bc

En las redes de mi cuñado.

book_age18+
516
SEGUIR
3.9K
LEER
drama
ciudad
like
intro-logo
Descripción

Edward Falcon lo ha planeado todo para no perder la fortuna de su padre se casó con una mujer pura e ingenua, quién lo ama con todo su corazón. Solo debe embarazarla, pero no puede hacerlo.

Necesita recurrir a una solución desesperada: su hermano, Juan Diego.

—Juan Diego, es simple —dijo Edward, su voz cargada de frialdad—. Seduce a Diana, enamórala si es necesario, es tan ingenua que no será difícil hacerlo.Solo necesito que la uses para lo que quiero: un hijo. Después, te pagaré lo que quieras.

Juan Diego lo miró, indeciso pero tentado. Sabía que lo que Edward le proponía era retorcido, pero la promesa de una gran cantidad de dinero era demasiado tentadora para ignorarla.

—¿Cuánto estamos hablando? —preguntó, tratando de mantener la compostura mientras su mente calculaba las posibilidades.

Edward esbozó una sonrisa, una que no llegaba a sus ojos.

—Lo suficiente para que vivas como un rey, hermano. Solo haz lo que te pido, y no te preocupes por lo demás. Diana nunca sabrá la verdad.

¿Podrá Juan Diego seguir adelante con el cruel plan de Edward, o sus sentimientos por Diana lo llevarán a traicionar a su propio hermano?

chap-preview
Vista previa gratis
Mi boda
Diana Spencer Siempre he hecho lo correcto en mi vida. Perdí a mis padres cuando era pequeña, y mi estricta abuela junto con mi amoroso abuelo se encargaron de criarme. Nunca había tenido novio, pero cuando conocí a Edward Falcón, sentí algo especial desde el principio. Aunque al principio empecé a salir con él por la presión de mi abuela, Edward logró ganarse mi corazón con el tiempo. Hoy es el día más feliz de mi vida: nos casaremos y me mudaré a vivir con él a su hacienda en el campo. Me voy por dos razones. Él se encargará de la hacienda y eso me ayudará con mi asma. Vivir en el campo es muy bueno para mí. — Te extrañaré mucho, mi niña — dice mi abuelo, abrazándome con ternura. — Y yo a ti, mi viejito — respondo, devolviendo el abrazo con cariño. — Hermosa como siempre, te espera tu futuro esposo — me dice mi abuela, ajustando mi velo con una sonrisa. Asiento, sintiendo un nudo en el estómago de la emoción. La boda fue como siempre la había soñado: grande y lujosa. Todos mis amigos de la facultad y mis abuelos asistieron, junto con los amigos de Edward y algunos de sus familiares. Edward había perdido a su padre recientemente y solo le queda su madre, una de las mujeres más distinguidas que conozco, con un carácter similar al de mi abuela. Tiene dos hermanos: el mayor, al que no conozco, es descrito como irresponsable, y su hermana menor, Flavia, es una adolescente de diecisiete años. Flavia es rebelde y popular, pero lo que más me gusta de ella es su sinceridad; en Flavia no hay falsedad. — Felicidades, amiga, te extrañaré — dice Aranza, abrazándome con fuerza. — Yo a ti. ¿Irás a visitarme? — le pregunto con esperanza. — Claro que sí, tontita — responde Aranza, sonriendo. — Te esperaré, Flavia. En ese pueblo no conozco a nadie — digo, sintiendo un nudo en la garganta. — No sé cómo te irás al campo, nosotras somos de ciudad — me dice Flavia con una sonrisa irónica. — Ya sabes, negocios — respondo, encogiendo los hombros y rodando los ojos. Aranza es mi única y mejor amiga. Somos muy diferentes: ella es atrevida, segura de sí misma y tiene más experiencias con los hombres, mientras que yo soy la típica chica buena. Somos polos opuestos. Llega la noche de bodas, y estamos en la casa de Edward. Todo está decorado con rosas y velas; siempre soñé que mi primera vez fuera así, con el hombre que amo. Me dirijo al baño para quitarme el vestido y ponerme mi lencería blanca de encaje. También me aplico un poco de perfume. Cuando termino de arreglarme, Edward ya está recostado en la cama en ropa interior. Es la primera vez que lo veo así. Durante nuestro noviazgo, no ha pasado más de unos besos; nunca ha intentado tocarme, y creo que es por respeto. — ¿Cómo me veo? — le pregunto, girándome para que me vea de arriba abajo. Edward me mira con desdén y dice — Bien. — ¿Solo bien? — hago un puchero, sintiendo la decepción en sus palabras. Él ríe suavemente — Ven aquí. Me acerco a él y lo beso suavemente en los labios. Luego empiezo a besar su cuello, notando que está frío como el hielo. — ¿Pasa algo, amor? — pregunto, preocupada. — Nada — responde Edward con voz seca. Edward me recuesta en la cama y se coloca sobre mí, comenzando a besarme los labios y el cuello. Con rapidez, empieza a quitarme la ropa. — ¿Qué mierda pasa? — exclama con frustración al darse cuenta de que no logra una erección. Después de intentarlo sin éxito, Edward se recuesta a mi lado en la cama, visiblemente molesto. — ¿Ocurre algo, amor? — le pregunto, tratando de entender la situación. Edward me mira con frialdad — ¿Eres estúpida o finges? — No me hables así. No es mi culpa que... — empiezo a decir, pero me detengo, sin saber cómo continuar. — Yo he estado con otras mujeres, obviamente es tu culpa. No me inspiras; ni para la cama sirves — dice Edward con desdén, antes de salir de la habitación, azotando la puerta. Las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos. Me pregunto si realmente es mi culpa que él no pueda hacerme el amor. No entiendo qué hice mal.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
52.2K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.7K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.3K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.5M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook