Socios

1127 Palabras
Ian Fui al bar a tomar mi café en aquel bar, donde Ana había maltratado a la moza, con la intención de disculparme, pero me llevé una sorpresa al conocerla, es bellísima, tiene una figura esbelta, y un cabello rubio que huele a primavera, podía sentirlo desde mi mesa, se llama Lola y tiene un carácter muy diferente al de mi novia, es segura y tiene muy buen sentido del humor.  Luego de terminar mi desayuno me dirigí a la empresa, mi padre dijo que hoy conocería al nuevo socio, mi padre y el de Ana eran los directores ejecutivos, nunca pensé que podrían compartir el mando con otra persona, que cuando yo tome el mando , iba a compartir con ese socio. Llegué y todavía no había llegado nadie, solo estaba Nancy la secretaria de mi padre, que me pidió que revisara unos contratos , así que fui a mi oficina a trabajar. Paso el tiempo volando y se hizo la hora de salir, pero mi sorpresa fue cuando llegó mi padre con el nuevo socio.  Era una mujer, pero lo que mas me dejo impactado es que era Lola, ni mas ni menos que la moza del bar, Lola. -Hijo, ven te quiero presentar a la nueva socia adjunta , Lola Miller, su padre fue fundador junto a nosotros de la empresa, y cuando murió dejó en claro que cuando su hija cumpla 18 se nos uniría. - dijo mi viejo presentándome a la rubia sin saber que ya nos habíamos conocido en las no mejores condiciones. A Ana esto no iba a gustarle un carajo, pero que importaba, estaba encantadísimo de volver a verla. -Podes mostrarle las instalaciones, la forma en que trabajamos, y cuál será su despacho a partir de mañana- me hablaba mi padre y yo estaba inmóvil mirándola con una sonrisa de oreja a oreja. -Claro papá. -Hola Lola , un gusto conocerte, nuevamente, soy Ian Smith - dije sin dejar de sonreír, y ella me miraba con asombro y sin entender nada de lo que estaba pasando. Le mostré las instalaciones, ella tenía una cara de sorpresa, parecía no entender que estaba pasando. -Que pasa Lola? no estas feliz con tu nuevo trabajo?-. pregunté y me arrepentí en el mismo momento en que oí su respuesta. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -  - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -  Lola No podía creer lo que estaba escuchando, mi padre, mi perfecto padre era dueño de una empresa automovilística, y nadie ni mi madre lo sabían.  El abogado me dijo que antes de morir, había dejado por escrito que cuando yo cumpliera la mayoria de edad, su fortuna, aquel dinero que el había ganado a lo largo de su vida, era mía, y que tendría que hacerme socia adjunta de los directores ejecutivos, sus amigos Eric Smith y Alex Adler, que ellos me pondrían al corriente de mi nuevo trabajo y me enseñarían todo lo que él no pudo hacer. Las cláusulas del testamente que había escrito antes de morir señalaban que yo debía durante un año conocer todas las empresas a las que les exportaban vehículos, saber administrar la economía y no se cuantas cosas más, por qué mientras el abogado hablaba yo solo podía pensar en todo lo que cambiaría mi vida a partir de ahora. Tenía una cuenta en el banco a mi nombre, donde estaba todo el dinero que mi padre me dejó, y podía hacer uso de el siempre y cuando sea responsable en mi nuevo puesto. Estaba anonadada, sorprendida, un poco enojada por aquel secreto que había guardado tan bien pero feliz de saber que mi padre había logrado algo increíble, fundar una empresa de algo que tanto amaba, joder. Después de la conversación con el abogado, y de haber aceptado, el Sr Smith se ofreció a llevarme a conocer las instalaciones para que pueda ir adaptandome a mi nueva vida, mientras que el Sr. Adler no había hablado mucho y no estaba de acuerdo con que hoy mismo vaya a la empresa, ese hombre no me da buena espina, pero quizas así son las personas de negocios. Salimos del estudio y nos subimos al auto de Eric Smith, un mercedes gris increíble, que contaba con un chofer que nos llevo directo a la empresa. Llegamos, el lugar era enorme, todo era muy lujoso y en las paredes había fotos de mi padre y sus amigos, sentí un orgullo inmenso. -Yo también tengo un hijo que pronto se hará cargo de su lugar aquí, ahora voy a presentártelo, seguro van a llevarse muy bien- dijo Eric mientras subíamos por el ascensor al 4to piso donde suponía estaban las oficinas. Pero mi asombro fu mayor cuando escuche al Sr. Smith presentarme a su hijo, Ian. Joder, esto parecía ser un chiste, es Ian , el chico que me salvo las papas en el trabajo cuando mande a su novia a tomar por culo, aquel que hoy se disculpó y me dejó totalmente embobada por su belleza. Ahora el y yo seremos nada mas y nada menos que socios. Fue su padre quién le dijo que me acompañe a recorrer las oficinas, yo solo podía pensar en lo increíble que era todo, desde los despachos, los escritorios, los baños lujosos dentro de una empresa que parecía un hotel, estaba muda y con la boca abierta, no se si era por que todavía no creía lo que estaba pasando o por que simplemente estaba disfrutando el saber lo que mi padre tenía preparado para mí. Su voz me sacó de mi burbuja -Que pasa Lola? no estas feliz con tu nuevo trabajo?- -Mira no se de que viene todo esto, hasta hoy a la mañana era una simple mesera, y ahora soy socia y dueña de una empresa. Es que no me lo creo y me parece que ya sabías todo esto cuando esta mañana te sentaste en mi trabajo -dije mostrándome un poco molesta - ¿a que fuiste? a ver que como no llevo la misma vida de niño rico que tú?, pues te informo que yo seguiré siendo la misma y tu no eres mi jefe- grité -Baja la voz, hay personas que están trabajando y pueden oírte Lola, no sé por que te pones así, ni yo sabía quien eras, y todo lo que ha pasado no fue mas que una casualidad- hablaba tan sereno que me daba rabia que su calma derritiera mi dureza- conocerte fue una hermosa casualidad Lola, ahora seremos socios-  sonrió
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