Mire a mi jefe con cara de querer explicaciones por lo que estaba pasando, quizá se confundió Ethan por su parte se rió y salió, no pude evitar pensar que él siempre se escabulle de los demás.
- Emma quieres explicarme que sucede, llevo buscandote más de quince minutos y llego y te veo muy cerca de ese hombre- me lo dice alzando sus manos.
- Es un reencuentro con un viejo amigo, nada más lo prometo jefe -- trate de sonar lo más convincente.
- Recuerda que la madre superiora no te puede ver así tan cercana a tus compañeros de trabajo, puedes tener problemas, y no quiero eso. Tu eres una buena chica, muy obediente y buena trabajadora, y quiero que te salgan tus planes muy bien- Él trataba de ser amable y comprensible, asentí para que quedara más tranquilo.
- Bueno vengo a informarte que debes ir primeramente al consultorio del doctor Martín White, él te va a dar las indicaciones y lo vas a asistir primeramente a él, aunque si los demás del equipo te necesita yo se que tu le brindaras su ayuda.- dicho eso salió me imagino que a seguir organizando su personal…
Salí casi corriendo al consultorio de Martin, por Dios no puedo perder el control de mi vida, debo ser fuerte. Llegué al frente de consultorio, y por andar distraída no toque la puerta, abrí de una, vi a Martín comiéndose con la boca a una doctora, él tenía sus manos por todo el cuerpo de aquella mujer y ella apretaba descaradamente su trasero; quede inmóvil de verdad no podía reaccionar ante lo que vi - “Disculpen, Qué pena debí tocar” - dije tapando mis ojos. Ella se tapó quizás no quería que le viera la cara. - “Emma, espérame afuera por favor, la próxima vez toca” - escuche que me hablo rápido, asentí y salí.
Después de 10 minutos salió aquella doctora, Wow si que fue rápido, pensé.
- Sigue por favor Emma- gritó Martín.
- Doctor discúlpeme, fui una atrevida total y le ofrezco excusas. - le dije sin mirarlo, pero él estaba en silencio, era un silencio incómodo.
- ¿Cómo estás, hace mucho no te veía, como sigue tu brazo?- él parecía que no le importaba que lo viera así, al fin de cuentas no era un delito, es más se veía que lo disfrutaban mucho.
- Eh, bien doctor. Le agradezco porque al final no me dolió tanto.- levante mi rostro por fin y pude ver que el se estaba burlando de mi.
- Me alegra, y tranquila no pasa nada, no viste mayor cosa por lo general a mis amigas suelo llevarlas a otro lugar- me guiñe el ojo.
Me sonrojo inmediatamente, - créame doctor que no es de mi incumbencia-, le digo tratando de esquivar sus confesiones.
- Okay te llame para que me acompañes debo ir a visitar un lugar y quiero que tú estés conmigo allá, igual cuenta como trabajo se te pagará como tal, y se te hará el reporte al convento de donde vienes.
- Está bien doctor, lo acompañaré con gusto - le digo girando para salir de ese lugar, solo con respirar en el mismo espacio me sentía sofocada. Esperé que tomara sus cosas y salimos, fuimos hasta el parqueadero y montamos en su lindo carro. Estando en su carro él empezó a manejar, y por momentos sentí que me miraba demasiado, debe ser un casanova que solo busca acostarse con cualquier mujer.
- Emma se que te gusta ayudar, por eso pienso que eres la persona adecuada para esto, y oye no me digas doctor dime Martín, podemos ser amigos no sé qué opinas, quizá me serviría tener una amiga como tú, quizás me ayudarías a rehabilitar algunas cosas- dice levantando los hombros.
Abro los ojos ante su comentario, que tal ese hombre… - no se ofenda doctor, pero no me interesa ser ese tipo de amigas que usted quiere, pero también quiero decirte que yo no tengo porque rehabilitar a hombres como usted, es que ahora todo el mundo tiene derecho a decir eso- le digo indignada ya que Ethan hizo el mismo comentario.
- Uy hoy estamos un poco sensibles, tranquila no hay problema, ya entendí el mensaje- me mira y me sonríe.
- Discúlpeme doctor, solo que estoy bajo presión últimamente, estoy perdiendo mis cabales y no es culpa suya.- me avergüenza la forma en que me estoy comportando.
- Tranquila, pero te reitero puedes confiar en mí y si quieres ser mi amiga lo podemos ser- mentalmente me echaba la bendición es inevitable no caer ante este hombre, aproximadamente tiene 1’80 de estatura, su piel blanca, cabello castaño, sus ojos son color miel y tiene una barba de unos días, se nota que trabaja bastante su cuerpo, sus labios son un poco delgados pero lo hace ver bien, me quedé detallando lo poco a poco pero, él nota mi mirada intensa y me siento rara, estoy actuando mal.
- Emma ¿Qué tanto mira, necesita decirme algo?.
- Disculpe doctor estaba tratando de encontrar parecido entre usted y el director del hospital dijo que era su hijo, pero se ven tan diferentes-le dije para disimular.
- Si efectivamente somos muy diferentes, en lo físico claro, porque en valores y forma de pensar somos como dos gotas de agua, él es mi padre adoptivo. Y no te preocupes por llegar a pensar o sentir lástima por ello, yo estoy orgulloso de eso, afortunadamente mis padres biológicos no me quisieron y tengo entendido que me abandonaron, y ellos me recibieron cuando yo tenía cuatro años, mi papá no podía tener hijos y yo llegué como una bendición para él, es maravilloso y un papá espectacular, lamentablemente mi madre falleció cuando yo tenía diez años por eso somos mi papá y yo-. Lo mire y tenía una sonrisa.
- Doctor que admirable, normalmente las personas que le sucede eso se lamentan de ser adoptados, y no hablan mucho del tema pero doctor, usted es muy valiente por estar tan orgulloso de eso, lo admiro mucho. Y le agradezco su confianza por contarme estos temas tan privados e íntimos-. Quizá lo juzgue mal, pensé.
- No creas, mi lado oscuro no es tan bueno, pero también lo disfruto, me encanta tener esa esencia. Emma piensa lo de ser amigos me gustaría tener en mi vida una persona como tú-, giro y volteo a ver por la ventana, su mirada profunda e intensa me daba escalofríos de esos que son difíciles de explicar pero que me están atormentando. Después de andar en carretera aproximadamente treinta minutos llegamos a un edificio, ¿Y esto, dónde estamos? le preguntó.
- Este fue el lugar donde mis padres me abandonaron-, mis palabras no salieron en ese momento pero asentí. Entramos y todos los niños corrieron a abrazarlo, él hace que ellos sean felices, y que se alegren de que él llegara. Es tan amable con los niños que no pude evitar sonreír.
- Emma Mira te presento a los niños de mi fundación, acá trabajaremos hoy, primero revisaremos su estado de salud, lo cual lo hago una vez al mes y, quiero que tú me ayudes, la verdad quiero que lo hagas siento que eres la indicada para esta labor, y vengo aparte cada semana a compartir, traer juegos, leer o cosas así. - me mira fijamente alzando una ceja.
- ¿ Sabes porque te escogí? - niego con la cabeza, - te escogí porque tienes ese servicio por la comunidad que se necesita con los niños, con ellos mis niños - me sonroje de inmediato, fue el cumplido más bonito que alguien pudo hacerme. Y así empezamos revisando cada niño, era impresionante con el amor que Martín los revisaba, como los miraba, jugaba e interactuaba con ellos, de reojo lo miraba se veía tan humano, tan noble, los niños jugaban, se divertían… muchas niñas me decían que tenían un amor platónico por Martín, lo que me parecía extremadamente gracioso.
Salimos y nos despedimos de todos, anunciando que vendríamos en una semana.
- Eh, doctor Muchas gracias por la experiencia vivida, no sabe lo significativo que fue para mí vivir todo esto- le dijo estirando mi mano en forma de saludo.
- Sabía que te iba a gustar, y mira que soy buena persona, puedes pensar lo de ser mi amiga - entrecierra sus ojos diciéndome eso. De camino al carro empezó a llover durísimo, por más de que corrimos quedamos empapados; entramos al carro totalmente mojados, y él ¡por Dios! Me está torturando, se quitó la camisa empapada, dejando a mi vista su abdomen mojado, sus brazos llenos de tatuajes, gotas de agua caían por su perfecto pecho mientras que por su respiración esté subía y bajaba haciendo que algo en mi temblara de una manera descomunal.