El Corvette se detuvo a un lado del río Detroit y Maxine contempló el RenCen que se erguía imponente sobre el Downton de la ciudad, al otro lado del río.
—Algun día, Reiner Corporation será así —dijo, señalando el complejo de edificios— Y yo me voy a encargar de convertir la corporación en ese mounstro del mercado.
Lars observó la torre plateada, con el símbolo de la General Motors en su cúspide y sonrió.
—Si te lo propones, por supuesto que lo lograrás —la animó.
—Por supuesto que lo voy a lograr, Lars —fanfarroneó ella y una sonrisa arrogante se posó en su boca. Se quitó el cinturón de seguridad y se levantó de su asiento para sentarse encima de él. Rodeó el cuello de Lars con sus brazos y lamió su labio inferior, de un modo tal, que toda la sangre del hombre bulló al instante—. Yo s
