Esta sorda de tanto dolor y tanto placer a la vez, realmente quería explotar y explotó a puras lágrimas. De la nada comenzó a llorar, mientras que Jay se sentía cada vez más miserable, sin embargo, quería que ella creyera en sus palabras, que el dolor era momentáneo, que disfrutaría lo que seguía, y es por eso mismo que se decide a besar sus ojos delicadamente. —Ya pasa... Ya pasa...— Promete. Besando y recorriendo cada una de sus lágrimas, para luego besar sus mejillas y continuar con la penetración, sacando y metiendo suavemente su pene en su v****a, no dándose cuenta, de que poco a poco, el dolor ya no existía y justamente gracias a eso a los pocos minutos, Emma llegó a un orgasmo, sintiendo que su v****a ejercía presión en el pene de Jay, lo cual pudo notar que a él le fascinaba.

