira fijamente.
- Deberias de tener mas cuidado al momento de cruzar la calle, me dijo.
- Si, gracias por evitar que me atropellarán.
- De nada, pero deberias dejar el celular de lado, para que esto no vuelva a ocurrir.
Luego de eso el hombre se va y yo sigo mi camino hacia mi trabajo, aunque el trabajo no era algo que necesitará ya que tenía dinero de sobra, pero me gustaba mantener una vida "normal". Cuando llego a mi empleo que quedaba a dos cuadras de mi departamento, mi jefe me llama a su oficina, odiaba cuando me hacía llamar porque siempre me miraba de pies a cabeza comiéndome con la mirada.
Entro a la oficina y como no era de esperarse me mira de arriba a abajo enfocándose en mis senos, carraspeo tratando de que se cuenta que es algo que me incómoda cuando él se acerca a mi y me deja acorralada contra la puerta y al mismo tiempo esta última la cierra con pestillo. Él me mira y me da un beso a lo que yo reacciono dándole un puñetazo en la cara.
Mi jefe era un hombre de unos treinta años, muy guapo (pero lo que tenía de guapo lo tenía también de ordinario y petulante) y muy autoritario que no le gustaba un NO como respuesta, y mi golpe lo único que hizo fue enfurecerlo y que quisiera abusar de mi, pero había algo que él ni nadie sabía, y es que yo soy una mafiosa y una de las más peligrosas. Cuando el intenta abusar de mi lo golpeó y lo dejo tirado en el suelo, y salgo de la oficina, no sin antes decirle que tuviera mucho cuidado de con quien se metía.
Estaba tan furiosa y estaba dispuesta hacerle pagar por lo que me hizo, me fui directo a mi departamento a buscar mi auto, para dirigirme a mi mansión.
Cuando llego a mi mansión, entro furiosa y mando a llamar a Alex mi mano derecha, para que fuera a buscar a mi jefe y lo secuestrarán.
- Quiero que secuestren a ese hombre y lo lleven a los calabozos, cuando eso esté listo me llaman, estaré en mi despacho.
- Si señora, me dijo llamando a más hombres para ir a buscar a mi jefe.
Después de dos horas siento unos golpes en la puerta de mi despacho.
- Adelante, digo sin dejar de mirar unos papeles.
- Señora ya tenemos listo, era Alex.
- Perfecto, me cambio de ropa y voy, él solo asiente y se retira.
Me cambio de ropa unos pantalones, botas y una polera de tirantes negra, ropa que siempre usaba al momento de hacer mi trabajo, era algo así como mi marca personal.
Una vez lista bajo hacia los calabozos y puedo ver a este hombre en una silla atado, con un paño en la cabeza, pidiendo misericordia por su vida. Le digo a mis hombres que lo cuelguen de las manos y que le ataran los pies.
Cuando ya estaba listo procedo a quitarle el paño de la cabeza, este se sorprende al verme a mi parada ahí.
- ¿Tú?, es lo único que dice al verme.
- Te dije que tuvieras cuidado de con quien te metías, ahora sufre las consecuencias, le digo mientras con un látigo lo golpeó en la cara haciendolo sangrar, y procedo a cortarle la camisa que llevaba puesta para dejarle el torso completamente desnudo.
- Esto es para que aprendas a que nadie abusa de mi, le digo mientras le doy un latigazo en la espalda.
Después de torturarlo y decirle que soy una mafiosa, este al enterarse de cuál es mi nombre, me mira con tanto miedo que me hace sonreír.
- Lo lamento, prometo no volverlo hacer, suelto una carcajada al escucharlo.
- Por supuesto que no lo volverás hacer, dime ¿qué te hace creer que vas a salir vivo de aquí?
- No me asesines por favor, súplica mientras escupe sangre de la boca.
- Mmmmm, no puedo dejarte vivo, porque todos los que conocen mi identidad terminan muertos, Le digo con burla.
Y sin pensarlo dos veces le doy un disparo en la cabeza.
- Alex, ya sabes que hacer y no olvides dejar esta nota.
- Si señora.