Dos Almas Oscuros

Little bird.

Socios y algunos otros miembros de la familia ya están reunidos en la gran sala, charlando y riendo mientras esperan que yo llegara. Al entrar, la atmósfera está cargada de expectación y una oleada de ansiedad y curiosidad recorre mi columna vertebral. Todos me miraban con una mezcla de curiosidad y sorpresa en sus rostros. Susurros y murmullos llenan el aire mientras todos me observan; los descarados de la familia no pueden evitar mirarme con una sonrisa burlona y engreída, con los ojos brillando con una mezcla de intriga y diversión.

No mostré miedo ni debilidad, siempre con esa cara fría en mí. Me senté al frente de todos, cruzándome de piernas con la mirada fija en ellos, para luego ver a Leonard sentarse a mi lado. Por dentro, estaba temblando; sentir esas miradas que me comían vivo. Quería que Scarlett estuviera aquí y tomara mi mano para darme un poco de valor. No sabía qué decir en ese momento; tenía la mente en blanco por el pánico.

-Bueno, ya que Demian llegó, es momento de empezar esta reunión... ¿Alguien quiere comenzar con algún punto que deba resolverse?

Estaba más que agradecido de que Leonard fuera mi amigo; me sacó de un apuro, pero no siempre estaría él para salvarme de mis responsabilidades. Le di una mirada discreta, agradeciéndolo, a lo que él asintió y volvimos a centrarnos. Una mano de quien menos esperaba, mi primo el odioso Lucas FÉRREA, con esa sonrisa que me desagradaba, siempre queriendo ser superior a mí, queriendo opacarme en todo, pero jamás pudo. Era el segundo y eso no le gustaba; quería mi puesto y yo con gusto se lo daría, pero mi otro yo jamás lo haría; él lo odiaba a morir.

—Claro que sí... Obvio que hay muchas cosas, pero insignificantes, menores... ¿Por qué mejor nos platicas de tu... Supuesta esposa? Supimos que se hará una gran fiesta este fin de semana para presentarla como la nueva m*****o de la familia, o mejor dicho... tu nuevo "Little bird in a golden cage" o prefieres "Toy", lo que haces para que te den el poder, tener que casarte de mala gana y a la fuerza -

¿Qué estaba tramando ahora este? No sabía si quería hacerme enojar o humillar, pero no era nada bueno. Todos empezaron a murmurar y asintieron a su favor. Quería saber de mi mujer; lo que no me gustó fue que hablara de ella de esa manera, faltándole al respeto. Lucas solo se reía de mí, recostado en su asiento. Eran pocos los que no les gustó esto y mantuvieron un perfil bajo.

—¿Qué pasa, primo? ¿Acaso es verdad lo que dije? ¿Solo te casas por obligación o... acaso te obsesionaste con una mujer que ni te ama?—

Ese fue el colmo: que se burlara a carcajadas de mí. Apreté el respaldo de la silla con todas mis fuerzas; estaba por perder la cabeza y no quería, no ahora que mi mujer estaba confiando en mí. Tenía que aguantar y no caer en su juego.

—Será mejor que cierres esa maldita boca, Lucas...—

Murmuré en tono amenazante y oscuro. La mano de Leonard se posó en mi hombro y se acercó a mí.

—Tranquilo, Demian, él solo quiere sacarte de tus casillas. Contrólate—