Escalando al jefe

***HELENA OLIVOS*** Después de tanto tiempo, al fin voy a terminar mi doctorado en Economía y es hora de buscar un empleo, gracias a la beca que gané por mi desempeño no había tenido la necesidad de hacerlo. Hace un par de semanas comencé a buscar y envié solicitudes a empresas de gran prestigio, siempre he confiado en mis capacidades y sé que merezco irme a las grandes ligas, no me conformaría con algo que no esté a mi altura. Hoy  como todos los días me desperté muy temprano, hice un poco de ejercicio y preparé mi desayuno, un sencillo sándwich de queso panela con vegetales y un zumo de naranja, me gusta cuidar mi salud, no por algo una mujer de 25 años como yo logra guardar la figura. Siempre he sido delgada, no soy alta sino de estatura promedio, mi cabello castaño largo y lacio crean un efecto que me hace ver más alta de lo que soy, una pequeña treta de belleza a mi favor, casi siempre lo llevo suelto o hago una coleta alta, ambos estilos son elegantes y rápidos, pues el tiempo es lo que menos me ha sobrado en estos años. Mi vida amorosa es un asco, no he tenido una relación duradera debido a eso, el tiempo, estaba tan ocupada que no podía dedicarle espacio a nadie que no fuera yo, así que mis relaciones se extinguían o se limitaban a salidas ocasionales. Estaba a punto de ducharme cuando mi teléfono sonó -¿Señorita Olivos?- dijo una voz masculina -Diga, ella habla- contesté un poco ansiosa pues no sabía quién era. -Llamamos de Crayson´s Company para agendar una entrevista con usted para el puesto de economista de presidencia esta tarde a las 5:00 pm. ¿Puede confirmar su asistencia? Realmente me sorprendí, en un par de semanas había logrado una entrevista con una empresa tan reconocida, muchos de mis amigos llevaban meses buscando empleo sin respuesta y yo había sido tan afortunada. Salí de mis pensamientos y confirmé la cita, tenía que apresurarme pues faltaban unas pocas horas. Elegí una falda tubular color n***o hasta las rodillas, una blusa manga larga con moño en el cuello color escarlata, mi color favorito, el rojo da mucha presencia a mi pensar, dejé mi cabello suelto peinado hacia un lado y me coloqué unas zapatillas color n***o cerradas, tomé mi maletín y subí a mi coche. Durante el camino decidí pasar por una botella de agua a un super expres que se encontraba a un costado de la empresa pues con los nervios sentía la boca seca y no quería que la voz me hiciera una jugarreta; entré, tome la botella de agua y rápidamente me formé en la fila que era un poco larga, segundos después más personas se formaron detrás de mí, de repente sentí como tocaron mi trasero y me volteé de inmediato para ver un hombre trajeado muy bien parecido y sin más ni más propinarle una enorme bofetada, el hombre abrió sus ojos desorbitados, tal fue mi enfado que terminé dejando la botella y salí del establecimiento hecha una fiera, ¿qué diablos le pasaba a ese tipo? ¿Acaso parezco una chica que puede ir felizmente siendo tocada sin permiso? No es que sea una santa, pura o casta pero ese tipo de faltas no son de mi agrado. Después de semejante zafarrancho, entré en la empresa, era tan elegante, su decoración tenía tonos grises y blancos, el piso era tan brillante que cegaba; me dirigí a la recepción a identificarme y esperé por unos minutos hasta que me hicieron pasar a una enorme sala de juntas, igual de elegante que el resto del edificio, todos los empleados se veían tan distinguidos que por un momento me hizo pensar si elegí adecuadamente mi atuendo. Ya en la sala de junta se encontraban cuatro personas que serían las encargadas de realizar aparentemente la entrevista, una mujer se dirigió a mí presentándose como la jefa de Recursos Humanos -Hola Señorita Olivos, soy Susan Coon, en unos minutos comenzaremos la entrevista, estamos esperando que llegue el señor Crayson CEO  y dueño de la empresa para dar su visto bueno, está de más decirle que estamos impresionados con su preparación y tenemos altas expectativas sobre usted- aun no terminaba de hablar cuando un hombre alto entró por la puerta -Señor Crayson- dijo la mujer- buenas tardes, ya está aquí la candidata a entrevistar- señaló hacia mí Quería que la tierra me tragara y me escupiera fuera de esa oficina, era él, aquel hombre que abofeteé en el super, tan alto, blanco y musculoso, su cabello destellaba tonos dorados y sus ojos eran tan azules que te perdías en su inmensidad, su traje era tan elegante y aún tenía un poco roja su mejilla, no pude evitar encoger mis hombros y sentir tanta vergüenza, el me miró con enojo y en silencio se dirigió a su sitio. Me limité a contestar las preguntas que me hicieron, el señor Crayson no abrió la boca para nada, solo me miraba de arriba abajo con cierta incredulidad y desdeño, sin más la entrevista culminó y la Sra. Susan me agradeció y mencionó que me llamaría; yo estaba totalmente resignada a que este empleo no sería para mí, pues me crucé con el típico hombre que cree que por tener dinero de sobra puede ir por la vida tocando lo que le plazca sin más ni más. Tomé mi celular, llamé a mi amiga Ivanna, le conté todo lo sucedido y acordamos salir a divertirnos y tomar una copa para olvidarnos de los malos momentos antes acontecidos, además Ivanna tenía mal de amores pues hacía un mes que había terminado con su novio de más de 3 años, por lo cual, la salida sería épica, como en los viejos tiempos, hacia tanto que no salía, pero esta noche sería la mejor.