| KAREN |
Nos encontramos tomando el almuerzo, Darren me esta contando todo lo que aconteció en la corte y yo casi me atraganto con mi comida.
—Santa Mierda— digo. —¿Riley sabe que su mamá se casó? Darren solo se encoge de hombros dramáticamente, todavía masticando un bocado de su sandwich de pavo. Claire puede ser la madre de Riley pero no es la ex de Darren. Ella es alguien con quién Darren se emborracho y tuvo relaciones sexuales algunas veces cuando era más joven, era tonto y estaba pasando por un momento difícil. Siempre le gusta hacer esta distinción muy, muy clara,
—¿Su marido tiene pezuñas hendidas?— pregunto, haciendo un gesto con mi propio sandwich. —¿Viste un ultrasonido? ¿El bebé tiene cuernos?—
—Es un minero— dice Darren, tragando saliva.
—Así que no estoy tan lejos— Darren resopla, tomando otro bocado.
—¿Cómo diablos lo conoció?— pregunto —¿Parecía hipnotizado? ¿Quizás bajo algun tipo de droga de control mental?—
—No creo que Riley sepa— dice finalmente, respondiendo a mi primera pregunta. —Me habria dicho si lo hubiera hecho, Riley no puede guardar secretos—
—Cierto— digo. No es exactamente cierto. Probablemente no podría guardar un gran secreto como ese, pero la semana pasada salí con ella una tarde y compramos helados antes de la cena. Estoy bastante segura de que mantuvo el secreto, porque nunca escuché sobre esta horrible violación del protocolo de parte de Darren, y generalmente lo hago.
Además el invierno pasado la llevé a montar en trineo en la colina del suicidio, el lugar para usar trineos más empinado en la ciudad, lugar que no sabía que existía por parte de Darren, a pesar de que dijo específicamente que no deberíamos ir allí. Puede ser un poco sobreprotector. La niña se la paso de lo mejor.
Darren termina su sandwich, suspira y se recuesta en su silla. Se quitó la corbata y la chaqueta, así que ahora lleva solo una camisa blanca con botones, ambas mangas arremangadas y los dos botones superiores desabrochados. Es un aspecto aún mejor, o al menos lo sería si mediera cuenta como se ve Darren, pero no me doy cuenta. Sin embargo, el hombre brilla como un centavo nuevo.
—De todos modos, es por eso que entré en pánico— dice, sacudiendo la cabeza ligeramente. —Se que no debería de haberlo hecho, pero estaba hablando de comunidades cerradas y escuelas privadas y criándose con su hermana, y mierda, Karen, yo no tengo nada de eso— Me inclino, empujo mi plato vacío fuera del camino.
—Si, pero nada de esa mierda puede hacer de Claire una buna madre— le digo, manteniendo mi voz baja.
—Díganle eso a la corte—
—¿Quieres que yo?— pregunto, tomando un sorbo de agua. —¿Quieres que vaya allí y les diga a todos exactamente lo que pienso?- Se pasa las manos por la cara, riendo.
—Por favor, no— dice. —Por mucho que me encantaría ver su reacción, no necesito a mi prometida falsa reprendida por un juez—Solo me encojo de hombros, sonriendo a mi vaso de agua.
—¿Estas seguro de que eso es todo lo que necesitas?— Pregunto. ¿Deberíamos de ensayar, guardar fechas o un registro o algo así?— Por una fracción de segundo, me pregunto que pondríamos en nuestro registro, como se verían nuestras invitaciones si realmente estuviéramos comprometidos. No es el peor pensamiento.
—Creo que eso es exagerado— dice. —Además, ¿cómo explicamos si alguien se da cuenta?—
—Cierto— concedo.
—Probablemente sea más inteligente mantener una mentira simple— dice. —Te encontraré un anillo falso, te presentaras a una sola cita en la corte y..—alguien se acerca a nuestra mesa, y ambos nos giramos.
—Lamento mucho interrumpirlos— dice Shelly Cook. Ella coloca una mano con anillos en cada uno de nuestros hombros, como si estuviera a punto de guiarnos en la oración. Darren y yo intercambiamos una mirada rápida, luego la miramos a ella. —Pero acabo de escuchar las buenas noticias sobre ustedes y luego los vi sentados aquí, y supe que era una señal— Continúa. —Estoy muy feliz por ustedes, y solo se que tienen años de amor y felicidad por delante— Shelly sonríe, su cabello escarchado se balancea ligeramente sobre su cabeza. La miro con la boca abierta, literalmente sin palabras. Hay una breve pausa. Darren responde.
—Gracias, Shelly— dice Darren cubriendo su mano con la suya.
—Ustedes dos siempre fueron tan dulces juntos— dice ella. —Sin mencionar que ahora Marla Rogers me debe cincuenta dólares. ¡Bendiciones!— Entonces ella saluda, gira y ella esta afuera. Mi boca sigue abierta. La cierro señalando con un pulgar hacia la forma de retirada de Shelly.
—Darren— siseo. Su rostro se ha vuelto de piedra, todavía esta mirando a Shelly, como si pudiera deshacer los últimos treinta segundos con la fuerza de su mente.
—Darren, ¿quién estaba en esa sala del tribunal?— pregunto, con mi voz baja y mortalmente seria. —¿Tú, Audrey, Claire, su gente, el juez? ¿Quien más?— Aprieta los labios y traga, su manzana de Adan se balancea ligeramente. Luego respira hongo, suspira, se frota su frente como si acabara de recordar algo
—El alguacil— dice, solo espero. —Mathew Parker— Puse mi cara en mis manos, mi almuerzo ahora rodando en mi estómago. Estoy un poco mareada. Me obligo a respirar hondo, mi mente va a mil millas por minuto.
—¿Le dijiste al hijo de la chismosa del pueblo que tu y yo estamos comprometidos?— pregunto. Estoy haciendo todo lo posible par mantener mi voz baja y firme, pero definitivamente no esta funcionando.
—Tal vez no salga— dice
—Muchas personas se casan en Ojai, no hay..— Mi teléfono vibra en mi bolsillo y lo saco mientras el todavía está hablando. Es mi madre, le muestro a Darren la pantalla. El deja de hablar. Dejo el teléfono sobre la mesa con mucho cuidado, y luego toco suavemente el botón de rechazar la llamada, como si ser amable ayudara.
—Esta llamando para preguntar por que no le dije primero— le digo, y miro frenéticamente a Darren. Se inclina hacia adelante, los ojos verdes resplandecientes, los antebrazos sobre la mesa.
—Diselo— dice, su voz baja, firme. —Dile que lo estábamos manteniendo en secreto, pero el juez me hizo una pregunta directa, así que no pude..—
—¿Quieres que le diga a mi madre que estamos comprometidos?— susurro. No dice nada, solo me mira fijo.
—No— le digo, levantando ambas manos como si pudiera evitarlo.
—¿Por qué no?
—No es eso.—
—¡Es un gran problema!—Siseo, mientras mi teléfono suena de nuevo. Es mamá, rechazo la llamada. —Esto es una locura, Darren, no puedo..— Trago saliva, fuerzo mi voz más baja. —No puedo decirles a todos que estamos comprometidos— le digo. El traga de nuevo. Sus puños se aprietan, luego se relajan.
—Mira, le mentiré a un juez— le digo. Mi voz esta temblando. Pero no puedo mentirles a todos los que conozco, Darren. No soy tan buena actriz, lo van a descubrir, no nos van a a creer, estan..— Mi teléfono suena por tecera vez.
—Joder, joder, mierda, maldita sea— Me aclaro la garganta y lo recojo.
—Hola mamá— le digo. —Ahora no es un buen momento..—
—¡Marla Rogers! — Exclama mi madre, justo en mi oido. Aparto el receptor de un tirón, mi corazón ya hundido, y miro a Darren.
—Tuve que enterarme por Marla Rogers que estas comprometida con Darren Benson, ¿ni siquiera pudiste decírselo a tu propia madre? Ni siquiera sabía que ustedes estaban saliendo, no dijiste ni una sola palabra al respecto y luego escucho de Marla que estas comprometida y te casas y..— Ella toma un respiro. Ya me siento como basura, aunque por una vez, el desastre no es mi culpa.
—Mamá— digo rápidamente, cerrando los ojos con fuerza, con el dorso de un puño en mi frente. —Escucha, mama, yo. Se que esto parece repentino, pero en realidad no es un buen..—
—Estamos tan felicites por ti—, interrumpe ella. Me congelo y un mundo se forma repentinamente en mi garganta. Me la aclaro.
—Gracias, pero es una situación un poco complicada— le digo, con los ojos aun cerrados. Y ahora creo que voy a matar a Darren, creo.
—Ha habido un error...— Me quitan el teléfono de la mano y, antes de que pueda reaccionar, Darren se recuesta en su silla, con el teléfono pegado en la oreja.
—Hola señora Levine— dice suavemente. Agarro mi teléfono lo más sutilmente posible, tratando de no hacer una escena en este café. Estoy bastante segura de que no esta funcionando.
—¿Podría Karen devolverte la llamada en un minuto?— pregunta, con sus ojos clavados en los míos. —Hoy no salió como estaba planeado y todavía estamos resolviendo algunos detalles— Hago otra estocada, pero Darren simplemente agarra mi muñeca y la baja la mesa. Dios tiene manos fuertes, y cubre las mías con las suyas y las pone en la mesa, al lado de nuestros platos vacios.
—Por su puesto— dice, en el teléfono. —Y, señora Levine, lamento mucho esto. No es en absoluto lo que pretendíamos— le doy una patada debajo de la mesa, aunque no demasiado fuerte. Me frunce el ceño.
—Ella te va a llamar dentro de unos minutos— finalmente dice —Gracias— Por fin, cuelga mi teléfono, lo pone sobre la mesa y solo me mira, no ha soltado mi mano. No he tratado de recuperarla, a pesar de que mi corazón amenaza con salirse de mi pecho.
—Dos meses— dice.
— Estás loco— le digo.
—El caso estará terminado en dos meses, tal vez menos— dice. —Entonces todo habrá terminado, y le diremos a la gente que estamos rompiendo—
—Tú estás loco— susurro.
—Todos sabrán que esta es una historia loca, nadie va a creernos—
—Shelly nos creyó— dice. Me detengo en seco, la sangre corriendo por mis oídos. Entonces niego con la cabeza.
—¡No puedo mentirles a todos los que conozco!— Digo más tranquila esta vez. —No puedo mentirle a mi madre, ni a mi hermana, ni a todos mis amigos. Seguro que no puedes mentirle a tus hermanos—
—Karen— el susurra. —Por favor. Estoy jodido. Si descubren que mentí se la van a llevar a Dallas, y... yo no puedo—
—¿Recurdas cuando Mark pensó que nadie sabía que se estaba tirando a Melissa?— pregunto.
—Esto es diferente—
—No lo es—le digo, pero mi voz de repente es inestable. —Soy muy mala mintiendo. Eres muy malo mintiendo. Todos lo sabrán y solo empeoraran las cosas— Me da una mirada desesperada y suplicante que apuñala directamente a mi centro. Tomó una respiración profunda y me mantengo firme de todos modos. Se, en el fondo de mi corazón, que todo esto es demasiado loco para funcionar.
—Redoblar una mentira loca no es la forma de arreglar las cosas— le digo. —Mira, solo dile a la gente que termínanos, o dile a la gente que fue un malentendido, o dice a la gente que te pusiste nervioso y confundido, no lo sé —
—Piénsalo— dice, su mano todavía esta en la mía. Aprieta un poco más fuerte. Mi pecho se contrae para igualarlo, y lo ignoro. Luego me da una mirada que casi detiene mi corazón. Es cruda y aguda. Buscando. Suplicante. Siento que puedo ver directamente hasta el fondo de su alma en este momento, y vacile.
—¿Por favor?— pregunta, su voz baja, privada. Dudo por primera vez, mi mano esta en la suya. Contengo la respiración, quiero decir que si. Se que si pierde a Riley, lo destruirá, y haría cualquier cosa para evitar que eso suceda. Y no odio la idea. Hemos sido mejores amigos desde que teníamos diez años. Darren me conoce mejor que nadie. Soy amiga de sus hermanos. Soy la tía genial de su hija.
Excepto que esto no funcionara. Se que no funcionara, por que es una locura. En algun lugar, en el fondo, Darren también debe saberlo, que duplicar una mentira no es la forma de resolver sus problemas. El hecho de que Shelly creyera en un rumor no significa que nadie más lo hará. Ni siquiera significa que todavía lo creerá la proxima semana.
—No puedo— le digo. —No va funcionar, Darren. Solo regresa y di la verdad, estará bien— Retiro mi mano. Me paro. Siento que todos los demás en el pequeño restaurante de sandwiches nos estan mirando, y los ignoro mientras algo por la puerta, dejando a Darren detrás de mi, sentado en la mesa.