Lili estaba ajustándome un reloj plateado cuando un estruendo sacudió la habitación. Ambas dimos un salto y nos giramos al mismo tiempo, el corazón golpeándonos en el pecho. El origen del ruido se alzó frente a nosotras, oscuro y enorme, como una tormenta hecha hombre. —¡Fuera! —rugió Luca, la voz tan grave y rota que pareció partir el aire en dos. Parecía un toro dispuesto a embestir, los hombros tensos, la respiración irregular, los ojos ardiendo en una furia que nos congeló en el acto. No sabía si la orden era para Lili, para mí, o para el mundo entero. Aun así, di un paso detrás de ella como si su cuerpo pudiera protegerme del suyo. Pero la mano de Luca alcanzó la mía antes de que pudiera esconderme, un agarre firme, casi delicado, que me obligó a quedarme justo donde estaba. Lili
Escanee el código QR para descargar y leer innumerables historias gratis y libros actualizados a diario


